Los espectaculares viajes para escapar de la ciudad

Otros aprovecharon las Fallas para esquiar o hacer una escapada más o menos lejana. Rosa García y su marido, Javier Segrera, viajaron hasta México, visitando Tulum y Yucatán y recorriendo el Caribe mexicano. Y la empresaria Mónica Duart se fue con sus amigas Andrea Villafañe y Nuria Galbis hasta República Dominicana. ¡Eso sí es un plan de chicas! Comieron en el restaurante de la Palapa de Edén Roc, un Relais Chateau de ensueño, alquilaron un barco para ir a isla Catalina, se bañaron en playa Blanca en Punta Cana Resort, donde vive el mismísimo Julio Iglesias y pasearon por la Romana. «Hemos rejuvenecido», contaba Andrea Villafañe. La mala pata fue que Mónica Duart tuvo un percance. «Estábamos en casa de unos amigos, Andrea tenía miedo a su perro que era super cariñoso, le empezó a dar besos y yo por intentar salvarla me di un traspiés y me rompí el cuarto metatarso del pie. Pero la amistad por encima de todo, somos tres amigas como hermanas». Mónica se lo tomó con filosofía, alquilaron una silla de ruedas y hasta bailó con la silla y la muleta. «Ha sido una aventura más».

Una parte de la ciudad siguió con su ritmo a pesar de las Fallas. El hotel Cosmo organizó una cena con gente de la cultura a la que fueron la directora de documentales Alejandra Roca, los artistas María Herreros y Ricardo Cavolo, la directora de la Fundación Hortensia Herrero, Alejandra Silvestre, y la editora Raquel Bada, entre otros.

Y en el Casino de Agricultura, Fina Ferrer revalidó la gestión de la sección de bridge con la colaboración de otra socia, Joanne McCabe. Las dos se han empeñado en que juegue cada vez más gente al bridge, sobre todo entre los más jóvenes, así es que chicas, ya podemos ir apuntándonos. ¡Nunca se sabe si podemos llegar a competir en torneos! Las que se animen con la verdura para compensar los excesos falleros tienen hoy un plan perfecto en el río: la clausura de la exposición 'Esto nos salvará' de la galerista Ana Serratosa. La propuesta de la artista Ghada Amer, en los jardines del río Turia, es puro arte comestible. La artista plantó verduras en contenedores con mensaje y durante varios meses los visitantes podían ver cómo crecían las hortalizas y hoy todo el que vaya podrá recolectarlas. Solo hay que llevar tijeras o alguna herramienta para la recolección y una bolsa o cesto para llevarlas a casa.