La renovación del Consell Jurídic Consultiu (CJC) es uno de los frentes abiertos en el capítulo de renovaciones de órganos estatutarios. La institución que preside Margarita Soler acumula ya un año y cuatro meses con el mandato de tres de sus seis miembros expirado -el ... de los otros tres es de 'sólo' cuatro meses-. Es decir, está pendiente la renovación del conjunto de sus integrantes, y además, la aplicación de la nueva ley, que reduce de tres a dos los consejeros propuestos por el Consell y amplía de tres a cuatro los que debe aprobar Les Corts.
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Hecha la presentación, vamos al detalle. Presidencia de la Generalitat ultima la designación de sus dos consejeros. Uno de ellos, según todas las fuentes consultadas, es la actual presidenta de la institución, Margarita Soler. El otro podría corresponder a Compromís –se ha barajado el nombre del exconseller Manuel Alcaraz, aunque el actual secretario de la institución, Joan Tamarit, también tiene opciones–.
La renovación de los consejeros que debe proponer el Consell no completa obviamente la de todo el CJC. Faltan los cuatro de Les Corts, sobre los que, por el momento, no ha habido acuerdo. Tanto que se da por hecho que esas designaciones, que requieren del voto de una mayoría cualificada, no se producirá hasta la próxima legislatura.
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¿Y entonces? La designación sólo de dos nuevos consejeros, con Soler como uno de ellos, no permitiría a la actual presidenta del Jurídic mantenerse en el cargo. El cese de la presidencia por expiración del mandato determina que las funciones de la presidencia las asume la vicepresidencia, según un informe al que ha tenido acceso este diario, hasta la elección del nuevo presidente. Circunstancia que sólo se producirá si se renuevan todos los consejeros. El actual vicepresidente del Jurídic es Enrique Fliquete, consejero propuesto por el PP. Es decir, a la espera de la renovación total del consejo, la presidencia interina recaería sobre el consejero propuesto por el PPCV.
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¿Y en ese caso, por qué el Palau acelera los cambios en el Jurídic? La nueva ley del Jurídic, aprobada en 2018, establece esa nueva proporción de dos miembros propuestos por el Consell y cuatro por Les Corts. Con el Botánico y su actual mayoría parlamentaria, sacar adelante la renovación de todos los consejeros le permitiría, probablemente, proponer a cuatro de los seis miembros del consejo. Es decir, mantener la mayoría en el alto órgano consultivo, encargado entre otras funciones de pronunciarse respecto al encaje legal de las iniciativas legislativas del Consell, de la Generalitat en su conjunto, así como de ayuntamientos y universidades. Nombrar a los dos miembros que representan al Consell supone garantizarse la propuesta de dos de los seis miembros. Si los cuatro restantes se nombran pasadas las elecciones y el Botánico retierne la mayoría, podrá proponer al menos a la mitad. De manera que se garantizará cuatro de los seis puestos.
Pero ¿y si no? La celeridad que Presidencia del Consell quiere imprimir a la designación de sus dos candidatos parece relacionada con ese otro escenario. Garantizarse sobre seis consejeros la propuesta de dos significa que, a la vista de la mayoría cualificada necesaria para que Les Corts aprueben sus cuatro candidatos, la izquierda tendrá al menos tres de los consejeros asegurados.
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Es decir, la maniobra del Consell estaría relacionada con el temor a que el resultado del 28-M devuelva la hegemonía electoral al centro derecha, y con ello, la posición idónea para nombrar a la mayoría del CJC. Al nombrar ya a dos consejeros, el Botánico se garantizaría disponer de tres consejeros.
¿Y en ese caso, cómo se elige presidente? La ley y el reglamento del CJC establecen que el presidente debe de ser elegido en primera votación por mayoría absoluta, o en segunda por mayoría simple. ¿Y si hay empate entre dos candidatos? En ese caso lo que se plantearía es un sorteo puro y duro -moneda al aire- entre los dos aspirantes. Para el Botánico, si el 28-M pierde las elecciones, mejor jugárselo a la tómbola que perder seguro.
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Los tres miembros elegidos por el Consell y con el mandato caducado desde octubre de 2021 son la propia Soler, Asunción Ventura y Faustino de Urquía. De todos ellos, Soler cuenta con todas las opciones para seguir en el cargo. El otro nombre que debe proponer el Consell le corresponderá, previsiblemente, a Compromís. Ahí es donde la opción del exconseller Alcaraz o la de Tamarit cobran fuerza.
Alcaraz contaría con el respaldo de la actual vicepresidenta del Consell, Aitana Mas. Tamarit, por contra, tiene el apoyo del diputado nacional y candidato a la presidencia de la Generalitat por Compromís, Joan Baldoví.
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Con la propuesta de los dos consejeros, los tres designados en la última renovación del CJC cesarían en su cargo. El Consell no puede renovar a los tres que nombró en la última ocasión porque la nueva ley sólo le permite proponer a dos.
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