Aitana Mas, al fondo, entre dirigentes de Compromís, con Oltra y Baldoví juntos. irene marsilla

La salida de Oltra desata una batalla de todos contra todos para colocarse en las listas de Compromís

Los partidos de la coalición negocian el encaje de Mas con Baldoví, Amigó irrumpe en unas candidaturas para las que se postulan Morera, Navarro o Nomdedéu mientras Marzà se ve en el Congreso

BURGUERA

Viernes, 2 de diciembre 2022, 01:19

Aunque no es lo mismo ni parecido, la dificultad para explicar el misterio de la Santísima Trinidad a los no formados en Teología es pareja a lo complicado de discernir qué ocurre en Compromís. La coalición se presenta como una pero son tres. La terna ... ha vivido durante años recogida bajo la supremacía de Mónica Oltra. Tras la salida forzosa de la exvicepresidenta del Consell el pasado mes de junio, los quebradizos equilibrios políticos y personales que facilitan el funcionamiento de la coalición hace aguas por múltiples vías. Fuentes vinculadas a las directivas de Iniciativa (el partido de Oltra) y de Més (el antiguo Bloc, la formación nacionalista mayoritaria en Compromís) admiten una profunda desconfianza interna en el proceso de la elaboración de las próximas listas electorales. Negocian con las cartas ocultas. Admiten el desencuentro, pero con la boca pequeña «para no generar más bronca».

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Las dos listas más sensibles e importantes de la coalición sufren la guerra del todos contra todos protagonizada por un enfrentamiento entre partidos y entre facciones dentro de cada una de esas formaciones de Compromís. Las dos listas son del Ayuntamiento de Valencia (que atrae la mayor parte de los votos locales que obtiene la coalición en los comicios municipales), y la autonómica, de la que cuelga toda la arquitectura política y económica de la coalición.

Hasta ahora, Oltra y Ribó son los únicos que han demostrado capacidad de captar votos al margen de los de la militancia fiel, especialmente la que se moviliza a nivel municipal, más cercana al Bloc, ahora Més. Oltra actuaba como una especie de muro de contención ante las ambiciones personales de dirigentes que hasta hace unos meses asumían un protagonismo de segunda fila. Ahora ya no está. Ante la ausencia de la madre superiora, en el convento cunde la anarquía.

Ribó, para repetir al frente de la candidatura municipal, había exigido tener capacidad de maniobra en la lista. No obstante, los enfrentamientos internos entre los concejales que buscan permanecer en el Consistorio amenazan con que todo salte por los aires. Abocados a unas primarias que el alcalde no desea. En Iniciativa hay una pelea a cara de perro. En Més parece que la situación está más calmada, pero fuentes de la militancia recelan del proceso tutelado por la dirección y consideran que falta democracia interna.

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Las primarias, que en su día fueron exhibidas como un modelo de “tecnología punta política” con el que Compromís se ponía a la vanguardia mundial e interestelar en cuestiones de democracia interna, se pretenden evitar como si fueran la peste.

Irrupción de Amigó

En cuanto a las listas autonómicas, el anuncio en septiembre de Joan Baldoví de que se presentaría (en enero) a las primarias para elegir al candidato de la Generalitat (hasta ahora había sido Oltra) desató una tormenta que, lejos de amainar, no deja de descargar rayos y truenos. El sábado, a través de una entrevista en ‘Levante’, María Josep Amigó, cercana a Marzà y a la sazón vicepresidenta de la Diputación de Valencia, hizo saber que se presentará a las primarias para ser la número dos de la lista por Valencia. Ni más ni menos. Las llamadas y conversaciones entre miembros de Iniciativa y Més se multiplican.

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La irrupción de Amigó se produce en medio de una delicada negociación a varias bandas con el fin de rebajar la rivalidad entre Baldoví (acompañado por la secretaria general de Més, Àgueda Micó) y Aitana Mas, vicepresidenta y sustituta de Oltra al frente de Compromís en el Consell. Micó parece al margen del anuncio de Amigó, lo que ha generado estupefacción en su partido y también en Iniciativa: “Ya podía haber aprendido”. Porque Mas podría optar a encabezar la lista por Alicante, pero no las tiene todas consigo: por un lado, los nacionalistas más vinculados a Marzà y a la dirección de Més apoyan a Gerard Fullana, portavoz de la coalición en la Diputación de Alicante; por otro, la ruptura interna en Iniciativa tras el fulminante cese de la consellera Mireia Mollà (por parte de Mas) garantiza la división en el partido de Oltra.

Funeral para Oltra

A la exvicepresidenta, por cierto, se la da por amortizada, a lo que se resiste su entorno, irritado por el funeral express que Mes le dedicó a Oltra para luego intentar hacer valer su peso demográfico en la coalición. Algo parecido ocurre con Enric Morera, al que se le ignoró olímpicamente cuando pidió hueco en la lista municipal junto a Ribó.

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El presidente de Les Corts, sin embargo, no tiene intención de irse a casa. Se presentará a las primarias para buscar sitio en la lista autonómica por Valencia, y cuenta con apoyos. Así pues, una solución de consenso que se tantea es que Mas sea la número dos y formar ticket electoral con Baldoví, algo que Amigó ambiciona. Si a eso se suma que Isaura Navarro, consellera en sustitución de Mollà, también buscará espacio en la candidatura para la Generalitat, o que Els Verds tiene reservado un puesto entre los cinco primeros de ese listado y que es posible que su apuesta sea una mujer, la paridad legal salta por los aires. Y que nadie olvide a Enric Nomdedéu, secretario autonómico que también quiere su espacio y presenta un libro incluso apadrinado por Oltra, que ha comenzado a retomar una agenda político/social aparcada tras su dimisión.

Marzà, con su propia ruta

Més dispone de mayor músculo para las primarias y quizá pretende hacerlo valer para imponerse en las listas de mayor calado. Sin embargo, el mundo no acaba en mayo de 2023. Y por si faltaba algo, está la cuestión de Vicent Marzà, que parece buscar repercusión al más alto nivel (a pesar de su distanciamiento de Micó y de Papi Robles, la síndica en Les Corts y responsable orgánica de Més en Valencia, epicentro de la pelea municipal), lo que desde fuentes de Més señalan que obedece al deseo del exconseller de ser el sucesor de Baldoví para las próximas elecciones generales. Marzà ha viajado esta semana a Bruselas, precisamente junto a Baldoví, una especie de presentación en sociedad nacional e internacional.

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Sin embargo, la tintura nacionalista de Marzà precisa de un abrigo menos local y un apoyo genérico de Compromís, de todo Compromís, y no únicamente de los nacionalistas, entre los cuales hay serios temores de que una posición sin concesiones a sus socios puede terminar por decantar a Iniciativa a buscar nuevas alianzas de cara a las elecciones generales, por ejemplo Sumar, con Yolanda Diaz, y Podemos. Los Mollà (la consellera y su padre, Pasqual, exdiputado y fundador de Iniciativa) van haciendo su camino en términos de pactos, tanto para Elche, como para las autonómicas y las nacionales.

En términos económicos

La continuidad del tripartito al frente del Consell, en la Diputación de Valencia, al frente de ayuntamientos con la jerarquía del de Valencia capital, en el Congreso de los Diputados... es fundamental para Compromís en términos económicos. O sea, para sus propias arcas. Apenas el 20% del presupuesto de un partido como Més proviene de las cuotas de la militancia. El otro 80% llega de las aportaciones de los altos cargos en las instituciones. Salir del poder tendría un coste personal, pero también estructural. Jugar con fuego y disparar a todo lo que se mueve, en términos de rivalidad orgánica para entrar en las listas y desbarrancar las negociaciones que aportan estabilidad a la coalición, puede acabar con la coalición despidiéndose del poder y de nóminas que, a su vez, sostienen una arquitectura política inestable.

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