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Puig, Oltra e Illueca, con Barceló de en la fila siguiente ejerciendo ya de síndica del PSPV. iván arlandis

El tripartito acorta al máximo el control en Les Corts a Puig ante los casos de su hermano y de Oltra

El Consell pasa de puntillas sobre una sesión de preguntas al presidente breve e incómoda para un Botánico que sufre a causa de los frentes judiciales abiertos que la oposición le reprocha

BURGUERA

Jueves, 19 de mayo 2022, 13:22 | Actualizado 14:02h.

Eran las 11.27 horas cuando Enric Morera, presidente de Les Corts, ha dado por finalizado el punto del pleno parlamentario valenciano dedicado al control ... al jefe del Consell, Ximo Puig. Ni hora y media. Bastante menos, en realidad 80 minutos. Tan corto, que el propio Morera ha reconocido que el siguiente punto, el relacionado con el voto de los diputados, estaba previsto «nunca antes de las 11.30 horas». Porque ese es el tiempo mínimo que suele durar la sesión de control al presidente Puig. Qué menos que hora y media. Sin embargo, la situación política, tal y como admiten fuentes del tripartito, propician que la incomodidad del Consell se traduzca en una insólita brevedad. Hay que pasar el trago lo antes posible y se transmite cierto «miedo escénico» ante lo que pueda ocurrir en la Cámara.

Desde la bancada de los populares se extrañan de esta estrategia de brevedad por parte del Ejecutivo valenciano, al que el reglamento que fija este debate le beneficia. Puig tiene más tiempo que nadie y siempre tiene la última palabra. El presidente, sin embargo, no se ha mostrado nada cómodo ante la ofensiva de la oposición.

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La derecha ha centrado sus preguntas y críticas al Consell en varios aspectos. Por un lado, todo lo relacionado con el malestar de los regantes a causa de la falta de agua y la actitud de rechazo de Castilla-La Mancha de continuar ejecutando el trasvase Tajo-Segura.

Por otra parte, la inminente comparecencia judicial de Francis Puig, el hermano del presidente, en la causa judicial que investiga las ayudas recibidas por parte de varias administraciones, entre ellas la que preside el líder del PSPV.

Y luego, todo lo relacionado con la causa judicial en la que Oltra puede ser imputada. En este sentido, la oposición ha utilizado las palabras pronunciadas por la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, la semana pasada, cuando invitó a la vicepresidenta a reflexionar si su posible imputación no perjudica al Consell de tal forma que sería mejor que dimitiese. A raíz de eso ha surgido incluso la furibunda reacción de miembros de Compromís, que acusaron a Bravo de «estar por lo que está». Desde Vox se ha afeado al tripartito ese tipo de «ataques machistas», que la propia Bravo denunció, y que Oltra, sin embargo, ha considerado una interpretación equivocada.

Los enredos judiciales que sufren los líderes del tripartito, directa o indirectamente, han sumido al Consell en un sentimiento de incomodidad cuando viene a Les Corts. Y eso que la sesión ha comenzado con cierta alegría, por el estreno de cinco consellers. Sin embargo, toda esa sensación de novedad y estreno se ha oscurecido rápidamente. La síndica del PP, María José Catalá, ha arrancado con todo lo relacionado con el Plan del Tajo y recriminando a Puig que no acudiese el martes a la manifestación de los regantes en Alicante. El presidente ha alegado que era importante su presencia en la apertura de la Línea 10 del tranvía en Valencia. A partir de ahí, en las repreguntas, los populares han recordado el caso de Francis Puig y el de la posible imputación de Oltra. Y ese mismo patrón, con mínimas diferencias, ha seguido Ciudadanos y Vox. El peso de las críticas ya no recaen en la vicepresidenta, sino en el jefe del Consell por mantenerla en el puesto incluso después de haber remodelado su Gobierno.

Respuestas muy cortas

Las bancadas socialistas, nacionalistas y de Podemos han optado por no responder a las críticas de la oposición. Morera sólo ha detenido el debate en una ocasión para llamar la atención a la bancada de la derecha. Las respuestas del Consell han sido inusualmente breves en las repreguntas al presidente, que incluso cuando contestaba al «fuego amigo», las preguntas de la líder de Podemos, Pilar Lima, se ha dejado un minuto sin usar.

La contrariedad del presidente Puig era evidente, así como la del PSPV, muy incómodo porque la síndica del PP, María José Catalá, no permite que el jefe del Consell tenga la última palabra. Después de los plenos hace una valoración de lo que ha pasado en el hemiciclo. Los 80 minutos de la sesión de control son «molto longos» para el tripartito, el término que utilizan los madridistas para señalar el «miedo escénico» que provoca en sus rivales jugar en el Bernabéu. Y sin los 80 minutos se les hacen largos, que Catalá haga declaraciones posteriormente de motivo de indignación en las filas socialistas. Para Presidencia, todo lo relacionado con Francis Puig no tiene vínculo alguno con la actuación de la Generalitat. Si algo hizo mal el hermano del presidente, es un problema de él, y no de la gestión del Consell.

Puig «huidizo», Catalá «descontenta»

Catalá ha advertido que la intención de su partido es plantear ante Les Corts la necesidad de recurrir el decreto del Ministerio en relación al trasvase. «Puig está incómodo, enfadado y huidizo. Lo entiendo, pero es bochornosa su ausencia reiterada, también la semana próxima, cuando comparece su hermano. El propio Morera, hace unos meses, planteó enviar una carta a los consellers instándoles a venir. Si no saben cómo defenderse, que convoquen elecciones ya», ha señalado la síndica del PP. El presidente excusó esta semana su presencia en la sesión de control del próximo jueves alegando un viaje a Portugal, una ausencia que coincide con la semana en que su hermano comparece ante el juez.

Pocos minutos más tarde, ante los micrófonos de la prensa se ha situado Ana Barceló, nueva síndica del PSPV. «Catalá no está contenta con su discurso, vacío y repleto de falsedades, y por eso tiene que seguir hablando fuera del hemiciclo, pero la realidad es que el Consell sí estuvo en la manifestación del martes, y yo misma, como síndica, también, junto a dos conselleras y una extensa representación del Botánico», ha indicado Barceló.

Generalmente, las sesiones de control a Puig se alargaban hasta casi el mediodía, las 12 horas, y ahora apenas llegan a las 11.30 horas, para sorpresa de Morera.