¿Habrá boda? Los problemas a los que se enfrentan Enrique Ponce y Ana Soria

Dicen que sería muy complicado para Enrique Ponce organizar una boda para la primavera de 2025, justo el año en que el diestro ha decidido volver para despedirse definitivamente de las plazas. «No encaja en su agenda», aseguran amistades consultadas por El Confidencial. Enrique Ponce hablaba hace unas semanas en una entrevista en LAS PROVINCIAS de que no descarta la posibilidad de torear en América, una decisión que le llevaría a cruzar el charco el invierno que viene.

Además, se habla de otra dificultad, y es el hecho de que la familia de Ana Soria es muy religiosa, y no vería con muy buenos ojos una boda civil, la única posibilidad actualmente de que la pareja se casara, ya que Ponce no tiene la nulidad de su matrimonio con Paloma Cuevas.

Después de unos inicios muy turbulentos a nivel mediático, la pareja optó por refugiarse en Almería, donde ella ha terminado la carrera de Derecho, y en la finca la Cetrina de Jaén, donde Enrique Ponce lleva meses preparando su vuelta a los ruedos. Lo hizo el pasado 17 de mayo en el Coliseo Romano de Nimes, en Francia, donde brindó la faena a su pareja, que estaba acompañada de sus padres, Federico y Rosa, y su hermano Jose. De hecho, los rumores de una posible boda salieron de otro enlace, el que unió al juez Baltasar Garzón y la exministra Dolores Delgado, muy amigos de los padres de Ana, ya que él es un abogado muy reconocido en Almería. El enlace de Garzón y Delgado se celebró en la finca propiedad de Ponce en Jaén, de donde es el conocido magistrado.

Desde que el torero de Chiva se retirara de los ruedos allá por 2021, la vida de la pareja ha estado muy alejada de los focos y la única aparición televisiva que protagonizaron fue hace justo un año y tuvo como escenario el programa 'El hormiguero', de Pablo Motos. donde quisieron contar de primera mano cómo se conocieron, él en el callejón antes de salir a la plaza de toros de Almería, ella en el tendido. «Fue amor a primera vista», contaban los dos.

En la entrevista que concedió a LAS PROVINCIAS cuando se supo que iba a volver a los ruedos, confesó que ni su madre ni Ana Soria vieron con buenos ojos su vuelta delante del toro, pero que las dos lo apoyaban, conscientes de que Ponce, como él mismo confiesa, «nací torero y moriré torero». Sabe sin embargo que este año es la despedida definitiva, porque «es muy fácil acostumbrarse a no tener miedo». De hecho, aseguró que estos tres años alejado de las plazas ha podido disfrutar de muchos de los placeres que el toreo en activo no permite, incluso el hecho de poder disfrutar de las fiestas del Torico de Chiva, que siempre coincidían con su plena temporada. «Me hizo mucha ilusión el reencuentro con los viejos tiempos y los amigos».