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Ximo Puig huye de Les Corts en su año más difícil

Ximo Puig huye de Les Corts en su año más difícil

El presidente de la Generalitat rebaja su presencia en la Cámara, el número de sesiones de control desciende respecto al inicio del Botánico y se sitúa en una frecuencia similar a la registrada con Alberto Fabra

Burguera

Valencia

Jueves, 19 de diciembre 2019, 00:06

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, es el jefe del Consell que acude con más frecuencia a Les Corts para someterse en sesiones de control. Sin embargo, esa (buena) costumbre de someterse a la fiscalización de la Cámara valenciana ha sufrido una seria erosión durante el 2019 que ahora acaba. La determinación de Puig flaquea. Contando con menos tiempo en 2015 (fue investido el 27 de junio) que este año (el 13 de junio) y teniendo en cuenta que ahora es responsable de una gestión al frente del Gobierno valenciano de la que no tenía que dar cuenta cuando llegó al Ejecutivo, el desgaste interno y la existencia de polémicas políticas que le afectan directamente a él son las razones que explicarían la menor querencia del presidente a visitar el parlamento, según fuentes del PSPV.

Siendo año electoral, que siempre provoca un descenso de la actividad parlamentaria, 2019 también esta siendo el ejercicio más complicado tanto para el Botánico como para el presidente socialista. Durante el actual ejercicio, que acabará un par de semanas sin que esté previsto que Puig acuda a una sesión de control hasta el próximo 5 de febrero, las comparecencias del socialista han sido ocho. En 2018 fueron 14, en 2017, 15; y dos más en 2016. La curva es descendente. Durante este año cae en picado, ocho comparecencias en sesiones de control. Menos de la mitad que en 2016, el primer ejercicio completo de Puig al frente de la Generalitat. Eran aquellos tiempos en los que aún no se habían producido roces serios entre los socios del Botánico, época en la que el hermano del presidente comenzó a presentarse (y a recibir) a las subvenciones de la Generalitat que han terminado por convertirle en imputado de una causa judicializada. La participación de Puig en sesiones de control durante 2016 es la más alta en la historia de la Generalitat. Por ello, de manera recurrente, cuando la oposición critica al jefe del Consell por no acudir a Les Corts con motivo de algún viaje o por cuestiones de agenda, desde el PSPV siempre se utiliza el mismo argumento: «es el presidente que más ha comparecido». Así lo decía Manolo Mata, síndic socialista en Les Corts, ya en noviembre de 2015. Idea que mantenía en noviembre de 2018. Lo cierto es que Mata tenía los números de su lado, pero cada vez los tiene menos. Puig no sólo rehúye actualmente más al parlamento valenciano que en el inicio de su mandato. La ventaja que mantenía respecto al resto de presidentes se ha reducido a casi nada respecto a Fabra.

En verano el tripartito forzó el reglamento para evitar que Puig tuviera que ir a la Cámara

Puig, por adelantar las elecciones un mes respecto al calendario habitual (de mayo, que es cuando siempre se han celebrado los comicios autonómicos, a abril, por exclusiva decisión del presidente), tuvo la oportunidad de acudir a Les Corts en julio en tiempo y forma. Sin embargo, en verano se resistió a hacerlo con empeño, tanto, que el tripartito forzó el Reglamento de la Cámara, de tal modo que no lo tuvo que hacer. PSPV, Compromís y Podemos llegaron entonces al acuerdo de que, para explicar las vinculaciones mediáticas del jefe del Consell, era mejor que fuera un alto cargo del segundo escalón del Gobierno valenciano (Manuel Illueca, director del IVF) quien diese cuenta ante el parlamento por uno de los dos asuntos que han sometido a una fuerte presión personal a Puig. Fue en julio cuando el jefe del Consell afirmó que comparecería en Les Corts tras la polémica generada por ser accionista de 'Mediterráneo', periódico adquirido por Editorial Prensa Ibérica, EPI, a quien pertenecen también 'Levante' en Valencia e 'Información' en Alicante. El presidente no cumplió. No compareció en sede parlamentaria por su participación en la quita al Grupo Zeta, operación de deuda ejecutada por parte del IVF a la que la Generalitat dio el visto bueno antes de la venta del diario de Castellón a EPI. Respecto al otro tema, las subvenciones públicas que han propiciado que su hermano esté siendo investigado, esta por ver si algún día el presidente contesta con cierta precisión a la oposición desde la tribuna de Les Corts.

«El nerviosismo de Puig le hace huir de Les Corts. Empezó en 2015 abanderando la transparencia, incluso llegaron a aprobar un código de buen gobierno que establecía priorizar en la agenda de los consellers la asistencia al parlamento. Pero casi cinco años después todo ha pasado al olvido. Está todo el mundo escondido», señala Isabel Bonig, portavoz del PP en Les Corts, respecto al silencio trapense de Puig.

La tendencia a someterse al control de la Cámara por parte de Puig es descendente. Año a año. La gran piedra en el zapato ha surgido en 2019, el año en que el Botánico ha vivido más peligrosamente.

Crece la polémica por las vinculaciones con los medios del propio Puig y su familia

En la primera mitad del presente ejercicio, el adelanto de los comicios autonómicos por parte del presidente provocó un claro desencuentro con Compromís. Aunque fue a finales de 2018 se inició el desapego. La llegada de Pedro Sánchez al Gobierno rebajó la fuerza del discurso reivindicativo del Consell respecto a su tema capital: la infrafinanciación. En noviembre del año pasado, los nacionalistas manifestaron su malestar por el modo en que Puig eludió sus preguntas respecto al Gobierno central. En enero de este año se registró la primera y única repregunta que Compromís realizó al presidente en una sesión de control. Dos meses después se adelantaron las elecciones autonómicas y se intensificaron las hostilidades entre los socios del Botánico.

En 2019 Puig ha comparecido menos de la mitad de lo que lo hizo durante 2016

En la segunda parte de este año, la tensión se ha incrementado mucho en el tripartito. Los recortes en el presupuesto de la Generalitat, las negociaciones para las cuentas de este año, así como las vinculadas a la formación del nuevo Gobierno valenciano han enrarecido el clima interno en el Consell. Además, las vinculaciones mediáticas de Puig terminaron de crispar la situación. Desde que preside e Ejecutivo autonómico, si se tiene en cuenta el próximo calendario parlamentario (la primera sesión de control será en febrero), Puig acude a sesiones de control una vez cada 28 días, la menor brevedad registrada por los presidentes de la Generalitat. Sin embargo, esa frecuencia fue mucho menor en el tramo intermedio de la primera legislatura: una vez cada 23 días. La frecuencia actual (27,9 días entre cada una de las sesiones de control) es prácticamente la misma que la registrada por Alberto Fabra (28,1).

«El presidente no está a altura. Puig se ha encerrado en una torre de marfil para no explicar los escándalos de las subvenciones a las empresas de sus hermanos o la condonación de dinero público a la empresa mediática de la que es accionista. A las empresas de sus hermanos le investigan la agencia Antifraude, la fiscalía anticorrupción, dos juzgados de Valencia, el tribunal de la competencia y dos consellerias», incide Bonig, quien reclama que Puig debe dar explicaciones políticas, no judiciales que ya las determinarán los tribunales«.

El primer mes de enero desde 2014 en el que no comparece ningún jefe del Consell

La junta de portavoces celebrada esta semana en Les Corts comenzó a tratar el calendario para el próximo periodo de sesiones parlamentarias. En enero no se celebrarán sesiones de control al presidente de la Generalitat. Será la primera vez desde 2014 que el jefe del Consell no acude a dar cuenta de su gestión ante la Cámara en enero. Tanto Alberto Fabra, del PP, en su último año al frente de la Generalitat, como el propio Ximo Puig a lo largo de la pasada legislatura, propiciaron que los grupos parlamentarios que les sostenían facilitaran la fiscalización de su actividad en enero.

A finales del mes pasado se celebró la última sesión de control al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que por lo que se está barajando entre los síndics contará con un par de meses de gracia. En 2020, el primer pleno se retrasará hasta febrero. El dirigente socialista no deberá responder las preguntas de los diputados durante 69 días. El síndic del PSPV, Manolo Mata, afirmó que su preferencia era celebrar la primera sesión durante la últimas semana de enero (previsiblemente los días 29 y 30). Sin embargo, aseguró haber escuchado que el portavoz de Cs, Toni Cantó, le preguntó durante la Junta de Síndics a Isabel Bonig (la síndica del PP) si finalmente sería la primera o la segunda semana de febrero, ante lo cual, según Mata, desde el Botánico se prevé que el pleno se celebre el 5 de febrero. El presidente tendrá diciembre y enero de libranza. Mata señaló que el primer mes del año se habilitará para celebrar comisiones parlamentarias. En 2019, el primer pleno se inició el 16 de enero. En 2018, el 24 de enero, un día después del inicio de los plenos en 2017; en 2016, fue un 13 de enero. En 2015, con Fabra en la presidencia, las sesiones de control de ese año se iniciaron el 14 de enero.

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