El abogado que comenzó de la nada y cumple 40 años al frente de uno de los bufetes más prestigiosos

Cuarenta años después, José Domingo Monforte se ha dado el permiso de celebrar un aniversario que todavía no suena a despedida, aunque defina su momento actual como «mi tercer tiempo». La fiesta se celebró en el Hotel Only You, y sobre todo tenía el objetivo de servir de homenaje a quienes forman parte de un despacho que actualmente tiene unas treinta personas en plantilla. Entre los presentes también estuvo el alcalde de Silla, Vicente Zaragozá, porque fue en este municipio donde empezó José Domingo Monforte, y donde todavía hoy mantiene un despacho abierto. Asimismo, les acompañó la decana del Colegio de Abogados, Auxiliadora Borja, así como personas que han contribuido en estos años a hacer más grande este bufete valenciano.

Entre los asistentes estaba también su hijo José Juan, que después de estudiar Derecho y Filosofía se incorporó al despacho con el objetivo de abrir una nueva disciplina, el derecho relacionado con la música. «Estoy muy orgulloso del trabajo que está haciendo», explica José Domingo, que ha puesto mucho empeño en los últimos años en formar.

La curiosidad que le ha acompañado es ahora la que les inculca a los jóvenes que participan en el programa ‘Festina lente’, donde aplican el método socrático de hacerse preguntas y simular juicios y debates. «Intentamos que aprendan valores y una formación que no encuentran en la universidad ni en el máster», explica este abogado, que cree que la ética es rentable, y que es el valor humano lo más importante en esta profesión. «Hay que ser exigente manteniendo esos valores, lo demás viene por añadidura».

El letrado siempre se preocupó además en dedicar tiempo a investigar y a publicar para mantenerse al día en un panorama legislativo que ha cambiado mucho en estos años. «El invento en la administración de Justicia hasta hace diez años había sido la máquina de escribir», recuerda José Domingo, que ha alzado la voz en numerosas ocasiones. «El paso procesal sigue siendo el de la tortuga», critica.