![Cayetano Rivera | Cayetano Rivera: «Si veo algún riesgo de que mi hijo sea torero, Suiza se queda corto»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202301/14/media/cortadas/1460373737-RoRRLcwlmuZ7CUsDRX7EQhI-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![Cayetano Rivera | Cayetano Rivera: «Si veo algún riesgo de que mi hijo sea torero, Suiza se queda corto»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202301/14/media/cortadas/1460373737-RoRRLcwlmuZ7CUsDRX7EQhI-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Se abre la puerta del ascensor del hotel donde se aloja en Valencia y aparece un Cayetano Rivera de revista, con un traje de corte impecable que le ajusta perfectamente a sus medidas de torero: extremadamente delgado y, al mismo tiempo, fuerte. Luce una barba ... bastante frondosa que le da un aire más maduro, que endurece unas facciones armónicas que le llevaron en el pasado a ser un cotizado modelo publicitario y que todavía levanta muchas pasiones - «no sabes las barbaridades que le llegan a decir, cómo literalmente se le tiran encima», contaba un amigo. Pero el cambio más importante que ha experimentado Cayetano Rivera en los últimos años es que su coraza se ha vuelto más dura, sobre todo después de un último año muy convulso a nivel personal, con una separación que ha sacudido los cimientos del concepto de familia en el que se había apoyado.
-Mañana es su cumpleaños. ¿Se para a pensar la edad que tiene?
-Como torero tengo que ser muy consciente de mi estado físico y de mi capacidad mental, y es lo que debo de tener en cuenta a la hora de afrontar no sólo una temporada, sino también una retirada. Todo tiene su momento. La edad en este caso no es lo más importante, sino la forma en la que uno se encuentra.
-¿Y cómo se encuentra?
-Afronto con mucha ilusión esta temporada, que va a ser muy interesante para el aficionado porque hay mucha competencia. Además, tengo muchas ganas de volver a pisar las plazas de toros y de disfrutar de una profesión que considero única.
-Me han dicho que tiene muchas esperanzas puestas en este año.
-Bueno, yo creo que todos los toreros queremos que este sea el nuestro, pero sobre todo lo que quiero es disfrutar de mi profesión porque muchas veces, por la responsabilidad tan grande que tenemos, nos privamos de esos placeres. Sí, estamos arriesgando la vida pero las sensaciones y la experiencia que vivimos hacen que merezca la pena. Y la verdad estoy feliz de volver a Valencia, a la plaza donde he podido disfrutar del triunfo y el cariño del público.
La relación de Cayetano Rivera con Valencia no se limita sólo a la plaza, sino que aquí conserva amigos de su época en Suiza, donde su madre, Carmen Ordóñez, lo llevó para alejarlo de los toros. Allí conoció, por ejemplo, a Gerardo Salvador, segunda generación de la valenciana Belros. En este caso, su visita se debe a la presentación de los carteles de la Feria de Fallas el pasado jueves, donde Cayetano Rivera se ha convertido en el plato fuerte. Saldrá a la plaza el 12 de marzo.
-En una entrevista que le hice hace seis años decía que su madre no consiguió alejarle del toro como pretendía.
-Se quedó un poco cerca, me tendría que haber llevado a Australia (ríe).
-¿Haría lo mismo con su hijo?
-Si en un momento veo algún riesgo de que él pudiese decidir ser torero, Suiza se queda corto, sí.
-Ahora como padre, supongo que es más consciente de cómo puede hacer sufrir a otros.
-Sí, y sé la dificultad que tiene, y las desilusiones por las que pasa uno cuando las cosas no salen, los percances, el dolor… no es lo que quieres para una persona a la que quieres. No egoístamente hablando por lo mal que lo pasaría yo, que también, sino porque me gustaría para mi hijo una profesión un poco más fácil, o al menos de menor riesgo.
-Somos modelos para nuestros hijos, a veces ese es el problema y eso no lo podemos cambiar.
-Sí, pero para cuando él crezca yo voy a estar retirado.
-¿Lo tiene claro?
-Cumplo 46 y por muy optimista que sea no voy a estar ni diez ni quince años en activo, eso lo tengo claro.
-En la alta competición, las renuncias son tantas para estar preparado que, como decías, llega un momento que deja de compensar.
-El toro es muy exigente, y nos requiere mucha dedicación, por lo que pasamos mucho tiempo fuera de casa. No sólo es la preparación física, sino también la mental, y es necesario aislarse para realizarla. En casa es más difícil, sobre todo si, como en mi caso, tengo hijos. Es normal, ellos te sacan de ese escenario, por lo que no sólo es sacrificado para ti, sino también para la familia.
Cayetano Rivera siempre se tomó en serio su formación; estudió Empresariales y después Producción y Comunicación de Cine en TV. Ha estado en la escuela EDEM de Juan Roig y tiene una preparación académica con la que no cuentan la gran mayoría de toreros, que comienzan casi de niños en escuelas taurinas. Como su madre, Cayetano tiene muy claro que no quiere un hijo torero, pero él mismo sabe hasta qué punto puede ser complicado alejarle si ahonda en sus raíces, como hizo él ya más cerca de los treinta.
-Usted ya se retiró, y también sabe lo que es volver.
-Estuve retirado dos temporadas, y sé lo que se siente, pero también sé que la próxima vez será para no volver porque yo he notado que me cuesta más prepararme y recuperarme ahora que hace años.
En el tiempo que estuvo retirado, Cayetano Rivera dio la vuelta al mundo y por una vez se sintió anónimo; él, que ha vivido desde pequeño con las cámaras tras sus pasos, que ya toda España sabía quién era antes que incluso él mismo. En ese sentido, el torero ha querido hacerlo diferente con su hijo, e intenta protegerle del interés mediático que provocan sus padres, sobre todo en unos momentos como los actuales, tras su separación de Eva González.
-¿Cómo gestiona ser protagonista de tantos titulares que no tienen que ver con el toreo? ¿Intenta aislarse de algún modo?
-Intento vivir mi vida al margen de todo lo que ocurre a mi alrededor. Para ello tengo un bufete de abogados que es el que se encarga de ver si hay algo que me perjudique, y eso me permite no vivir pendiente de todo el movimiento que se genera a mi alrededor, aunque lo que yo haga no sea nada normal y corriente.
Como ocurre con muchos de los famosos que conocemos a través de los medios de comunicación, Cayetano Rivera siempre ha querido mantener un círculo cerrado de personas fieles, amigos que sabe que no le van a fallar. Uno de ellos es su tío Curro Vázquez, extorero y su apoderado, una de las personas que más luchó para disuadirle de su idea de dedicarse al toreo. Como no lo consiguió, decidió que estaría junto a él para ayudarle en su carrera.
-Cuando le entrevisté hace unos años, me hablaba del miedo, del hecho de que si uno no lo tiene en realidad es un inconsciente. ¿La madurez te ha hecho aprender a gestionarlo mejor?
-Yo creo que la madurez es un signo de experiencia, y cuanto más tiempo pasa más me conozco y más consciente soy de cómo estoy y cómo me voy a encontrar después. Es cierto que me da cierta confianza, pero al mismo tiempo el torero no sabe nunca cómo va a ser el toro y esa incertidumbre genera cierta ansiedad y preocupación.
-Con los años llega también la prudencia, hay cosas que hacemos de jóvenes que de mayores nos pensamos mucho más como, quizás, ponerse delante de un toro.
-Sí, parece que el valor se va acabando con la edad, pero al final se compensa con la confianza y con la ilusión, que es el motor que a mí me mueve. En realidad, eso es como lanzar una moneda al aire en la que no sabes nunca qué cara te va a tocar.
Valor todavía le queda. No sólo para ponerse delante de un toro, sino también en una carrera por vivir experiencias nuevas, algunas extremas. En las últimas fotos que ha colgado en su Instagram se le ve subido a una moto de nieve a gran velocidad, zambulléndose en aguas frías o pilotando una avioneta (se acaba de sacar la licencia), por cierto, muy distintas a las que compartió en familia otras navidades. Ha vivido tragedias familiares, como la muerte de su padre Paqurri en la plaza, que le han hecho ser muy consciente de los riesgos, también él ha pasado por enfermería, y algunas cogidas han sido bastante graves: en Jerez se empeñó en salir a torear el segundo toro con una cornada en la pierna y en Palencia el hígado se le partió en dos. «Recuerdo que mi preocupación era torear a los dos días en Ronda y el médico me dijo: 'no sabemos si vas a llegar a mañana, así que relájate'».
Noticias Relacionadas
María José Carchano
-Usted está acostumbrado a convivir con el dolor, pero también con la posibilidad real de morir.
-Los toreros estamos preparados para sufrir, somos conscientes de que las estadísticas nos dicen que todos vamos a pasar por la enfermería antes o después. Es cierto que hay toreros que tienen más suerte, no sólo por su técnica, sino porque ocurren milagros, y hay otros que al revés. Además, nos preparamos para una profesión que para nosotros es una forma de vida. El hecho de pensar lo que podría ocurrir y lo que te puedes perder forma parte de ello.
-Ha dicho que ser torero no es sólo una profesión, también una forma de vida. ¿En qué sentido?
-Soy torero, con lo que supone, porque es cierto que no sólo es una profesión, sino una forma de afrontar la vida, de enfrentarse a las dificultades, a los problemas, a los retos. Eso sí te queda para siempre. Y los toreros que no están activo siguen siendo toreros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.