Màxim Huerta reapareció en TVE -y volvió al protagonismo nacional- como presentador del Benidorm Fest, un formato por el que no todo el mundo apostaba, en plena pandemia e intentando recuperar el modelo de aquel recordado festival de la canción por el que ... la actuación de estrellas como Julio Iglesias quedarán para siempre en el recuerdo colectivo. Pero después del innegable éxito (con polémica incluida) del formato de gala-concurso para elegir al representante de Eurovisión, al estilo de San Remo en Italia, Màxim Huerta vuelve a los titulares.
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Los últimos meses han sido muy tranquilos para el de Utiel, que desde que volvió a la televisión autonómica se instaló en Buñol, el municipio que le vio crecer, y donde vive con su madre. Precisamente ha sido Clara Hernández la persona por la que se desvela Màxim Huerta, ya que en 2020 le fue detectado un cáncer. Es él quien la acompaña a sus visitas médicas y él quien está ahora a su lado después de haber sufrido una rotura de cadera. Hijo único, después de perder a su padre ella ha estado siempre a su lado, y fue a ella a quien le dio el abrazo más emotivo tras el acto por el que fue investido ministro de Cultura.
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Begoña Clérigues
El día que comenzó el Benidorm Fest con la primera semifinal, Màxim Huerta cumplía 51 años, un aniversario que le traía un regalo en forma de protagonismo nacional. Lo que no sabía es que iba a ir acompañado de la angustia de tener que ver a su madre hospitalizada. Las dos caras de una trayectoria vital que se han ido entrecruzando. Ayer mismo, escribía en sus redes: «Cuando los hijos únicos nos convertimos en padres de nuestros padres. Y la vida habla sola». El día anterior, el mensaje era: «'¿Has dormido bien?' y otras maneras de querer de una madre. Un día más. Un regalo».
Su éxito comenzó en el informativo territorial de TVE; aquel jovencísimo Màxim Huerta se revelaba como un animal televisivo y Valencia le volvió a abrir los brazos después de muchos años junto a Ana Rosa Quintana y otros tantos volando solo. Tras presentar un magazine en Televisión Española que la pandemia se llevó por delante À Punt le quiso recuperar; una cara archiconocida volvía, como ya lo hiciera, por ejemplo, Carolina Ferre. Las audiencias le respaldaron y Màxim Huerta encontró una estabilidad.
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También en lo sentimental, Màxim Huerta está viviendo un momento dulce. Desde hace cuatro años tiene una relación con un canario llamado Juan Castillo, que regenta una tienda de interiorismo en Madrid. Siempre se ha mostrado muy hermético con su vida amorosa, y poco se ha dejado entrever en entrevistas o en sus propias redes sociales, hasta hace bien poco. En la presentación de su novela 'Con el amor bastaba' dijo unas palabras bastante reveladoras: «Ya venía enamorado de casa». Con Juan Castillo ha compartido algunas instantáneas mostrando su complicidad o con otros amigos, entre ellos Paco Tomás, que le acompañó en su aventura ministerial y también en el programa 'A partir de hoy', un magazín que fue eliminado en pleno confinamiento. En una entrevista en El País unos días después de que le fuera comunicada la decisión decía: «Yo ya soy un poco ave fénix. Pregunté si estaba libre, como los taxis. '¿Ya no contáis conmigo?'. Y me dijeron que no. Ante eso ya no podía batallar. Asumí la salida, pedí el cuadro de mi perra, que estaba colgado en el plató, y a otra cosa».
Màxim Huerta lleva varios días en el hospital acompañando a su madre después de una rotura de cadera. El presentador valenciano acababa de triunfar en el Benidorm Fest, donde presentó con notable éxito un formato televisivo en el que no todo el mundo confiaba.
Ser el ministro más efímero de la historia de la democracia española fue otra de las cruces que ha tenido que vivir Màxim Huerta, que estuvo un año apartado de todo, y donde se dedicó sobre todo a escribir y a sanar una herida de la que durante un tiempo no quiso hablar. Pero en el caso del valenciano la literatura ha servido de vía de escape, y ahí ha encontrado el reconocimiento que le faltó durante algunos momentos de su vida. Con ocho novelas a sus espaldas y algún otro libro de relatos y viajes, otra de sus grandes pasiones, el presentador ya ha podido demostrar que era algo más que una cara televisiva.
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No lo tuvo fácil de pequeño. En una entrevista en LAS PROVINCIAS hace cinco años contaba cómo su padre se había quedado para sí todos los 'te quiero'. Una persona criada en un pueblo donde no se entendía ni se aceptaba la homosexualidad. Màxim Huerta se sintió diferente durante mucho tiempo, hasta que encontró su camino. Un camino de ida y vuelta, en el que él mismo se ha aceptado y le han aceptado.
La relación con la Comunitat siempre ha sido muy estrecha. No sólo por Buñol, también por la costa alicantina, que adora. Es muy fácil verle por Altea o Dénia, y este verano compartió ruta con esos amigos inseparables que les llevó incluso al castillo de Guadalest y a ese Benidorm al que tanto le gusta volver, y que le ha visto triunfar de nuevo. Y, ¿qué opina sobre la polémica de la elección de Chanel como representante eurovisiva? «En caso de empate, hubiera pesado más el público. Pero España no son solo las redes», y mandó a «la calle de la llorería», en alusión a otro de los temas en concurso, a los haters de Chanel.
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