Sánchez acepta ahora desbloquear la financiación para ofrecérsela a ERC y Junts

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha amditido este martes que en la negociación de la investidura «está también el impulso a la reforma del modelo» de financiación autonómica. La negociación de la investidura de Sánchez tiene, en esta primera fase, a ERC y Junts -el partido de Puigdemont- como principales objetivos. El voto del partido del expresidente catalán fugado de la Justicia resulta determinante para las opciones del líder del PSOE. O le votan los de Puigdemont, o la repetición de las elecciones será una realidad.

La reforma de la financiación es la contraoferta que los socialistas han lanzado al planteamiento de salida del independentismo catalán, que no ha sido otro más que el esperado: reclamar la amnistía para los fugados en Waterloo y un referéndum de autodeterminación de Cataluña. Montero este martes insistía en que el marco de esa negociación es el que establece la Constitución. Que vendría a equivaler a que ese referéndum es de imposible celebración.

¿Y la financiación? La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado este martes en TVE que la reforma del sistema de financiación autonómica es «una urgencia» . Montero, entrevistada en 'La hora de La 1', ha explicado que la pasada legislatura no fue posible alcanzar un acuerdo sobre la reforma del modelo porque las CCAA «estaban en posiciones de máximos» y no se dio el clima necesario para alcanzar un acuerdo.

Dicho eso, la titular de Hacienda sí que ha subrayado que en la negociación de la reforma del sistema de financiación no se hablará únicamente de los recursos del sistema, sino también «de la situación de endeudamiento de las CCAA», así como del «esfuerzo fiscal, como consecuencia del regreso de las reglas fiscales» con la distribución de los márgenes de déficit a cumplir por cada administración.

La referencia al endeudamiento de las CCAA podría tener relación con la propuesta que el PSOE habría realizado a ERC y Junts, según algunos medios, en la que habría ofrecido una condonación de la deuda histórica de esas autonomías, medida que favorecería especialmente a Cataluña.

La Comunitat Valenciana es otra de las regiones que viene reclamando una condonación de su deuda histórica. El Consell del Botánico llegó a cifrar en 40.000 millones de euros el importe de esa deuda como consecuencia de la infrafinanciación. Desde el Gobierno que preside Carlos Mazón se ha advertido que una eventual condonación de la deuda debería de ser objeto de negociación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y que, si se aprobara para una autonomía, debería de acordarse también para el resto.

El Mundo aseguraba en su edición de este martes que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se habría mostrado radicalmente en contra de una hipotética condonación de la deuda histórica de las CCAA. Que la lideresa popular mueva ficha con tanta claridad tiene que ver con el acuerdo que, para hacer posible una medida de este tipo, sería necesario no sólo entre las CCAA en el seno del CPFF, sino también entre socialistas y populares.

La condonación de la deuda, como el fondo de compensación, son dos de las medidas que la Comunitat Valenciana ha venido reclamando de forma adicional a la reforma de la financiación. Desde el 1 de enero de 2014 el sistema de financiación aprobado en 2009 se encuentra 'caducado'. Un modelo que, además, ha venido castigando año tras año a la Comunitat Valenciana, a la que ha situado a la cola de todas las autonomías en financiación per cápita.

Los 40.000 millones de euros de deuda histórica que llegó a establecer el Gobierno valenciano en la etapa del Botánico corresponden a la suma de las diferencias de financiación recibida por la Comunitat con la media de todas las autonomías. En los últimos ejercicios, tal y como ha llegado a admitir Ximo Puig en alguna ocasión, la Comunitat ha recibido un aumento de fondos de la financiación que, en la práctica, le acercaría a la media.

Pero la realidad es que la losa que supone una deuda –con los datos que publcia de forma trimestral el Banco de España– de más de 55.000 millones de euros representa, en la práctica, un colapso presupuestario para la región que le imposibilita salir a los mercados para financiarse. Además de mejorar sus ingresos, lo que la Comunitat, como Cataluña, necesita, es aligerar la pesada carga de la deuda.