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La biografía de Jesús Gordillo suma hoy un nuevo capítulo que no desmerece los antecedentes. El testigo clave de la Fiscalía Anticorrupción ha cambiado completamente ... su versión acerca de la caja B del PP de Valencia. No se trata de meras contradicciones o detalles sin importancia. Gordillo, ante la presencia en la sala de Alfonso Grau quien ejerció prácticamente de padrino familiar y político, ha construido un nuevo relato donde no existe la financiación ilegal del PP, exculpa, por tanto, a Alfonso Grau y responsabiliza de todo -si es que hay algo ahora de lo que culpar- a Sáez Merino, dueño de Laterne, ya fallecido. Sin posibilidad, por tanto, de contrarrestar la reciente historia de Gordillo. Y así pretende que se cierre el círculo. La Fiscalía puede pedir la deducción de testimonio, es decir, que se le investigue por mentir. Es un testigo y está obligado a decir la verdad.
Conviene recordar que este hombre es capital en la acusación de la Fiscalía. Fue él quien aportó los papeles, la documentación que acreditaba la ilegal operativa en la campaña de 2007 a través de Laterne. Hace ocho años dijo que los encontró mientras limpiaba su casa. Ahora esto parece que no fue así. Gordillo reveló que fue amenazado para que entregara la documentación. Un hombre se le acercó en «una calle poco transitada», y le entregó esos papeles con el encargo de que lo llevara a la Fiscalía. Finalmente lo hizo a través de una periodista.
El hombre misterioso amenazó con hacerle daño a sus hijos y le mostró una fotografía de los menores. «Estuve seis meses sin salir a la calle», subrayó. No se entiende por qué este hombre sin identificar no llevó directamente los papeles a la Fiscalía, ya que tenía la opción de hacerlo de manera anónima.
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Gordillo, en ese estado de tensión, parece que no se aclaró en su comparecencia ante el juez instructor. Este miércoles ha negado que Grau le diera 350.000 euros en billetes de 500 para pagar a proveedores de la campaña del PP sino que fue Vicente Sáez quien le entregó esa cantidad. «Saez atribuía gastos de campaña al PP, pero no lo eran», indicó. «Había facturas que no se correspondían con ningún gasto de campaña de Barberá«, aseguró.
El testigo, preguntado por lo que hizo con los 350.000 euros, ha indicado que lo destinó «a pagar facturas en diferentes bancos, cogiendo facturas y dinero». Ha dicho que sobraron 15.000 euros y que se los devolvió a Sáez delante de Grau. La versión de los pagos sí que coincide con la de instrucción, pero entonces dijo que el dinero sobrante se lo devolvió a Grau.
La tesis del testigo es que los proveedores de Laterne querían aprovecharse de la agencia y pasaban facturas hinchadas por los actos electorales que elaboraban. Es decir, que estas empresas fueron las que elevaron el coste de la campaña de Rita Barberá de manera artificial.
Gordillo indicó que en su comparecencia ante la Guardia Civil estaba solo y se sintió presionado porque declaró durante nueve horas sin apenas descanso y mientras su hija estaba sola en casa. Su descendiente tenía entonces siete años. También atravesaba un difícil momento personal con problemas en su matrimonio. Todo esto le llevó a efectuar esa declaración.
Días más tarde, sin embargo, ratificó su testimonio en el juzgado, contenido que ahora niega. En la declaración de hoy apunta a que algunas preguntas eran capciosas, las del juez instructor. Unos argumentos que suelen ser habituales en personas que cambian sorprendentemente su versión.
Las defensas abandonaron la sala visiblemente satisfechas tras la declaración del testigo. Este cambio resulta muy favorable a sus intereses.
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