-Muy poca gente sabía qué era el coronavirus antes de 2020.
-Es cierto, pero nosotros llevamos años investigando los coronavirus. Afortunadamente, el Covid-19 tiene una mortalidad del 2% porque si no sería una tragedia más de lo que supone ahora.
-¿A usted no le sorprendió su aparición?
-No, lo que sí ha sido una sorpresa es que fuera una pandemia, pero las personas tenemos más posibilidades para viajar y accedemos a lugares de la naturaleza más recónditos, lo que nos pone en contacto con nuevos patógenos y hay que estar preparados para ello.
-Se consiguió una vacuna en tiempo récord.
-Desde luego. No son perfectas pero han dado un servicio rotundo a toda la sociedad. Ahora lo que tenemos que hacer es continuar trabajando para mejorarlas y sacar nuevas centrando los esfuerzos en unas pocas.
-Hay esperanzas en la que están desarrollando ustedes.
-Estamos muy confiados en que nuestro laboratorio va a llegar a un prototipo de vacuna que es muy prometedor pero también tenemos que reconocer que es un poco más complicada y va a ir más lenta que otras.
-La suya tiene unas características muy interesantes. La primera, que es intranasal.
-Los coronavirus son virus respiratorio y, por tanto, como mejor se induce es nasalmente, no de forma intramuscular. El problema es que una vacuna de estas características no se aprueba con facilidad, requiere muchas más comprobaciones y como las compañías las dirigen economistas no se han desarrollado.
-Usted dijo hace unos meses que el virus se extinguiría de forma natural cuando el 70% de la población estuviera vacunada. ¿Qué ha sucedido?
-Es una teoría válida, lo que ocurre es que esa cifra se aplica a los casos en los que la vacuna induzca a una protección total, con inmunidad esterilizante. Nuestra vacuna sí lo es. Los ratones que inmunizamos con una sola dosis la tienen, es decir, ni se infectan ni infectan a otros. Y el virus ya no puede crecer.
-¿Cuál es el porcentaje seguro con los actuales viales?
-Tanto por el hecho de que no sean inmunizantes como por la enorme variabilidad del virus, ese porcentaje hay que subirlo a un 85%, y aun así no se puede hacer una afirmación tan rotunda. En España habrá a final de invierno un 90% de la población vacunada. Así y todo debemos combatir el papel de los negacionistas, porque a pesar de los millones de infectados dicen que el virus no existe.
Premios Valencianos para el Siglo XXI
-¿Piensa que se debería obligar a la población a vacunarse?
-La vacunación debe de ser siempre voluntaria, hasta que esa libertad sea un peligro para la sociedad. Todo no es blanco ni negro, sino que si determinadas personas no lo hacen y efectivamente causan un perjuicio a la sociedad las autoridades tienen que intervenir para solucionar ese problema. Por ejemplo, quienes no se vacunen que no puedan trabajar en centros oficiales.
-¿Mantiene que el primer trimestre de 2022 su vacuna estará lista?
-Un poco demasiado cerca. Vamos por la segunda ronda de experimentos en vivo y a lo largo de este año tendremos resultados positivos, pero somos un laboratorio muy serio y no solemos saltarnos etapas porque resulta muy peligroso.