Urbano Catalán, accionista de Transvia, ha continuado con el turno de la declaración de los acusados en el juicio por los relojes de Grau. El propietario ha explicado que las compras navideñas en diciembre de 2010 ascendieron a cerca de 80.000 euros, facturados a distintas firmas del grupo empresarial. Ha explicado que las compras respondían a regalos a familiares, pero también a los propios trabajadores de la compañía como regalo por una jubilación, por ejemplo. No obstante, la firma no tenía un ticket en el que se detallaba el valor de cada artículo sino que se facturaba directamente a las distintas mercantiles.
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El empresario ha negado que en 2010 comprara un modelo como el que luego sustituyó Alfonso Grau. Al año siguiente, 2011, regeresó a Rabat y desembolsó más de 45.000 euros con igual objetivo, el de gratificar a los familiares y trabajadores. También ha negado que comprara en esas fechas el segundo reloj que ahora se cuestiona por la acusacion pública. «No he regalado nunca a los políticos. Si tuviera que regalar a todo el mundo, apaga y vámonos», ha subrayado. Además, ha insistido a preguntas de su letrado en recordar que Transvia ha tenido adjudicaciones públicas con Alfonso Grau en el gobierno del Ayuntamiento, pero también ahora, con el PP fuera del Consistorio.
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