Ver fotos
Ver fotos
Por alguna extraña razón que sólo entienden los que entienden de vientos, en Dénia hace mucho calor. Luego está tu Pepe, que va de que lo sabe e intenta explicártelo, pero se le nota que tiene la explicación cogida con pinzas. A la menor ... pregunta que le hagas, se le viene toda la teoría a tierra y empieza a divagar. Pero bueno, dejas que te lo cuente, le miras, asientes como diciendo, ¡hay que ver lo que sabes! Y él se queda más feliz que unas pascuas.
Publicidad
Lo que está claro es que eso del calor tiene que ver con el monte del Montgó, que en el lado de Dénia hace una cosa, y en el de Xàbia otra. Sin embargo, esa circunstancia no fue óbice para que las familias bien valencianas y alcoyanas, de finales del XIX y principios del XX se hicieran allí unos casoplones que el común de las mortales sólo vemos cuando nos invitan a una boda.
Más de Revista de Valencia
Begoña Clerigués
Begoña Clérigues
Hacia 1920 Dénia prosperó gracias a su puerto, por el que se exportaban a Inglaterra las pasas. Familias valencianas como los Merlé, Ordovás, Noguera, Girona, Cárdenas, Landecho, Cañamás, Gadea o Santonja levantaron unas preciosas casas señoriales en la carretera de Onda a Dénia. «Eran explotaciones de secano, se cultivaba moscatel y uva pasa; después con el regadío se plantaron cítricos», cuenta Juan Noguera, que recuerda como en su infancia pasaban los veranos en estas casas rodeadas de fincas agrícolas.
Dénia tiene el equilibro perfecto entre las playas de roca -El Trampolí o Punta Negra-, y las de arena -Les Marines, Els Molins, L'Almadrava o les Deveses-. En algunas se pueden practicar el windsurf o kitesurf.
Restaurantes
Quique Dacosta (tres estrellas Michelin). En Les Rotes: Casa Federico (paella de bogavante y marinera), Mena, El Faralló (las mejores gambas) y El Pegolí. En el pueblo, Aticook by Bruno Ruiz, El Greco Bistrot, un griego recién abierto; en el Puerto, El Marino (gamba de Dénia, pulpo seco y erizos de mar). Pont Sec (las famosas cocas y pelotas de cocido).
De copas
Zensa y Puro Beach.
De turismo
El Cabo de San Antonio, una zona protegida de alto valor ecológico ideal para practicar snorkel y submarinismo. Para andar, la ruta a la Torre del Gerro, que discurre bordeando la costa, o la vía verde, el antiguo trazado del ferrocarril a Gandia. En la explanada Cervantes, se puede pasear entre los puestos de artesanía. La Lonja y el puerto pesquero, con la subasta de pescado de lunes a viernes a las cinco de la tarde. El puerto deportivo, con restaurantes y sitios de copas.
Las sagas familiares siguen veraneando allí o entre Las Marinas y Las Rotas, conviviendo con los turistas que empezaron a llegar en los años setenta. Dénia ha sabido mantener ese difícil equilibrio entre la masificación y la exclusividad. Puedes comer en un restaurante tres estrellas Michelin, como el de Quique Dacosta, o tomar las típicas cocas con verduras de temporada, anchoas o embutido.
Publicidad
Por cierto, que hay quien afirma con argumentos científicos que el origen de la pizza es precisamente la coca de Dénia. Dacosta dice que es un lugar mágico porque tiene a un lado el mar y al otro la montaña, el ecosistema perfecto para un cocinero. Más allá de la gastronomía, las playas kilométricas, de arena o rocosas, y la animada vida nocturna lo convierten en un pequeño paraíso a los pies del Montgó.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.