El equipo de Mazón

Tras arrasar en la votación para hacerse con los mandos del partido, el dirigente alicantino perfila un núcleo duro amplio con el que guiar al PPCV a recuperar la senda de los éxitos electorales

JC. Ferriol Moya

Valencia

Viernes, 25 de junio 2021

Ganar una votación con un 95% de los votos sería el equivalente a lo que suele conocerse como una victoria «a la búlgara», la expresión que hace referencia a esas decisiones que se toman con disciplinada unanimidad. Carlos Mazón se convirtió el pasado 4 ... de junio en nuevo presidente del PP valenciano en sustitución de Isabel Bonig. El dirigente alicantino arrasó en una votación que inicialmente trató de evitar, pero que, a la vista del resultado logrado, le refrendó aún más si cabe para hacerse con todo el poder en el partido.

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Mazón (Alicante, 1974) regresó a la primera línea de la política en 2019, cuando Pablo Casado y Teo García Egea le convencieron para que abandonara la presidencia de la Cámara de Alicante y tomara los mandos del partido. La aceptación de la propuesta, apenas unos minutos después de que Fran Hervías le hubiera ofrecido optar a la alcaldía de Alicante como cartel electoral de Cs, no pasó inadvertida en su partido.

Quien más y quien menos -si acaso con la única excepción de César Sánchez- ya percibió entonces que Mazón no llegaba para ser un simple concejal del equipo de gobierno de Luis Barcala. Llegaba para mandar. Primero en la presidencia de la Diputación, y unida a ella, el PP alicantino. Dos años después, Mazón ya es el presidente regional y ha puesto proa a las elecciones autonómicas, aún sin fecha. Con hilo directo con Pablo Casado, con el que casi compartió responsabilidades en su etapa en NNGG, Mazón es el dirigente popular con el que el presidente nacional del partido contaba desde el principio para tomar las riendas del PPCV. La referencia que en su día hizo Bonig a que Mazón era amigo de García Egea y que ella hablaba con Casado no era exactamente acertada. Mazón ha podido hablar y lo hace habitualmente con ambos.

Despachar a Mazón con la etiqueta de zaplanista sería caer en la ingenuidad. Que sí, que el dirigente popular dirigió el IVAJ bajo la presidencia de Eduardo Zaplana -igual que fue director general con Francisco Camps-. Y que el exministro siempre ha visto a Mazón como su alumno más aventajado. Pero concluir de ello que lo que el PP valenciano hace es reeditar la llegada a la presidencia del partido y de la Generalitat del exalcalde de Benidorm resulta simplista. Mazón pretende liderar un partido que acabe con la histórica batalla de etiquetas en el PPCV, de zaplanistas contra campistas, de liberales contra moderados...

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Y visibilizar esa suma requiere de integración. A Isabel Bonig, la presidenta del PP valenciano hasta que renunció a la reelección -tras comprobar, eso sí, que no disponía de apoyos suficientes como para afrontar un pulso con garantías de éxito- se le ha reconocido la determinación con la que afrontó, a su llegada al cargo en 2015, la complicada situación que atravesaba su partido tras la derrota electoral de ese año. Bonig plantó cara a la decepción, pero también a los casos de corrupción que afectaron a su partido. «Pedir perdón por la corrupción, sí. Pero jamás por pertenecer al PP», se le escuchó en alguna ocasión.

Bonig mostró arrojo y carácter, esa pasión que siempre le ha acompañado en su carrera política y que le llevó a quedarse en 2019 a sólo unos pocos miles de votos de poder gobernar la Generalitat. En el debe, no obstante, algunos compañeros de partido sostienen que su equipo más cercano, las personas con las que tomar las decisiones clave, siempre fue demasiado limitado. Su inseparable Eva Ortiz, Mª Carmen Contelles, Pepe Ciscar... pocos nombres más formaron parte de la guardia pretoriana de la líder popular.

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Mazón quiere hacer otro planteamiento. La estructura de la dirección del partido, más allá de los 22 nombres del comité ejecutivo, pretende componer sobre el papel un equipo amplio e integrador, coral, que sume, y que componga el necesario equilibrio entre las distintas sensibilidades del partido y la representación provincial. Mazón llega de Alicante y aunque el arrollador triunfo en la votación despeja todas las dudas respecto a su desembarco en Valencia, el dirigente popular es consciente de la necesidad de componer los equilibrios necesarios para que toda la organización se sienta cómoda y bien representada.

Entrando al lio del diseño de la nueva estructura del partido, lo que Mazón ha perfilado son una serie de círculos concéntricos entrelazados: el territorial, el orgánico y el ideológico. Una dirección que quiere ser más coral, en las funciones más que en el reparto de voces, con un papel clave para la secretaría general de María José Catalá, como coordinadora de todas esas áreas.

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La líder del partido en la ciudad de Valencia está llamada a ser piedra angular en el equipo de Mazón. Tras el congreso asumirá la portavocía del grupo popular de Les Corts, circunstancia que lejos de dejar entrever un progresivo alejamiento de la actividad política municipal -sería la lectura más obvia, pero no la correcta-, le permitirá confrontar con Ximo Puig cuando lo considere oportuno. Más visibilidad para la candidata a la alcaldía de Valencia para llegar a un electorado urbano, que ponga en valor la capacidad de oratoria de la dirigente popular, y su determinación para asumir nuevas responsabilidades frente a la creciente invisibilidad de Joan Ribó, 33 años mayor que ella.

Catalá no será una secretaria general al uso. No vale el modelo Eva Ortiz, porque el de la nueva número dos tendrá mayor presencia y más papel de coordinación, ni el de la hiperactividad de la etapa de Ricardo Costa. La suya será una voz clave a la hora de mantener alineados esos tres círculos, el territorial, el orgánico y el ideológico, y al tiempo, hacer bandera del discurso valencianista del partido, un eje determinante para el liderazgo de Mazón. Catalá no es Rita Barberá, porque esa figura política es irrepetible. Pero aspira a recuperar y a movilizar a todo ese caudal de apoyo que la alcaldesa recibió en su día como referente político y emocional de su partido en la ciudad de Valencia.

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Ese primer círculo territorial con el que Mazón quiere integrar a las direcciones provinciales se dejó retratar hace pocas fechas en un almuerzo en Alboraia. Los tres presidentes provinciales, Vicente Mompó, Toni Pérez y Marta Barrachina, tendrán voz y peso propio en la nueva dirección. Un movimiento dirigido a mantener a las direcciones provinciales en la misma clave que la dirección regional, una circunstancia que en el PP valenciano ha generado históricamente alguna fricción, precisamente por no haber sabido alinear a los barones provinciales con la dirección regional. Mazón sitúa a los tres barones provinciales en el comité de dirección, el anillo de decisión más pequeño y más importante del partido, a imagen del comité de dirección cuyas reuniones preside Pablo Casado en Génova todos los lunes.

Vicente Mompó, el líder provincial que puso fin a la interinidad generada en el partido tras la batalla encarnizada entre Vicente Betoret y Mª Carmen Contelles y la designación de una gestora, sumó de la mano de la calle Génova el apoyo de todas las sensibilidades del partido en aquella famosa foto en la sede de los populares. Portavoz del PP en la Diputación de Valencia, Mompó fue el encargado de destituir a José Vicente Anaya como coordinador del partido tras el anuncio de éste qde que pretendía optar a la presidencia regional. Mazón ha encontrado en Mompó un valor que le ofrece confianza y que, al mismo tiempo, le sirve de contrapeso de otros cargos regionales. El líder provincial también baraja introducir cambios en breve en su equipo más cercano.

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Toni Pérez ha asumido la presidencia del PP de Alicante tras la marcha de Mazón. Alcalde de Benidorm y secretario general con la anterior dirección, Pérez forma parte de esa pequeña nómina de cuatro o cinco personas -entre las que se incluyen Macarena Montesinos, José Antonio Rovira y Juanfran Pérez Llorca-, compañeros de toda la vida de Mazón en el partido, con los que el líder popular mantiene una relación de amistad que trasciende del ámbito político. Pérez es el encargado de mantener engrasada la maquinaria del PP alicantino, la organización provincial con más músculo del partido en la Comunitat.

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Marta Barrachina es la líder provincial de Castellón, donde ha sustituido a Miguel Barrachina -sin vinculación familiar con ella-. Mazón está dándole protagonismo a la dirigente popular, que no sólo le ofrece frescura e imagen de renovación en el partido (el PP de Castellón lo necesita de forma particular). También le garantiza cohesión con el discurso del comité ejecutivo regional.

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El anillo territorial se completa con Luis Barcala y Begoña Carrasco. Los autores de la ponencia que se debatirá en el congreso regional están llamados a representar la voz del partido en Alicante y Castellón. Mazón es consciente de la importancia del voto urbano, y de ahí la necesidad de mantener alineados con el discurso de la dirección regional al alcalde alicantino y la portavoz en el Ayuntamiento de Castellón. Barcala se ha constituido ya como una voz propia en Alicante, un valor al alza en el PP regional, con el que Mazón mantiene una estrecha relación.

El anillo territorial reúne por tanto a los barones provinciales y a los alcaldes y portavoces de las tres capitales de provincia.

El aparato del partido es el segundo anillo, aunque eso no significa que no sea el más importante o que los referentes territoriales no vayan a tener un papel protagonista también en esa estructura. En este segundo anillo el nombre que está llamado a asumir un papel capital es el del alcalde de Finestrat, Juan Francisco Pérez Llorca.

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A Juanfran, como se le conoce en el partido (especialmente en la provincia de Alicante) se le pudo ver, por ejemplo, en la entrega en Valencia de los más de 11.000 avales con los que Mazón formalizó su candidatura a líder regional. La presencia del alcalde alicantino en la entrega de avales ya daba pistas del papel clave que Pérez Llorca está llamado a asumir en la gestión del día a día de la organización.

Porque ese aspecto, el vinculado a las sedes locales, al estímulo y activación del partido en el nivel más cercano a los ciudadanos, es el que acaba propiciando éxitos electorales. De poco sirve un gran discurso o un gran debate si después no se consigue mantener a toda la militancia concienciada de la necesidad de activar al partido en todos los niveles. Pérez Llorca, que mantiene una muy buena relación con el que fuera líder provincial, José Císcar, conoce el partido y los resortes que hay que activar para conseguir que la organización mantenga un nivel óptimo de actividad. El papel que Pérez Llorca -coordinador del partido en la provincia de Alicante con Mazón de lider provincial- está llamado asumir no se limita al de la mera organización de la estructura orgánica. También asumirá funciones en el diseño de la estrategia, entendida no únicamente desde el diseño de las grandes líneas del discurso político, sino también en cómo trasladarla al resto de niveles de la organización.

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Con Pérez Llorca están llamados a participar en el diseño de todo ese ámbito de la organización y la estrategia la senadora por Castellón Salomé Pradas, el diputado provincial Avelino Mascarell y el alcalde de Torrevieja Eduardo Dolón. Los tres formaron parte del equipo de campaña con el que Mazón arrasó en el proceso de elección del presidente regional del PPCV. «Las ligas no las ganan los titulares, sino las plantillas», se le ha oido decir al líder regional. Pradas es la secretaria general del grupo del PP en el Senado que encabeza Javier Maroto. Mascarell es, además de alcalde de Xeraco, uno de los mejores conocedores de la realidad comarcal del partido en la provincia de Valencia. Y Dolón, vicepresidente primero de la Diputación de Alicante, es otro de esos cargos del partido a los que Mazón ha sabido integrar para componer un PPCV más coral.

Y el tercer anillo es el ideológico, el del análisis del escenario y la toma de decisiones. El que debe dar profundidad al mensaje de los populares. Varios nombres con peso específico en el grupo de Les Corts, el principal ámbito institucional en el que el nuevo PP de Mazón va a dar batalla, componen ese equipo. El primero de ellos es José Antonio Rovira, el hombre de máxima confianza de Mazón en el grupo popular del Parlamento Valenciano. La relación del nuevo presidente popular y 'Rovi', como le conocen sus más cercanos, trasciende de la actividad política. Han compartido piso en sus años de alto cargo en la administración autonómica, las familias han salido juntas a cenar... Rovira ha sido siempre la voz de Mazón en el grupo parlamentario. Y esa circunstancia hace evidente que vaya a asumir nuevas responsabilidades, tanto en el grupo como en la dirección regional. Ex director general de Personal de la conselleria de Educación (entre 2001 y 2007) y director territorial de Alicante de la misma conselleria bajo el mandato en ese departamento de María José Catalá, este licenciado en Económicas ya ocupó el área de Organización del partido cuando Mazón logró la presidencia provincia de Alicante.

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A Rovira le va a tocar el diseño de buena parte de las propuestas políticas del partido. Mensaje, contenidos, ideología, libertades... conceptos sobre los que trabajar un proyecto político «tan liberal como sea posible», como se le ha oido decir en alguna ocasión a Mazón.

Junto a Rovira, Eva Ortiz, José Juan Zaplana, Elena Bastidas o Miguel Barrachina mantendrán papeles protagonistas. La exsecretaria general ha asumido las funciones de síndica del grupo en sustitución de Bonig -una labor que abandonará tras la celebración del congreso del 3 de julio-. Contundente en el cuerpo a cuerpo, de verbo afilado y de máxima lealtad a Bonig, Mazón ha sabido apreciar la labor de la diputada oriolana, la que de forma más evidente ha abanderado el frente político abierto por los populares contra el jefe del Consell, con la investigación judicial abierta a su hermano por las subvenciones públicas que ha recibido entre sus máximos exponentes.

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Con Ortiz, Bastidas en su marcaje a la gestión de la vicepresidenta Mónica Oltra, JJ Zaplana haciendo blanco sobre la labor de la conselleria de Sanidad, Miguel Barrachina sobre el área de Agricultura o Rubén Ibáñez en Hacienda se han consolidado como referencias de la labor de oposición del PP de Les Corts. Parlamentarios que han sostenido el trabajo de oposición al Botánico en Les Corts bajo la presidencia de Bonig y con los que Mazón cuenta, tanto por su valía como elementos clave de ese trabajo político como por esa necesaria integración que debe de ser determinante para entender al partido como un proyecto que va unido a recuperar la hegemonía electoral perdida en 2015.

No se puede hablar del equipo de Mazón sin dejar de señalar a Macarena Montesinos. La diputada nacional del PP, Maka para sus amigos, es una de las personas más vinculadas al nuevo presidente regional. El 'oráculo', como algunos la han bautizado con acierto, representa para el dirigente popular no sólo un mejor conocimiento de las decisiones y estrategias que toma la dirección nacional en su día a día. Montesinos es amiga personal de Mazón, referente de una de las etapas más exitosas del PP valenciano -fue diputada autonómica con Eduardo Zaplana- y además de brillante oradora, conoce el partido como pocos. «En las decisiones importantes, Carlos siempre escucha a Macarena», señala una fuente del PP alicantino. Miembro de la dirección del grupo popular del Congreso, hija del histórico Juan Antonio Montesinos, Maka guarda con Mazón además una trayectoria política paralela. Purgados de la dirección en la etapa de Francisco Camps, y con papeles clave ahora en la dirección de Pablo Casado.

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El equipo de Mazón no acaba con esos anillos -territorial, de organización e ideológico-. El concejal del Ayuntamiento de Valencia y diputado provincial Juan Giner está llamado a asumir responsabilidades en el área de análisis y programas. Muy vinculado a Catalá, Giner está considerado, igual que el diputado nacional Luis Santamaría, como uno de los cargos populares con mejor mano a la hora de preparar informes o análisis de situación política que resultan tan determinantes para poder ordenar en cada momento la estrategia del partido.

Santamaría, portavoz de Justicia en el Congreso de los Diputados y presidente del comité organizador del XV congreso de los populares, es persona de confianza de Mazón y uno de esos responsables de partido capaces de coger perspectiva en sus análisis para ver más allá del corto plazo. Mazón cuenta con él porque asume que es una de las cabezas mejor amuebladas de la organización, aunque alguna de las decisiones adoptadas desde el COC han sido objeto de cierta polémica.

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Comprender el nuevo PP de Mazón obliga a poner el foco en su relación con Valencia. Que la líder del partido en la ciudad, Catalá, vaya a asumir un rol incluso superior al que le correspondería como número dos, o que Vicente Mompó se integre con un papel determinante en el comité de dirección del partido, o que el valencianismo se integre como principio incuestionable de su acción política, no son decisiones tomadas a la ligera. Responden a una voluntad por identificar al partido como el de toda la Comunitat, por tapar las opciones de que el liderazgo de un dirigente alicantino pudiera ser utilizado para generar una alternativa en clave localista valenciana -así se interpretó el movimiento de Anaya y el apoyo prestado por el Foro 2020 de Pedro Agramunt y Francisco Camps-.

En esa clave de Valencia, el papel a jugar por dos valencianos en la dirección nacional no es menor. Belén Hoyo, presidenta del comité electoral y valenciana con mayor peso en la dirección nacional, avanzó su apoyo a Mazón incluso antes de que éste formalizara la presentación de su candidatura. Su actividad política no parece dirigida a regresar a la Comunitat, pero contar con ella, igual que con Fernando de Rosa, reforzando el equipo de Mazón resulta de gran ayuda.

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El otro valenciano con responsabilidades en Madrid es Vicente Betoret. Secretario Electoral del PP y portavoz de política territorial en el Congreso, el expresidente provincial -encuadrado en el equipo de Organización que dirige Ana Beltrán- ha venido desempeñando una importante labor en el partido, aunque sin visibilidad en el ámbito de la Comunitat valenciana. Con hilo directo con Vicente Mompó, el exlíder provincial ha jugado un papel clave en la pacificación del partido en Valencia. Desde Bruselas, las opiniones y el criterio siempre certero de Esteban González Pons es de los más apreciados.

El congreso regional lo presidirá Alberto Fabra, último presidente de la Generalitat del PPCV y líder del partido entre 2011 y 2015, una de las etapas más complicadas de las dos décadas de hegemonía electoral de los populares valencianos. A Fabra, igual que a otros muchos exlíderes del partido se les vio en la presentación de la candidatura de Mazón en el Parterre. El PPCV traslada la imagen de haber recuperado el optimismo. Los resultados de las autonómicas madrileñas, las encuestas que sitúan al PP de Casado como ganador de las elecciones, el aumento de las fricciones entre los socios del Botánico... Las próximas elecciones autonómicas serán en 2023, si no se produce un adelanto electoral. Y el PPCV presenta su nueva alineación, con Mazón al frente, para tratar de recuperar la hegemonía electoral que perdió en la Comunitat en 2015.

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