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Carlos Márquez y Leo López Camps, con sus hijos, Carlos y Javi.

Boda en Las Arenas

colorín ·

Leo López Camps y su marido, Carlos Márquez, han celebrado que llevan veinticinco años juntos, un acontecimiento que ha tenido que retrasarse un año por las restricciones. La principal ausencia, la de su padre fallecido

Domingo, 1 de agosto 2021, 01:14

La pandemia nos ha enseñado a poner en valorar algunas cosas, por ejemplo las celebraciones, que son algo más que un dispendio de copas y aperitivos. Ahora nos hemos dado cuenta de que lo importante es estar rodeados de la gente que nos quiere y ... a la que queremos, de aquellos que nos hacen falta, sin ellos no somos nadie. Leo López Camps ha tenido que esperar un año para celebrar su cumpleaños y las bodas de plata con su marido Carlos Márquez. Faltaba su padre y alguna que otra amiga, una de esas que llenan tu vida con sus risas y sus broncas, con sus consejos y sus abrazos, en definitiva con su mera existencia.

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Leo tenía otro motivo más de celebración, el cumpleaños de su hijo Carlos. «Un regalo que me envió Dios el día de mi cumpleaños».

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La fiesta fue en los jardines del Hotel Las Arenas, con familiares, amigos, compañeros de Teresianas y Maristas y compañeros de trabajo. «Llevaba un año preparándola. El primer invitado era mi padre, que ya no está, y alguna amiga más que no pudo acompañarnos. En principio iba a ser un cóctel de pie, pero para evitar riesgos organizamos mesas de nueve personas. Mi hermano Toni, que es ingeniero y toca en una big band de jazz, Allegro Big Band, eligió toda la música con mucho cariño»

Andrea Villafañe ha navegado con su familia por Ibiza y José Cosme ha estado en Roma

A las doce de la noche la sorpresa fueron las tartas de cumpleaños con música de Alphaville, 'Forever Young' (Por siempre joven) y Leo y su hijo soplaron las velas. La velada acabó a las doce y la fiesta se cerró con el 'My Way' de Nina Simone, ese que cantábamos al acabar las discotecas cuando éramos jóvenes.

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Leo y Carlos estuvieron acompañados por sus hijos Carlos y Javi, el empresario Carlos Pujadas y Silvia Alamar, su amiga íntima Carolina Casanova, los hermanos de Leo: Toni con su mujer Rosana Soler y Chelo con su marido Juanvi Monleón.

De la familia de Carlos, les acompañaron sus hermanos José Márquez e Isabel Gómez Barona, con sus amigos Patricia Villarroya, Quique Pérez, Bárbara Tomás y Juan Blasco.

Los hijos y sobrinos del matrimonio compartieron mesa cerca sus padres: Carlos y Javi Márquez con Borja Comes, Celia Monleón, Ana López, Clara López, Javi Feliu, Isabel Márquez y Jaime Márquez. También sus primos Juanfran Gozalbo, Irene Pérez, Jorge Martíne Guaita, Jacinta Navarro y Jorge Sospedra.

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El grupo de los amigos de Maristas fue muy numeroso: Esther Juan, Susa Díaz, Elena Estellés, Jaime Ángel, Begoña Blasco, Ángel Adán, Mariaje González-Barandiarán, Quino Melero, Pilar Nieto, Luis Clavel, Rocío Colomer, Maruchi Guillén, Julio Fraguas, Pedro Guillen y Víctor Macías. De Teresianas estuvo María Guirado.

También lo fue el de los amigos de la urbanización Tancat de l'Alter, donde el matrimonio pasó la adolescencia: Amparo Guaita, Paco Martín, Olga Ochoaerrarte, Jose Luís Crespo, Marcela Ochoaerrarte, José Vicente Gil, Carolina Casanova, Carlos Gómez, Gloria Gómez, Jose Madolell, Silvia Gómez y Pablo Caram.

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Más amigos: la interiorista Tatiana Monsonís con su marido Jose de Miguel, Carlos Castellanos, Auri Martínez Rueda, Angel Avilés, María Vidal y Fernando Corell.

Leo y Carlos se iban esta semana a Denia. Las vacaciones han comenzado ya para muchos. Andrea Villafañe está pasando unos días en Ibiza, navegando por sus costas con su marido José María Buldú y sus hijos Daniela y Pepe. «Hemos dormido fondeados y hemos estado en cala Tarida, en Port Roig, Cala d'Hort y en Cala Jondal». También Vicen Fernández pasó unos días con sus amigas en Ibiza.

El artista e investigador José Cosme ha hecho un alto en el camino unos días. Estuvo en Roma visitando exposiciones y con los príncipes Nicole y Rita Boncompagni Ludovisi. «Cené en varias de mis terrazas favoritas aunque en la ciudad eterna han cerrado muchos restaurantes».

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