Ángela Pla y el catedrático de Historia del Arte Javier Perez Rojas contemplan una pieza de Jaume Plensa durante la feria ARCOmadrid. LP
La cara B

Ángela Pla, imágenes de una vida

Como regalo de bodas le entregó a su marido, Juan Lagardera, un retrato pintado por Ángel Mateo Charris, y él una sesión de fotos con Alberto García Alix. La pasión por el arte ha marcado el devenir de la editora valenciana

ELENA MELÉNDEZ

Domingo, 10 de marzo 2019, 01:21

Ángela Pla creció jugando en el patio de la casa de su abuela ubicada en lo que, hasta hace poco, albergaba el restaurante El Huerto, en Ruzafa. Allí se acostumbró a convivir con los retratos familiares pintados por Pinazo Martínez y las obras realizadas por su bisabuela María Romero, que era pintora. Su abuelo era arquitecto y dibujante, y su tío, Vicente Monfort, un amante de las antigüedades y poseedor de una pequeña colección de arte. «Mi tío tenía amigos como Pascua Ortega, Alfonso Díez o Carlos Chapa. Ellos pasaban por su casa y para mí era normal verme rodeada de ese ambiente creativo», explica Ángela Pla, propietaria de la Editorial y Productora Elca y una de las voces más activas del panorama cultural valenciano.

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El primer idilio artístico le llega a Ángela a través de la fotografía de moda, que empieza a amar gracias a las obras de Cecil Beaton, Irving Penn, Annie Leibovitz o Mario Testino. Ese interés creciente le anima a compaginar la carrera de Periodismo con estudios de fotografía. Sus intereses se amplían entonces indagando en trabajos de artistas como Candida Hoffer, Axel Hutte o Thomas Ruff, de ahí que también le apasione el trabajo de los valencianos Bleda y Rosa. «Durante una época, que viví en Bostón, recuerdo alquilar un coche y conducir hasta Nueva York solo para poder ver una exposición de Helmut Newton», detalla.

Profesión

Hace casi dos décadas Ángela empezó a compartir su vida con el periodista y gestor cultural Juan Lagardera. Desde entonces, van cada año a visitar Arco a Madrid y juntos han recorrido los principales museos de Europa y la costa este de Estados Unidos. La prueba del amor por el mundo del arte cristaliza cuando, con motivo de su enlace, Juan le regaló a Ángela una sesión de fotos realizada por Alberto García Alix al tiempo que Ángela le obsequió a Juan su retrato pintado por Ángel Mateo Charris. «Ángel nunca había hecho un retrato, le envié una foto de Juan que le hice en Egipto y luego conseguí convencerle para que lo hiciera. García Alix me fotografió en Pinedo y luego nos fuimos con él a comer una paella. Fue un día intenso y divertido, y las fotos las guardo con mucho cariño».

Retrato del fotógrafo Alberto García Alix, regalo de bodas de su marido, Juan Lagardera. LP

Ángela decidió hace años estudiar Historia del Arte tan solo por el placer de indagar más en las cosas que le gustan. Su día a día y el de Juan lo comparten con un grupo de amigos entre los que se encuentran artistas y galeristas como Miquel Navarro, Gino Rubert, Santi Tena, Manolo Sáez, Vicent Todolí, Paco de la Torre, Juan Bautista Peiró, Silvia Ortiz, Tomas March o Salvador Albiñana. Fue en la singular casa en la que reside el pintor José Morea en Chiva donde celebraron una fiesta con motivo de su despedida como solteros. «Un conocido filósofo escribiÓ que la vida sin estética no vale la pena ser vivida, así que uno debe rodearse de arte, que no solo es belleza, sino también armonía, vanguardia, agitación, preguntas, límites, vivencias…».

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