Stépahne Debost, en su galería de Valencia. LP

El ejecutivo francés que lo abandonó todo por el arte

Ingeniero químico de formación, Stéphane Debost vivió una primera parte de su vida como la sociedad esperaba de él; ahora lleva una década dedicado a lo que realmente le gusta: el arte. Llegó a Valencia para abrir una galería maravillado por la capacidad de la ciudad de «acoger con los brazos abiertos»

Domingo, 19 de noviembre 2023, 00:33

Ingeniero químico de formación, Stéphane Debost ha estado la primera parte de la vida dedicado a lo que está bien visto socialmente. Ejecutivo de multinacionales, este francés «ganaba mucho dinero con el medio ambiente, pero yo lo que quería era tener un enfoque mucho más ... humanista en mi vida». Si retrocedemos a unos años antes, Stéphane dice que fueron sus padres quienes le metieron el gen del coleccionismo cuando le animaron a comprar una obra de arte que valía el equivalente a 50 euros. En aquel momento tenía 18 años, y aquel hobby fue creciendo hasta que hizo caso a Confucio y decidió elegir un trabajo que le gustara para no tener que trabajar ni un día más en su vida.

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«No fue fácil -reconoce- pero tomé la decisión después de estar con un amigo que lo había perdido todo por un negocio ruinoso y se le veía feliz con sus hijos». Se compró una pequeña casita en un pueblo francés, que convirtió en vivienda y en galería, así que «a veces llegaba gente a las once de la mañana y no se iban hasta por la noche». En la actualidad cuenta con tres galerías, una en Valencia, ciudad de la que se enamoró perdidamente visitando a artistas valencianos que representaba en Francia, Coderch y Malavia. «He tenido más conexiones en los meses que llevo aquí que en años en Francia», asegura Stéphane, que vio desde el principio el enorme potencial turístico de Valencia y también su capacidad de acoger con los brazos abiertos.

El difícil camino

Stéphane Debost reconoce que el camino no ha sido fácil, que cuando intentaba abrirse camino en los museos le rechazaban por su formación como ingeniero. Sin embargo, ha ido superando dificultades porque «lo haces desde el corazón y la sinceridad te acompaña». El coleccionista cuenta con tres galerías, una en Valencia, otra en Toulouse y la tercera en Angers.

A Stéphane Debost le encanta el arte contemporáneo figurativo, y no le importa el formato. La última exposición que ha inaugurado es de Virut Panchabuse, un artista tailandés que está considerado el mejor del mundo en collages, y cuyas obras se pueden ver en la galería de Stéphane, In Arte Veritas, hasta el 23 de diciembre.

El galerista francés cree que la mejor decisión tomada en su vida fue la de dejar su vida cómoda para dedicarse al arte. «Ahora sé que quería que mis hijos sepan que vivo en coherencia con lo que me gusta, que he luchado, pese a las dificultades, por lograrlo. Ese puede ser un gran ejemplo para ellos». Porque el camino no fue sencillo. «La gente que te rodea te puede dar consejos erróneos porque te quiere, pero hay que escuchar a tu corazón y seguir tu intuición».

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