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BURGUERA
Jueves, 21 de abril 2022, 13:19
Fortalezas y debilidades. Mientras la oposición ha buscado las segundas, el tripartito se ha aferrado a las primeras. No le queda otra a la izquierda, ... que empezó el año con la sensación de que las sesiones de control al presidente de la Generalitat serían plácidos paseos políticos y desde hace un par de meses no tiene modo de pasar por Les Corts sin dejarse pelos en la gatera. Por acción o por omisión. Por sus palabras o por sus silencios. En esta ocasión, por la ausencia, por el notorio modo en que las principales figuras del Consell, el presidente Puig y la vicepresidenta Oltra, no se han dado por aludidos frente a las andandas de la oposición.
Los líderes del PSPV y Compromís han obviado las críticas de la derecha por la fractura del discurso del tripartito en materia turística. Tampoco ha respondido el presidente frente a las constantes referencias a la investigación judicial que sufre su hermano Francis, imputado en un caso relacionado con la presunta ilegalidad de las ayudas públicas de hasta tres gobiernos autonómicos recibidas por las empresas vinculadas al empresario de Morella. E igualmente no ha habido réplica a las críticas por la comprometida situación que vive el Consell a raíz de la posible imputación de Oltra con motivo de la investigación de la gestión de su conselleria ante los abusos de su exmarido a una menor. La vicepresidenta ha ofrecido un perfil inusualmente bajo durante la sesión. El Gobierno valenciano se ha mostrado extraordinariamente coral. Ha cobrado un sorprendente progatonismo Ana Barceló, consellera de Sanidad, a la que nadie ha preguntado sobre materia sanitaria, pero que ha tomado dos veces la palabra ante las repreguntas del PP y Ciudadanos. Además de Barceló, han tomado la palabra Illueca, Mollà o Marzà. Corales como nunca y con Oltra sin el protagonismo de siempre.
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Oltra, habitualmente muy guerrera frente a la oposición, hoy no ha contestado en las repreguntas del PP a Puig. Sólo ha tomado la palabra en una ocasión, para afear a Quiles (Ciudadanos) sus críticas a la gestión de las plazas de los centros de residencias para mayores. Frente a los requerimientos de explicaciones del PP o de Vox, Oltra no ha dicho ni esta boca es mía. El mismo silencio que ha guardado Puig frente a las referencias, constantes, a su hermano, tanto de los populares como de los voxistas o de Ciudadanos. La síndica de Vox, Ana Vega, le ha llegado a preguntar: «¿La familia, bien?». El presidente ha pasado de largo frente a todos los puyazos respecto a los negocios de Francis Puig, así como ante las preguntas directas en relación a la tasa turística. La portavoz del PP, María José Catalá, le ha preguntado, directamente, si la va a implantar. Nada, ni mencionar el asunto. Catalá y Ciudadanos le han reprochado que se deje «lastrar» por Compromís y Podemos al implementar el nuevo impuesto, críticas que tampoco han sido respondidas, ni replicadas, ni mencionadas por Puig, quien ha preferido enumerar resultados y objetivos de los planes del Consell. El presidente de la Generalitat ha verbalizado la esperanza de que la gigafactoria de Volkswagen sea algo así como un punto de inflexión económica para la Comunitat.
El jefe del Consell se queda con lo bueno y obvia lo malo. En el mismo sentido, se ha manifestado frente a la infrafinanciación. Puig ha llegado a situar al mismo nivel de responsabilidad a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, en materia de financiación. El dirigente socialista ha reivindicado su defensa «clara y permanente» de un nuevo modelo de financiación autonómica «aquí y en Madrid» y «gobierne quien gobierne», pero ha recalcado al resto de grupos políticos: «Este partido se tiene que jugar en el Congreso de los Diputados, porque para su aprobación se necesita de una mayoría suficiente y algunos prefieren estar con el 'statu quo'». Esa equiparación de Sánchez y Feijóo ha sido considerada como algo lógico por el PP, por entender que al actual presidente del Gobierno le sucederá el líder de los populares.
La síndica del PP, María José Catalá, ha señalado que «Sánchez ha despejado a córner la financiación autonómica» y «ustedes van diciendo mentiras sobre de quién es la culpa». «La culpa es de quienes gobiernan, piden un consenso con una comisión mixta con todos los grupos parlamentario y el presidente no mueven ni un dedo por la financiación de los valencianos», ha subrayado, para preguntar al 'president': «¿Va a pelear por la financiación y pedir la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera?». Posteriormente, Catalá ha incidido en el modo en que Puig ha evitado dar explicaciones: «Que deje de hacer el trilero y diga si va a paralizar la tramitación de la tasa turística. Lo ha evitado hasta en cuatro ocasiones».
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