![Pau Durà: «Si mis hijos sugieren que quieren ser actores, les digo que mejor no»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202108/09/media/cortadas/LF2VT7C1-RIXHkBrCf47OYtvdMOXIYlK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![Pau Durà: «Si mis hijos sugieren que quieren ser actores, les digo que mejor no»](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202108/09/media/cortadas/LF2VT7C1-RIXHkBrCf47OYtvdMOXIYlK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Imaginen esta escena: Pau Durà, que se tapó algunas canas para el papel, va subido a una Vespa camino de la clínica de fertilidad donde le espera su mujer y lleva el botecito necesario para la fecundación in vitro, con la mala suerte de que ... tiene un pequeño accidente y acaba en un restaurante llamado Toscana donde en ese momento hay un secuestro por parte de un trabajador que reclama su finiquito. Pau Durà atiende desde la Costa Brava, donde está de vacaciones con su familia, mientras está acabando la posproducción de 'Toscana', una película que ha escrito, dirigido y protagonizado. Un proyecto en el que ha volcado toda una carrera en la interpretación, con los años suficientes de experiencia como para saber qué es lo que le gusta y cómo lo quiere. El alcoyano habla de mochilas llenas, de carreras de fondo y de no esperar a que suene el teléfono en una profesión que le enamoró desde adolescente.
Noticia Relacionada
-Empezó de actor, pero ahora ya es guionista, director y se ha hecho un nombre en la profesión. ¿Se reconoce en el éxito?
-En ciertos aspectos he superado los sueños que tenía con dieciocho años, cuando quería dedicarme a la interpretación y he hecho muchas cosas que no esperaba. Yo creo que el éxito depende de cada momento, porque los objetivos se van renovando. Tener una vida de éxito es muy complicado, pero si miro atrás he ido cumpliendo mis sueños y he ido evolucionando, avanzando hacia otros caminos que necesitaba explorar. Quizás sea eso el éxito.
-¿Cuánto juega el papel suerte en esta profesión?
-En la ecuación se necesita ese factor suerte; estar en el lugar adecuado en el momento oportuno, y quizás sí lo he tenido: llevo casi treinta años y como actor no he dejado de trabajar. He tenido parones, sí, como todo el mundo, pero he podido vivir de ello. Ahora bien, la suerte te tiene que pillar, básicamente, formándote; siempre he creído que si no suena el teléfono tienes que ser tú el que tienes que provocarlo. Y si escribo y dirijo es por eso, no me he quedado quieto esperando la llamada.
-Si hay algo con lo que vivimos en la actualidad todos es con la incertidumbre de lo que va a suceder, y que los actores ya tienen interiorizado. ¿Es un proceso?
-Tener una familia y amigos que te apoyan te ayuda a llevar mejor la inestabilidad, pero hay que aprender a vivir con ello y de esta forma organizas tu vida sin planear demasiado. A mí me contaron ya de joven, y lo asumí enseguida, que tenía que ir cargando la mochila, que no tuviese prisa en ascender, y nada fue rápido para mí. Veo otros ejemplos en los que la fama te llega de forma inesperada, todavía muy jóvenes, y si no han tenido tiempo de cargar la mochila el golpe puede ser muy grande. La fama es absolutamente efímera. Esto es una carrera de fondo.
-Seguramente a muchos nos viene a la mente el éxito de los actores de 'La Casa de Papel', un fenómeno mundial.
-En mi época no existía esa posibilidad de llegar a todo el mundo gracias a las redes y a las plataformas de pago. Yo entré en 'Siete Vidas' con 28 años, no es nada comparable con los éxitos de ahora. Yo creo que cuanto más trabajo hay detrás mejor se entiende. El pelotazo del ejemplo que ha puesto, 'La Casa de Papel' es tan grande que es imprescindible tener claro que no es para siempre. Y la preparación no solo es física o intelectual, también mental, con todo lo que conlleva esta profesión, que no es fácil.
-¿Todo empezó en Alcoy, donde nació?
-Desde los diez o doce años, que me subí a un escenario por primera vez, hasta los dieciocho, que decido irme al Institut de Teatre de Barcelona a formarme, me enamoré de un oficio que en realidad era solo una afición; el veneno del teatro se me metió dentro. Y eso que en realidad fueron muy pocos años.
-Son años muy importantes en la vida de una persona, ahí se decide en la mayoría de las ocasiones el futuro.
-Hasta el último momento no se me cruzó por la cabeza dedicarme a la interpretación. Es más, yo me había matriculado en Filología en la Universitat de València. Primero quería hacer Matemáticas, imagínese, porque se me daban bien las ciencias, pero en aquellos años lo que siempre hice fue teatro: en los Salesianos, en el instituto; recuerdo que fui muy feliz montando en COU un Darío Fo. Y eso fue el clic. Me acuerdo que Alejandro Soler, un artista alcoyano que desgraciadamente ya murió, me dijo: «¿por qué no lo intentas?». Él fue quien me dijo también lo de la mochila, y le tengo un cariño muy especial. Así que lo intenté. Quería probar si podía entrar en la escuela de teatro. Ya metido, conseguí estar en el momento adecuado en el lugar oportuno, rodeado de unos directores como Boadella, que me ayudaron a empezar una carrera, aunque siempre fue de fondo. Lo de las carreras meteóricas no creo que sean buenas.
Noticia Relacionada
-Siempre hay alguien que anima, pero también personas que puede que no lo vieran una profesión, que quizás mejor ser funcionario.
-(Ríe) También los tuve, sí. Pero yo lo entiendo, incluso lo diría yo ahora también, y cuando a mis hijos se les ocurre eso de que quizás les gustaría ser actores, hago exactamente lo que hacían conmigo, sugerirles que igual es mejor otra cosa. Y a mí me ha ido bien, creativamente estoy muy satisfecho porque, además, yo soy muy feliz cuando estoy iniciando cosas nuevas. Por ejemplo, en mi faceta de director, donde todo es nuevo, me acuerdo de cuando estaba en COU, aquella satisfacción inmensa que sentía.
-Mantener la ilusión en lo que uno hace es también un reto complicado a veces.
-Nunca he querido perder la ilusión de la creación y también de la novedad. Pero es una profesión en la que muchísima gente se queda por el camino porque hay demasiados factores que influyen.
-A muchos valencianos nos marcó aquella serie, 'Crematorio', que reflejaba la corrupción asociada al urbanismo en la costa y que tanto se identificaba con lo que se vivió en la Comunitat.
-'Crematorio' fue una de las primeras series que se idearon para una televisión de pago, en este caso Canal +, y pudieron hacer lo que querían, sin pensar en las audiencias, sino en un público en concreto. Fue un proyecto maravilloso, en el que consiguieron que sintiéramos empatía hacia unos auténticos hijos de puta. Para mí 'Crematorio' fue un paso más allá, después de la comedia en 'Siete Vidas', o 'Plats Bruts', que supone para mí el inicio, un proyecto que siempre he guardado con mucho cariño, donde éramos inexpertos en todo. Tras 'Crematorio', el siguiente punto de inflexión fue 'Formentera Lady' ya como director, pero mucha gente me recuerda por mi papel en 'El príncipe'. Depende de la edad del espectador (ríe).
Noticia Relacionada
-Ha rodado 'Toscana' en Valencia, donde es guionista, director y protagonista. ¿Cómo es dirigirse a sí mismo?
-Era la película ideal para hacerlo, estaba rodeado de gente amiga que me ha ayudado muchísimo, aunque al principio me sentía un poco perdido, pensando en por qué me meto en esto. Ahora estoy contento con el resultado. Además, tenía ganas de hacer comedia y últimamente no me dan mucha como actor, así que me la he escrito. Estoy también rodando una serie como actor que se llama 'Heridas', con Adriana Ugarte y María León, y hago de padrastro de Adriana, mientras preparo mi tercera película, 'Pájaros'. La idea es rodarla el año que viene, una road movie en la que dos tíos salen de la Albufera de Valencia camino del Mar Negro en Rumanía. Es un proyecto muy ambicioso, ojalá tengamos mejores condiciones para grabarla.
-¿Ha llevado bien el paso del tiempo? Ahora le dan otro tipo de papeles.
-No me preocupa. Al revés, con la edad me han llegado personajes más interesantes. Eso sí, añoro la comedia de 'Siete Vidas', y con 'Toscana' he podido regresar a ella. No es tan disparatada, pero también le digo que ahí he tenido que taparme algunas canas porque el personaje lo requería. Y tanto 'Formentera Lady' como 'Toscana' son proyectos muy personales, donde mi propia madurez me ha llevado a explorar caminos, como el de la paternidad, que para mí fue un golpe muy importante, creativamente hablando.
-Formentera, Valencia, la Toscana... Hay mucho Mediterráneo en lo que hace.
-Es que somos fruto del carácter mediterráneo. La comedia, los dramas con humor, la ligereza... Yo me veo reflejado en el cine italiano, en el francés, en Berlanga y Azcona.
-Está ahora de vacaciones. ¿Consigue desconectar?
-Ahora lo estoy intentando, pero es muy complicado, si no estoy escribiendo nada lo puedo hacer, aunque, si le soy sincero, no me gusta mucho desconectar. ¿Cómo no pensar en 'Pájaros'? Llevo cinco o seis años pensando en Pájaros. Siempre me llevo los guiones detrás, les doy una vuelta, dejo pasar unos meses…
Más de Revista de Valencia
Begoña Clérigues
María José Carchano
Elena Meléndez
-¿Es perfeccionista?
-Con el tiempo uno se va acercando, porque quizás aproximarse a la perfección tiene que ver con la experiencia.
-¿Le entiende la familia?
-Costaba al principio, creo que ahora ya lo hacen (ríe). Las películas son como carreras de fondo. No me canso, y me ven feliz cuando las cosas salen bien, aunque haya momentos duros, que los hay.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.