![Villarejo asegura que el PSOE le ordenó «destruir a Zaplana» con un confidente sirio del CNI](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202110/21/media/cortadas/villarejo-kFGD-U150898561744g9H-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![Villarejo asegura que el PSOE le ordenó «destruir a Zaplana» con un confidente sirio del CNI](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202110/21/media/cortadas/villarejo-kFGD-U150898561744g9H-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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m. Balín / e. pérez
Jueves, 21 de octubre 2021, 00:50
El comisario jubilado José Manuel Villarejo acudió ayer de nuevo al Congreso para comparecer en la comisión de investigación de la 'operación Kitchen', el presunto uso de fondos públicos del Ministerio del Interior con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP y anular pruebas incriminatorias para este partido en casos de corrupción.
Pero en la comisión el comisario jubilado desveló numerosas operaciones de espionaje orquestadas por la cúpula de Interior de anteriores Gobiernos socialistas dirigidas a destruir a dirigentes del PP como el entonces ministro Eduardo Zaplana. Interpelado por el diputado del PP Luis Santamaría , Villarejo relató una serie de operativos en los que participó para «destruir a la oposición».
Dijo, entre otras «veintemil» operaciones, que «existía un interés, no sé por qué, de destruir al señor Eduardo Zaplana, para lo que se utilizó a un informador, a un confidente sirio del CNI para ver las fórmulas de...». No concretó más el exjefe del espionaje español, quien aseguró que no recordaba el nombre del confidente sirio en cuestión.
Su relato cuadra con el inicio de la investigación del caso Erial, en el que la Guardia Civil arrancó las pesquisas basándose en los documentos supuestamente encontrados por un ciudadano sirio en un piso que había ocupado Zaplana durante su política en Valencia. Precisamente, uno de los últimos pasos de la defensa del expresidente de la Generalitat trata de desmontar la historia del supuesto confidente, Imad al Naddaf Yalouk, un ciudadano sirio con supuestos vínculos con el CNI.
Los papeles objeto de la polémica fueron encontrados en el registro del despacho del abogado del exgerente de Imelsa, Marcos Benavent, y por ello pide al juzgado que sea citado. Quien se ha convertido en colaborador de la Fiscalía informó que la documentación se la entregó el ciudadano sirio aproximadamente en 2012, es decir, seis años más tarde de que Zaplana abandonara la vivienda. Por ello, la defensa del exministro cree que los informes fueron fueron confeccionados con posterioridad a que el expresidente dejara el inmueble. Por lo tanto, nunca pudo dejarlos olvidados allí.
Al margen del espionaje a Zaplana, Villarejo apuntó otras muchas operaciones como las «referidas a conocer las relaciones del señor Rodrigo Rato con un banco que tuvo problemas a posteriori», el «chivatazo del Faisán» o «todo lo que se refiere a la detención de Roldán» (ex director general de la Guardia Civil).
También tuvo tiempo para sus habituales chascarrillos sobre asuntos extemporáneos -llegó a decir que se fabricaron «hormonas femeninas» e inhibidoras de testosterona para bajarle la libido al Rey emérito-, e incluso defendió la 'guerra sucia' contra ETA y aseguró que sigue existiendo actualmente una «brigada de agentes encubiertos» que actúa de forma parecida a la suya: «Había que acabar con los terroristas y creo que lo hicieron muy bien mis compañeros».
En cuanto a la 'operación Kitchen', Villarejo reiteró que los dos pesos pesados del PP entre 2013 y 2016, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal, conocían la marcha del dispositivo de espionaje a Bárcenas. Ello, pese a que el juez instructor del caso, Manuel García Castellón, concluyó en julio pasado la investigación, exoneró a la ex secretaria general popular y cerró las pesquisas referidas al expresidente.
El juez justificó entonces la falta de indicios en el caso de Cospedal y la imposibilidad de conocer si Villarejo contactaba con Rajoy a través de varios teléfonos móviles. Pero el comisario jubilado mantuvo ayer en el Congreso que acudió a la sede del PP para verse con Rajoy en marzo de 2014 y cerciorarse de que él daba las órdenes y estaba detrás del caso.
Esa es la impresión que tenía, relató, después de que Rajoy le hiciese preguntas concretas a través de SMS sobre los avances del operativo, del que Villarejo informaba a sus «enlaces»: Cospedal, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su número dos, Francisco Martínez. Las contestaciones a Rajoy «eran breves y cortas como sus preguntas», dijo Villarejo, que reconoció a los diputados que se llegó a molestar porque daba la impresión de que el expresidente «no se fiaba de los interlocutores». Además de este encuentro, Villarejo explicó que se ha visto con Rajoy «en tres o cuatro ocasiones», pero que no habló del espionaje a Bárcenas.
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