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La idea de reunirse para cocinar siempre ha sido algo muy masculino. Ya sea preparar la paella de los domingos o quedar en una sociedad gastronómica, ellos siempre han entendido la comida como una afición, no como nosotras, que la hemos vivido como una obligación. ... Vamos, que tu Pepe se gastaba ochenta euros en un foie-gras y tu te gastabas cinco en un paté buscando la oferta del supermercado. Pero eso está cambiando. Cada vez hay más mujeres que disfrutan de la comida como un hobby y acuden a catas de vino o comidas maridadas con cava o champán.
Ese cambio se ha notado también en los restaurantes. Hasta hace bien poco, te ibas a cenar con tu Pepe y sistemáticamente le ofrecían a él la carta de vinos y le llenaban la copa para probarlo. Se daba por supuesto que ellos eran los entendidos y a nosotras se nos reservaba el papel de poner ojitos de admiración ante la erudición masculina. ¡Ay, cuánto sabe mi chico!, pensabas mientras él leía la carta como si fuera un tratado aristotélico.
Eso se acabó, chicas, nosotras también entendemos de vinos y queremos elegirlos. Ahí tienes a Manuela Romeralo, la sumiller de Llisa Negra, que además es campeona del mundo de cata de puros, ¡toma ya!
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Prueba de esta revolución femenina en la gastronomía es la comida que organizó Rosa Sanchís con su marido, Javier Monedero, en el restaurante Hotaru. La cita fue sólo para mujeres y las mesas se llenaron, todas, y eso que el menú no era barato. Fue una degustación de nigiris de mar abierto (lubina, jurel y caballa), pescados de roca (calamar, salmonete y pargo), marisco (langostino, cigala y gamba) y atún y pescados de brasa (rodaballo, salmón, sardina y anguila). Vamos, un festival. Para maridar, o armonizar, que es la palabra que se utiliza ahora, se sirvió el cava favorito de muchas comensales, el premiado Tantum Ergo Rose, al que siguió un Chardonnay, un rosado y un tinto Pinot Noir, todos de Bodegas Hispano Suizas.
Pablo Osorio hizo de maestro de ceremonias y contó una anécdota sobre la forma en que hombres y mujeres nos relacionamos con el vino. «Si a la mujer no le gusta ese vino, lo normal es que se deje la copa llena; el hombre, por el contrario, te dice que no le gusta después de haber acabado con la botella entera». Moraleja: nosotras somos más selectivas, chicas.
A la cita acudió un buen grupo de mujeres profesionales, estilosas y amantes de la gastronomía: Romina Martínez Colomer, Julia Pérez Broseta, Vanessa Adele, Eva Alapont, Nanda Botella, Loreto Cerdá, Ángela Cleriguet, Ane de Vicente, Bea Pechuán, Elena Roig, Laura Aliaga, Isabel Aliño, la presidenta de la Academia de Gastronomía, Belén Arias, Sofía Carpi, María Hervilia, Ana Pareto, Laura y Esther Segura, Ángeles Martín, Mari Carmen Prieto, Patricia Peiró y Mayrén Beneyto. Mayrén había llegado hace unos días de un viaje de chicas a Tánger, con María Cosín, Ángela Pla y Eva Marcellán. Se quedaron a dormir en el 'riad' de Vicente Gracia en Asilah, a unos cuarenta minutos de Tánger, y fue plan de chicas total: cenaron en el Morocco Club, un restaurante situado en la entrada de la Kasbah, al día siguiente se fueron de compras por Tánger y picotearon en una tienda que se llama Las Chicas. «Después pasamos por la tienda de la diseñadora francesa Laure Welfling, que tiene una ropa ideal, trabajaba en una firma parisina y se ha retirado a Marruecos», cuenta María Cosín. El plan siguió por la tarde con un masaje hamman y acabó con una fiesta privada que les organizó Vicente Gracia con músicos de la zona. «Son músicos con una energía muy fuerte, sanadora, hacen un ritual», explica Vicente, que les recomendó que fuesen vestidas con chilabas y turbantes como parte de la ceremonia. Salieron a bailar y la noche fue memorable.
La semana tuvo más citas gastronómicas como la comida en Nou Racó de Paco Torreblanca, Jorge Pardo, Susi Díaz y Vicente García o la inauguración de la tienda Miele en Hernán Cortés. La actriz Vanesa Romero hizo de maestra de ceremonias y el chef Ricard Camarena preparó un showcooking riquísimo. Fue el jueves, a las once de la mañana, una hora un poco atípica, lo que no impidió que se llenase de caras conocidas como Laura Fitera, Coté Soler, Beatriz Maset, Julia Pérez Broseta, Sergio Terol, Mateo Climent y Sigfrido Serra -que se ocuparon de llenar la tienda de flores rojas-, Lara Guerrero -de Pepina Pastel-, Macarena Gea, Laura Jorge, Andrea Marí, Eva Marcellán y el interiorista Manuel Espejo, entre otros. Como anfitriones, estuvo parte del equipo de la empresa con Ana Cristina, Antonio Salgado y Cristina Reche. Camarena preparó un rollito de piel de calabacín relleno de tartar de remolacha y al finalizar se entregó a Casa Caridad un cheque por dos mil euros que recibió Lourdes Vañó.
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