![La bióloga marina que encontró la paz mirando al sol](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/24/PHOTO-2024-04-18-11-09-54_4-kYmG-U2102190525739LxB-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Gessica Rossi nació en la bulliciosa Roma, pero ella siempre encontró su refugio en el mar. Siempre le fascinó la biología, así que unió puntos y después de estudiar la carrera, consiguió una beca de zoología marina en la Universitat de València. Lo que no ... sabía ella es que aquellos seis meses le iban a cambiar la vida, porque conoció a su pareja, el fotógrafo brasileño Dani Arjones, y ya nunca volvió a su ciudad natal. Así que siguió en la universidad pero cuando se quedó embarazada, primero de Vera, luego de Gaia, ya no se veía buceando y subida a un barco como lo había hecho hasta ese momento. «Las prioridades cambian y no me imaginaba lejos de ellas», asegura Gessica, que encontró en la meditación una manera de hacer frente a los difíciles momentos de la maternidad, donde todo es tan intenso que necesitas una forma de canalizar todas las emociones, y también el cansancio, el estrés... «Encontré tranquilidad, pero también respuestas». De hecho, cree que son momentos de oscuridad, de dificultad, donde yo estaba buscando mi propósito y no lo encontraba. Le pasa a la mayoría de mujeres, y en mi caso fue una mano tendida», asegura.
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María José Carchano
Cuando Gessica se encontró con el yoga, sinceramente, «me parecía algo aburrido. Era muy lento, y no le veía mucho sentido». Fue Daniel quien le animó a probar, y se dio cuenta de que todo tenía que ver con el profesor, con su experiencia con la práctica, y siguió formándose hasta que se convirtió en profesora de yoga. «He encontrado en esta disciplina una herramienta en mi proceso de autoconocimiento, que precisamente es lo que estoy buscando en mi vida, desarrollarme como ser humano y sobre todo a nivel espiritual».
Gessica cree que todo lo que ha aprendido en estos años no es sólo para ella, sino para compartirlo con otras personas, y por ese motivo acaba de abrir un centro de yoga en la Patacona que se llama Surya, que significa sol en sánscrito. «No busqué algo frente al mar, pero es cierto que me gusta mucho la Patacona y en algún momento incluso estuvimos barajando la posibilidad de vivir aquí». Ahora cada día ve el mar, saluda al sol y entra a las clases.
Valencia es para Gessica una ciudad en la que es fácil vivir, con muchos puntos a favor, «por el clima, porque es bonita, por su calidad de vida, porque tiene un tamaño ideal, pero sobre todo por la sensación de seguridad». De Roma echa de menos, además de a su familia, la comida: «una buena 'mozzarella di buffala' o las pastas rellenas caseras... Aquí no se encuentran con la misma calidad».
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