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Marcos Benavent ha sido el segundo plato fuerte de la jornada del caso Erial. El autodenominado yonki del dinero ha recordado su comparecencia ante la UCO en mayo de 2022 para declarar sobre los papeles que implicaban al expresidente en el amaño de adjudicaciones ... y cobro de comisiones. «No me tenía en pie. Había pasado la noche bebiendo y fumando».
Benavent ha señalado que no quería comparecer aquel día, pero que su letrado, en aquel momento Ramiro Blasco, le aconsejó que colaboraba. «No me dijeron la urgencia de esto. Me indicaron: »Nos tiene que acompañar«. Finalmente lo hizo. »Porque me lo dijo mi letrado«, ha querido aclarar.
Al llegar a la Ciudad de la Justicia fue llevado al Juzgado de Instrucción 8 de Valencia. «No estaba en condiciones. Se veía con sólo verme», insistió. En aquel momento, le mostraron los famosos documentos, los que el ciudadano sirio Imad al Naddaf Yaloukle entregó en su momento. Benavent ha recordado cómo conoció a esta persona. «Me lo presentó un abogado cuando era gerente de Imelsa. Siria estaba en guerra y empezamos una relación de amistad».
Al cabo de un tiempo, le dio «un tocho de documentos -más de 30 centímetros- que implicaba a políticos de la derecha valenciana». Él, al parecer, le confesó desde el primer momento que era confidente policial y también del CNI. Esos papeles, según le transmitió su amigo, se los habían dado desde ámbitos policiales.
Benavent llevaba años grabando a autoridades y almacenando documentos para protegerse de cara a un eventual juicio por corrupción. En esa estrategia, decidió conservar esos documentos, los que hacían referencia a la familia Cotino. «Pero al principio no estaban tachados». Esos papeles los guardó en una carpeta «personal». Todo se traslada a una casa en Cofrentes. «Cuando decido colaborar con la Justicia, todo se lleva al despacho de mi abogado».
Todo respondía a un pacto previo con los dos fiscales Anticorrupción. «Me prometieron que no entraría en la cárcel, pero había que salpicar a todo el mundo y más». Benavent ha subrayado que su anterior letrado era una persona de izquierdas con una inquina especial hacia los dirigentes de derecha. «Todos los años va de vacaciones a Corea del Norte», ofreció como respaldo de esa declaración.
Sin embargo, se registró el despacho sin que diera la autorización y se llevaron esa carpeta personal. «No tenía nada que ver con la causa». El testigo, que arrastra varias condenas por corrupción en el caso Imelsa, afirmó que se quedó desprotegido, «sin defensa». «Y eso que yo ya estaba colaborando con la Justicia».
En resumen, «me utilizaron para introducir estos documentos. Es incomprensible que los tuviera este hombre o que alguien se los olvidara en su casa». Benavent ha revelado que conoció que esos papeles formaban parte de la investigación judicial cuando fue citado por los agentes de la UCO.
La Guardia Civil le pidió, siempre según su versión, que hablara con el ciudadano sirio sobre estos papeles para apuntalar la investigación del caso Erial. «Me reúno con él en un coche, cerca de la sede de la fundación Bancaja, y nos inventamos lo del altillo. Quién se iba a creer eso... Era rocambolesco». Finalmente, concluyó: «He sido el tonto útil en esta historia».
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