Ver fotos
Ver fotos
Hace unos años, Eduardo Baviera publicó un libro en el que contaba una historia de éxito, la que empezó junto a su hermano Julio cuando todavía era un joven economista con muchísimas ganas de comerse el mundo. El relato comienza con una anécdota que le ocurrió la mañana del 2 de abril de 2004, una década después de iniciar la empresa. Aquel día, el AVE en el que viajaba a Ciudad Real para visitar la clínica que tenían en esa ciudad pasó por encima de una bomba colocada en la vía que tenía que explotar al paso de su tren. Los explosivos, mal montados, no llegaron a detonar y se evitó una masacre. «Continuamos el viaje con normalidad. Había vuelto a nacer». Eduardo Baviera utiliza esta historia para hablar de la importancia que ha tenido la suerte en su éxito, empezando por haber nacido en una familia de profesionales sanitarios y con un hermano mayor oftalmólogo reconocido. Porque la vida de estos dos hermanos ha ido unida a nivel profesional y personal de tal modo que se ha llegado a estudiar como modelo de negocio familiar. Con pantalla de por medio, Eduardo Baviera en Madrid, va desgranando la importancia que ha tenido no solo la palabra suerte, sino también conceptos como la humildad, el trabajo, la disciplina o la confianza, con un tono amable, tranquilo, sin estridencias.
Publicidad
-En su libro habla de equilibrio. ¿Qué significa esa palabra para usted? ¿Tiene algo que ver con el hecho de que practique yoga?
-Sí, tiene que ver. Yo creo que, para ir progresando, el equilibrio y la prudencia son fundamentales, porque te ayudan a progresar sin caerte y te dan la perspectiva para tomar decisiones más acertadas. A veces te da resistencia cuando las cosas se tuercen mucho. A veces te da control. Y, en momentos difíciles, hay que reequilibrarse, pararse, aprender, tomar perspectiva.
-¿Cuánto de personal necesita para conseguir ese equilibrio?
-Yo creo que cada uno tiene su propia medicina. La cultura, las relaciones personales, la familia, a mí me reconectan, me hacen mantener la ilusión. Necesito esa parte personal, aunque creo que no las separo, sino que las integro. No soy de los que desconecta a las siete de la tarde, porque una parte de mi trabajo tiene que ver con la creatividad, algo que no tiene horarios. Así que si surge una idea en la playa el domingo no espero al lunes a apuntarla. Por otro lado, si un día trabajando la prioridad es un tema personal lo tengo claro. No eliges el momento en el que surgen los problemas.
-Este tipo de aprendizajes vienen a veces por haber llegado a un límite. ¿Fue su caso?
-Yo soy bastante autodidacta, me gusta serlo, porque creo mucho en la propia autonomía y en la libertad, pero no sé si esto se puede aprender en una escuela de negocios. Yo no lo he hecho. Creo que tiene que ver con el entorno, y nunca he estado en un entorno tranquilo, así que cuando llevas treinta años seguidos viviendo así... Tengo amigos que son funcionarios y reconozco que es una vida completamente diferente.
Publicidad
-Estudió Económicas, supongo que ese era el mundo en el que se quería mover.
-Cuando intento tirar de recuerdos, me acuerdo de mí mismo con quince años leyendo libros de economía o biografías como la de Gerald Ford, conocer las historias de las personas que cambiaron el mundo empresarial.
-Han conseguido que una alianza familiar supere todas las dificultades.
-A lo largo de los años he visto muchas empresas familiares envueltas en conflictos, hijos competir con los padres, dramas familiares por ese motivo... He tenido la suerte de tener una buena educación, y recuerdo mucho las palabras de mi padre, que nos decía de pequeños que lo importante era no discutir con la familia. Yo veía la relación de mi padre con mi tío, de mi abuelo y su hermano, en las que podían tener opiniones diferentes sobre un tema, pero nunca hay discusiones a nivel personal. A veces nos preguntan cómo lo hacemos; los expertos dicen incluso que no es una trayectoria normal, que lo habitual es separarse a mitad de camino.
Publicidad
-Y se fue a Madrid.
-A nivel empresarial estar en el centro ha sido clave pero, además, se trata de una cuestión de superación personal. Lo que más me ha ayudado en mi forma de ser es salir fuera de casa, porque el estar solo te obliga a ser autónomo, a saber hacer cosas que en tu entorno no son necesarias.
-Usted habla en su libro de una cualidad, la humildad, que en estos tiempos donde el concepto de 'marca personal' se vende como un valor imprescindible, parece algo devaluada.
-Estoy de acuerdo en que la humildad choca un poco con esa visión más personalista que existe actualmente, pero para mí es un valor fundamental para progresar, para mejorar. Si no eres humilde es imposible mejorar, si no miras a tu alrededor no puedes integrar cualidades de otras personas que pueden ser muy útiles. La humildad sirve, además, para conectar con los demás, y no creer que porque estás en un determinado puesto lo sabes todo. Pero bueno, no soy un experto en esto. Mucha gente nos dice que tenemos un perfil bajo.
Publicidad
-Dice además que hay que aspirar a metas cortas pero usted ha llegado más lejos de lo que casi nadie lo ha hecho. ¿Lo imaginó?
-Nunca. Lo único que quería yo era tener una vida divertida en el ámbito empresarial. En cualquier caso, nunca pensamos dónde queríamos llegar. A nivel personal me ha sucedido algo similar; tengo cuatro hijos y yo nunca había pensado en formar una familia grande. Cada uno tiene unos sueños, pero es la vida la que te va llevando, aunque es cierto que tiene que haber, es verdad, una inquietud, algo que te mueva.
-Con cuatro hijos lo ha hecho todo a lo grande.
Publicidad
-Y es muy bonito verlos crecer; los hijos tienen cierta similitud con la empresa porque los momentos bonitos se mezclan con los complicados y hay muchos retos por delante. Por ejemplo, el confinamiento nos ha servido para conocernos a nosotros mismos, ha habido mucha disciplina y mucho aprendizaje.
-¿Qué le gustaría ver en ellos en el futuro que le permita decir: «algo he hecho bien»?
-Que sean buena gente.
-¿Más allá de ambiciones profesionales?
-De eso nada. Cada uno que sea lo que quiera ser.
-¿Ha habido alguno que haya querido seguir su camino?
Noticia Patrocinada
-El mayor acaba de terminar ADE y Derecho y el segundo también estudia el doble grado. Es inevitable, supongo, aunque yo nunca se lo he recomendado, pero han vivido conmigo y lo han visto: llamadas, viajes… Seguramente hay una cierta imprimación en los hijos hacia lo que sus padres hacen.
-¿Cómo se ve dentro de diez o quince años?
-No me lo pregunto muchas veces, porque cuando he hecho ese tipo de reflexiones nunca he acertado, así que me dejo llevar y ya está. Dicho esto, me veo con un nivel de intensidad laboral menor; los años pasan y tengo claro que mi objetivo no es como quienes están a tope hasta última hora.
Publicidad
-¿Le ha quedado alguna cosa por hacer?
-(Reflexiona) Quizás no he tenido una vida divertida en el sentido que podría entender mucha gente, con viajes de placer o tiempo libre. Dicho esto, no lo echo de menos; quizás sí algo más de tranquilidad. Me quedo con momentos.
-Sé que de vez en cuando todavía viene a Valencia. ¿Hay algo que sea importante para usted en sus visitas?
-Tres cosas: mi madre, mis hermanos, mis amigos y una paellita. Tengo dos o tres sitios preferidos, entre ellos Casa Roberto o el Romeral, en Torrent. Dicho esto, ya no es la Valencia en la que yo viví, porque yo me fui al terminar la carrera a Madrid y ya no volví; solo lo he hecho de visita. Las cosas cambian, no pasa nada, pero es una ciudad donde están mis raíces, en Valencia viví mi infancia y eso no me lo quita nadie.
Publicidad
Más de revista de valencia
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.