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Miguel Alegre y Lourdes Sala, al salir de la basílica de San Vicente Ferrer, donde se han casado. Alfonso calza

La medicina y el fútbol, unidos ante el altar

Lourdes Sala y Miguel Alegre contraen matrimonio en la basílica San Vicente Ferrer, mientras que Marta Romero y Vicente Soler lo hacen en Casa Santonja, en Beniarbeig

Martes, 17 de enero 2023, 01:11

Enero también ha empezado con bodas, ¡menuda temporada llevamos! La ginecóloga Lourdes Sala y el jefe de desarrollo de negocio del Valencia CF, Miguel Alegre, se han casado en la basílica de San Vicente Ferrer y lo celebraron en Campo Aníbal. La novia ... iba vestida de Tousette, con un diseño de Cherubina y falda de organza de Sophie et Voilà. El novio, con traje de Blackcape, se vistió en la propia tienda -está muy cerca de la iglesia, en Hernán Cortés- y fue de allí directo a la boda con su madre, Pilar Plumed, elegantísima de verde. «Fue un honor vestir al novio en la tienda y nos hizo mucha ilusión, tomamos champán y fue un momento muy emotivo», cuenta Isabel Cosme.

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La decoración fue de Flores la Tartana, quien también se ocupó de decorar la boda de Marta Romero y Vicente Soler. Marta forma parte del equipo de Flores la Tartana y se ocupó de elegir su ramo «que no podía ser más yo, con diferentes verdes, protea tropical en granate» y la decoración del lugar de la celebración, Casa Santonja, en Beniarbeig, en tonos frambuesa, negro y dorado. La ceremonia se celebró en el templete, el cóctel en el jardín y el catering en el aljibe, dirigido por Paula Jiménez de la Iglesia, de Cocotte.

Algunos de los detalles cuidados con mimo fueron las servilletas de la mesa principal bordadas por la hermana de la novia, quien también bordó las cintas de ramo. «Mi vestido lo diseñé yo y se confeccionó en un taller de Valencia, y el tocado fue de Tolula», explica la novia. «Quería ser yo misma, ir cómoda y a la vez elegante». También quería unos zapatos cómodos para no tener que preocuparse por nada, «Son de Loov Shoes, en color topo y tacón dorado, hechos en España y regalo de mis amigos Javi y Tanya, que han estado pendientes de nosotros en todo momento para que nuestro día fuese lo más especial posible».

Los pendientes son una joya familiar de su 'yaya' de Palma, unos botones mallorquines de diamantes engarzados en oro. «Desde pequeña soñaba con ponérmelos el día de mi boda». El novio estaba espectacular con un semichaqué azul intenso entallado, acompañado de chaleco príncipe de gales. «Hice trampa, le vi llegar y tengo esa imagen guardada como la sensación más bonita que he vivido hasta ahora», explica.

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