Urgente Una acusación pide a la juez de la dana que reclame la 'caja negra' del sistema de Emergencias
Vicent Soler, Mónica Oltra, Ximo Puig y Héctor Illueca, en un pleno del Consell. LP

El tripartito ingresa 6.000 millones más y ni así ejecuta todo su gasto social

Disponer de más dinero por la inyección del Gobierno y por subir impuestos no impide que desde 2016 se dejen de invertir 4.700 millones

JC. Ferriol Moya

Valencia

Lunes, 21 de marzo 2022, 10:54

No existe la cuadratura del círculo. No al menos en los ingresos y los gastos. Si ingresas más, puedes gastar más, y si ingresas menos... ... pues ya se sabe. Únicamente en el caso de que la gestión, de un particular, de una empresa o de una administración, sea equivocada (o negligente), se puede ingresar más y, en cambio, el gasto no llegar a ser el que se pretende.

Publicidad

Al tripartito valenciano le pasa un poco de eso. La reforma de la financiación autonómica es una vieja reivindicación que viene acompañando al Consell de Ximo Puig desde el mismo momento en que el líder socialista cruzó el umbral del Palau de la Generalitat. La Comunitat no recibe el dinero que necesita y, por lo tanto, no puede gastar como la media en educación, sanidad, políticas de igualdad o vivienda. Lo que se denomina el gasto social. Al final, y esa es la conclusión, ese dinero no llega, se contraen deudas, y es posteriormente el Gobierno central el que, a través del FLA presta esos fondos, que van a engordar la deuda pública –52.301 millones de euros–.

Lo de que el dinero no llega es, en realidad, un decir. No llega tanto como a otras CCAA, pero llega bastante más que en 2015, cuando los votos de PSPV, Compromís y Podemos sumaron la mayoría suficiente como para alcanzar la Generalitat. ¿Cuánto más? Los datos que facilita la Intervención de la Generalitat señalan que en 2016, la Comunitat ingresó 9.120 millones de euros, es decir, 1.048 millones más que el año anterior. En 2021, ultimo ejercicio cerrado (de forma provisional), esos ingresos se fueron hasta 11.343 millones. La diferencia es de más de 2.300 millones de euros. El aumento de ingresos es incuestionable.

Los impuestos

Al factor de la financiación hay que sumar otro. El del incremento de ingresos por la vía de la fiscalidad. Los impuestos o la falta de ellos resultan determinantes para la actividad de una administración pública. La valenciana, por ejemplo, tiene casi imposible adoptar medidas dirigidas a rebajar sus impuestos porque su situación financiera lo impide. No se podría mantener un discurso reivindicativo como el de la financiación si, en paralelo, el Consell renunciara por la vía de la rebaja de impuestos a una parte de sus ingresos.

Publicidad

El dinero que ingresa el Consell por la vía de los impuestos también ha experimentado un significativo aumento durante los últimos años. En 2016, la suma de los ingresos por impuestos directos, como el IRPF; indirectos, como el IVA; así como las Tasas y los precios públicos, ascendió a 10.399 millones de euros. El dato (también de la Intervención General) correspondiente al ejercicio de 2021 cifra esos ingresos en 13.169 millones. La diferencia es de 2.770 millones de euros.

Es decir, el tripartito que encabeza Ximo Puig ingresaba por financiación e impuestos en 2016 algo menos de 20.000 millones de euros. La cifra de 2021 se situó en el entorno de los 24.500 millones. Prácticamente 5.000 millones de euros más.

Publicidad

Más presupuesto

Y si se ingresa más, se puede gastar más. Y de hecho se gasta. Los presupuestos de las carteras sociales se han incrementado de forma significativa durante los últimos seis años. En 2016 el de Sanidad alcanzó los 6.716 millones, y en 2021supera los 8.717 millones; el de Educación ha pasado de 4.353 millones a 4.772; y el de Igualdad, de 1.005 millones en 2016, superó el año pasado los 2.000 millones.

Se ha presupuestado más. Pero, ¿se gasta todo? La respuesta a esa pregunta es la que retrata el verdero problema de las finanzas valencianas. No se trata de ingresar más, ni de elevar el presupuesto, sino de que se ejecute todo lo que se presupuesta. Porque eso, gastar exactamente lo que se dice que se va a gastar, no ocurre. Y si esa circunstancia afecta a los capítulos de gasto social, como educación, sanidad, políticas de igualdad o vivienda, quedarse corto con el dinero resulta aún más sangrante.

Publicidad

Y así ha venido ocurriendo también durante estos años. En 2016, las carteras de perfil social dejaron sin ejecutar 491 millones de euros (vivienda 193,4 millones; educación, 171 millones; sanidad, 67,3 millones; e igualdad, 58,7 millones). En 2017 esa cifra se elevó hasta los 608,9 millones; en 2018 alcanzó los 587,7 millones; en 2019 llegó a 1.112,9 millones; en 2020, a 972,1 millones; y en 2021 a 939,5 millones de euros. En seis ejercicios presupuestarios, la inejecución de fondos en las carteras de perfil social suma más de 4.700 millones de euros. Un presupuesto equivalente al de la conselleria de Educación del año pasado.

De manera que la paradoja indica que el Consell cuenta con más ingresos, consecuencia del aumento de la financiación autonómica y de los ingresos por vía de los impuestos, y en cambio se deja una cantidad casi calcada por ejecutar. Cantidades que, en el caso de departamentos como vivienda, suponen en ocasiones hasta el 50% de su presupuesto total. Datos que abonan la tesis de que se trata de departamentos que tienen una única justificación política, la del reparto de puestos entre los partidos que forman el tripartito, y que en ningún caso favorecen la gestión de los recursos.

Publicidad

Y, en todo caso, se trata de fondos que deberían ir destinados a sanidad, a educación, a políticas de igualdad... a las banderas que el tripartito agita para sostener la necesidad de un gobierno de perfil progresista. Los números, lo que indican, es que el dinero se 'pinta' en los presupuestos de cada año. Pero el que realmente se utiliza, el que llega a sus destinatarios, suele ser bastante inferior.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad