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La vida de una mujer podría escribirse viendo sus bailes de Nochevieja. De niña se lo pasa bomba saltando de aquí para allá hasta más allá de las doce, cuando cae rendida en brazos de sus padres; luego pasamos a la preadolescencia, donde se queda sentada en una silla jugueteando con el móvil pensando que todo aquello es una ridiculez y se avergüenza de ver a su madre bailar. Cuando ella le pregunte que por qué no baila, responderá: «déjame tranquila», refunfuñando. Después nos iremos a la difícil adolescencia, con esas faldas cortas ajustadas que se pasan la noche intentando ganarle un centímetro más a base de estirarla.
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Con la ansiada juventud, la mujer por fin va a una fiesta distinta de la de sus padres. Probablemente, sin que ella lo sepa, esté asistiendo a la más divertida Nochevieja de su vida. Este año volverá a bailar y a reírse y a querer que no acabe. A esa le siguen no menos de cincuenta fines de año peñazo en la que rara vez alguien se lo ha pasado bien. De ahí nos vamos a los sesenta y setenta donde vuelves a ser aquella niña saltimbanqui que aprovecha esa noche para divertirse y así queda el círculo cerrado. Especialmente este año, en el que la septuagenaria ha vuelto a pasar la Nochevieja con su familia, que es lo que realmente le importa.
Sophie von Schönburg fue una de las valencianas que pasó la Nochevieja en familia, con sus padres, el conde Rudí y la princesa María Luisa de Prusia. Se vistieron todos de esmoquin, su padre, su hermano Friedrich, director general del Palace Barcelona, su marido, Carles Andreu, y hasta su hijo Rudi, el mayor de los tres hijos de Sophie. «Hemos disfrutado mucho en Marbella en casa de los abuelos, sobre todo con la llegada del último miembro de la familia: Maximiliano, que nació el 29 de noviembre», cuenta la ahijada de la Reina Sofía. También pudieron estar con sus nietos María José Navarro, Mayrén Beneyto y Laura Fitera, con las casas engalanadas para la ocasión; y María Dolores Enguix, que estuvo con su hermana y sobrinas; Coté Soler compartió uvas con su hija Natalia Segrelles y Eva Marcellán con su hermana Bego.
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Han sido días de familia. Mónica Duart la pasó con su hermana Toti y sus padres y Bisila Bokoko con su marido. Julia Pérez Broseta pudo ver a sus hijas, que viven en Estados Unidos y Londres, y luego se fue de viaje a Tanzania.
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