La síndica de Ciudadanos en Les Corts planta al partido a cinco meses de elecciones y abandona la política

Merino renuncia a la sindicatura de Cs después de vivir «como una militante» todo el proceso de renovación del partido. A pesar de que en 2021 se convirtió en la sustituta de Cantó por expreso deseo de la cúpula dirigente nacional, en toda esta fase de refundación de Ciudadanos. Un proceso convulso en el que Inés Arrimadas y Edmundo Bal tutelan dos listas y dos equipos para los que nadie ha llamado ni ha consultado nada a Merino.

La portavoz de Ciudadanos ya admitió antes de acabar el año que no tenía ni idea de nada de lo que estaba pasando en el partido, que nadie le consultaba nada ni le pedía su aportación. Esta semana, Merino ha insistido en su decepción por un proceso que considera que no cambiará nada, y admitió su «desánimo» y su falta de ilusión de cara a las posibles primarias para elegir a un candidato a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones.

Merino, finalmente, no se va a quedar a presenciar la agonía de Ciudadanos y se va. Todo apunta a que Gracia también lo hará. El diputado era una de las personas más próximas a la síndica. Fuentes de la formación señalan que la síndica había comentado a algunos diputados que lo mejor que podría hacer Cs es no presentarse a las elecciones para no entorpecer una posible victoria del centro derecha. Merino nunca confirmó esa posición en público. No obstante, su salida a cinco meses de las elecciones es un mazazo de cara a la opinión pública. En cualquier caso, era la crónica de una muerte anunciada.

Durante la comisión de Hacienda celebrada en Les Corts en diciembre con motivo del proceso de aprobación de los presupuestos de la Generalitat para este año,preguntada una de las señorías que ocupan la bancada de Ciudadanos sobre dónde estaba Merino, la respuesta fue: «Eso me pregunto y nos preguntamos». La síndica, que tuvo un evidente protagonismo en otros ejercicios, cuando Cs negociaba enmiendas con el PSPV para los presupuestos, este mes de diciembre ha adoptado una posición más discreta. «Está en perfil bajo, como a la espera, pero estamos en unos presupuestos», indican fuentes de la formación naranja, que señalan que la portavoz se siente decepcionada y molesta al comprobar el escaso interés de la dirección nacional hacia su persona. Merino dio un paso a un lado para no tener que dar la cara y defender la tremenda zapatiesta montada en el partido, especialmente al comprobar que nadie contaba con ella de cara al futuro.

El adiós a la francesa de Merino no es el primero en Ciudadanos de la Comunitat. En realidad, es un método habitual en la formación naranja. Así se fueron Carolina Punset (ha acabado de asesora de Puig en Presidencia de la Generalitat) y Alexis Marí durante la pasada legislatura, por sus profundas discrepancia frente a las estrategias de Albert Rivera. Así se fue también Toni Cantó cuando chocó con la dirección del partido liderada por Arrimadas. Y así se va Merino. En ocho años, Ciudadanos va a contar media docena de portavoces parlamentario en la Comunitat, una volatilidad desconcertante para su electorado y para el sentido común.

Todo apunta a que como sustituta de Merino sea elegida la actual síndica adjunta Mamen Peris, si es que Arrimadas y su lista logran vencer a la de Edmundo Bal. El adiós de la portavoz, así como la de Gracia, se enmarca en un proceso de descomposición interna en el que también ha participado la portavoz de Cs en la Comunitat, María Muñoz, que apoya la canidatura de Edmundo Bal.