![Vestido de la colección de Alejandro Resta, con banda de terciopelo negro y maxifalda blanca de tul.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202209/24/media/cortadas/1451613619-RrQaiLtAwYgFZJyurzpDjQM-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Los inicios son importantes porque determinan en gran manera el acontecer de lo que está por venir. El jueves llegué puntual a la gala Valencianos para el siglo XXI que cada año organiza este diario. Le pedí al taxista que me llevara al Palau de les Arts Reina Sofía, movida por la inercia de otros años. Cuando estaba pasando a la altura de l'Umbracle vi a varias personas en traje subiendo las escaleras de acceso. «Déjeme aquí, por favor», le pedí por impulso.
Me bajé y pregunté a Mamen Peris, diputada y portavoz adjunta de les Corts que en ese momento se apeaba de otro taxi. Muy amable me indicó que la siguiera, pues había quedado en lo alto de la escalinata con un compañero que resultó ser el también diputado Luis Arquillos. Caminamos juntos el tramo que nos separaba hasta la entrada del Museo de las Ciencias.
Por el camino les conté que estaba allí para cubrir la gala desde el punto de vista de la moda. «Me encanta la moda», me anunció Luis. Entonces abrió con gesto ágil su americana mostrándome la etiqueta de Valentino. «Esto es empezar bien», apunté y, él añadió. «Corbata de Tommy Hilfiger y zapatos de Hugo Boss. Aunque mi diseñador favorito es Cavalli». Entonces miré a Mamen que explicó al momento. «Mono negro de Calvin Klein, chaqueta de punto de Jesús Del Pozo y bolso de Ted Baker». Yo me sentí como las periodistas que cubren la alfombra roja la noche de los Oscars. Nos aproximamos a la zona del photocall, donde busqué al fotógrafo que me habían asignado para cubrir los looks de la noche.
«Elena, ¿Qué tal?», escuché. Al girarme descubrí a la odontóloga Lucía Asensio, impactante con un vestido de raso negro con abertura más allá de la rodilla, sandalias de tiras finas y bolso de Gucci. Iba acompañada por un apuesto grupo formado por la empresaria del sector de la belleza Alexandra Malikova, que vestía falda plisada de Mercurio, chaleco de Balmain y zapatos de Louboutin, Sergio Puig, director de la Mediterranean Fashion Week, enfundado en un traje de Versace y el diseñador Alejandro Resta, artífice del espectacular vestido en blanco y negro que lució Maribel Vilaplana, presentadora de la gala.
Otras damas que también sobresalieron con un total look en negro fueron Patricia Pilato, con falda de piel a flecos de Paloma Verdaguer, la diseñadora Bárbara Torrijos, la consellera de Justicia Gabriela Bravo (de la que según cuentan compañeras expertas en moda tiene el mejor armario del panorama político valenciano) y la influencer Andrea Marí, más conocida en Instagram como Sencilla Ideal, que lucía un vestido de cóctel básico de su madre, unos Louboutin y un bolso de su suegra de Pierre Cardin. «La organización es perfecta, la localización un acierto, los premiados entrañables y los invitados muy elegantes», me resumiría más tarde en la cena.
El toque de color lo puso Leticia Valera, empresaria dedicada a la moda consciente, que llevaba la falda Hearts de su firma, un diseño elegante de vivos colores y estampados africanos elaborado en sus talleres de Senegal. Pilar Bernabé, delegada del Gobierno, destacaba por su estilo juvenil ataviada con un mono de colores y una chaqueta bomber a juego. Con un vestido blanco comprado en Marbella y bolso de Fendi llegaba María Dolores Enquix, propietaria de la óptica Climent en Burjassot. A lo lejos atisbé a una mujer que se aproximaba con paso firme y me recordó a la Rosalía. Descubrí que se trataba de la consellera de Agricultura, Mireia Molla, luciendo un dos piezas blanco y coleta alta y tirante.
Entonces llegó Mayrén Beneyto, única, cautivadora y radiante. «Tenemos que organizar una cena para ponernos al día», comentó avanzando hacia la entrada y yo asentí, pues no hay veladas más amenas y en las que se hable de temas más jugosos que aquellas en las que está presente Mayrén. A los pocos minutos hizo su aparición la empresaria de la comunicación Ángela Pla exhibiendo el glamur afrancesado que le otorgaba el vestido estampado de Sandro, la piel jugosa y la melena escalonada por el gran Tono Sanmartín. «Los manteles en rojo y negro tiene un toque muy Stendhal», comentó cuando entró a la zona del cóctel y añadió, «la reactivación de la vida social en Valencia es fundamental, los valencianos somos grupales y nos encanta vernos en actos públicos para compartir impresiones», mientras saludaba a su amiga María Cosín, una de las mujeres más estilosas de la ciudad que brillaba en rojo y púrpura. «Veo muchas ganas y mucha positividad entre los invitados. Para mí, que me dedico a los eventos, es una gozada asistir a una gala como esta, la convocatoria es muy buena», aseguraba la experta en marketing.
Durante el cóctel se habló del calor, de las lluvias que acechan, de las dietas, del Mundial, de las vacaciones, de la vuelta al cole, de la cuesta de septiembre, de las parejas consolidadas que han roto durante el verano (esto daría para un suplemento especial) y de las ganas que tiene todo el mundo de salir, de viajar, de verse, de encontrarse, de vestirse de nuevo y también, pero esto se comentaba en voz baja, de desvestirse.
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