Urgente Una asociación vinculada al PP pide al juez que cite a Joan Ribó como imputado por la piscina ilegal de Alboraia
David Escolá, con una cerveza en la terraza del Helios, uno de los locales ubicados en Les Rotes. TINO CALVO

Embajador de Les Rotes

La familia de David Escolá está muy arraigada a una privilegiada zona de Dénia: «Mi abuela pensaba que una ola se iba a llevar la casa»

Sábado, 5 de agosto 2023, 00:33

Hace ya muchos años, antes de que David Escolá naciera, su abuelo construyó una vivienda en les Rotes. En primera línea. Eran los años cuarenta, ... y nadie entendía qué hacía allí delante del mar. «Mi abuela pensaba que una ola se llevaría la casa, aquella casa verde al lado del Trampolí», cuenta David Escolá, que ha elegido Helios, uno de los restaurantes ubicados en Les Rotes, para posar para la foto que ilustra este reportaje. El abuelo de David tenía un concesionario de coches en Valencia de la marca Peugeot, y el francés que le dio la concesión le invitó a su casa de Dénia, porque en realidad fueron los extranjeros quienes primero se dieron cuenta de las maravillas que escondía la costa de la Marina. «Se enamoró de Dénia, porque es así; lo dice un refrán, que quien viene a Dénia repite».

Publicidad

El abuelo, que se llamaba Pepe, fue uno de los pioneros, porque el paraje, ahora tan codiciado urbanísticamente, estaba salpicado de viñas en bancales por la escarpada orografía, dedicado al cultivo de la uva y su secado posterior para ser convertida en pasa. «Aquellas eran casas cuadradas, muy simples, con una habitación en cada esquina y tejas», recuerda David Escolá.

Por aquel abuelo enamorado del mar, David Escolá pasó los veranos de su infancia en les Rotes. «Teníamos una pandilla enorme, y conforme los hijos se fueron haciendo mayores se hicieron casas por la zona». Y aquí enraizaron.

La cocina de una vivienda proyectada por Antonio Altarriba en les Rotes.

Casas en les Rotes por más de dos millones

Les Rotes es una de las zonas urbanísticas más codiciadas de la costa alicantina, y una búsqueda por uno de los portales de compra venta de viviendas lo demuestra. A día de hoy, hay en les Rotes, según Idealista, 76 viviendas en venta por un valor superior al millón de euros, de las que 44 cuestan más de dos. En esta zona han diseñado casas los arquitectos más reconocidos, como la de Antonio Altarriba, salvando la escarpada orografía de un terreno donde las vistas -y el entorno- valen mucho la pena.

Les Rotes son más de tres kilómetros de largo en un paraje protegido dentro de la reserva del cabo de San Antonio, salpicado de pequeñas calas y con una biodiversidad marina muy importante. «He visto en el agua hasta caballitos de mar», cuenta. Y junto a una caña bien tirada, David Escolá cuenta hasta qué punto Dénia le vacía la cabeza de preocupaciones, de cómo disfruta de sus paseos matutinos, y no necesariamente en los meses de verano. «Cuando mejor se está es en invierno, o en primavera», explica. Es una de las diferencias con otras zonas de la costa, sobre todo porque Dénia es una ciudad con una vida cultural, de ocio y de compras que va más allá de los turistas. Y porque como siempre hay un rayito de sol, «empiezo en el Mena con un bocadillo de calamares, me doy un baño -en invierno también-, y se puede continuar con el sepionet del Eriçó, una cerveza en el Helios, unas gambas en el Pegolí... Que, por cierto, no me has preguntado por la gamba de Dénia...», ríe divertido. «Lo mejor que hay es el producto que tenemos fresco aquí mismo, en esta zona».

Publicidad

A la pregunta de qué diferencias hay entre Xàbia y Dénia, David lo tiene claro. «Aquí, si quieres, te pierdes, y no te ve nadie». Es verdad que se nota la influencia del Montgó, y en Dénia siempre hay algún grado de más, pero este empresario le resta importancia. Uno de los placeres de David es regresar en mayo o junio y contemplar el mar desde las rocas. «Se detiene el tiempo y, a la vez, pasa muy rápido». Señala a lo lejos, hacia el pueblo. «Tras el castillo cae el sol y la puesta es alucinante, con un color único».

Cuando el abuelo de David falleció, se vendió la casa familiar y estuvo un tiempo sin venir. «Hasta que mi mujer, que me apoya muchísimo, me animó a comprar en les Rotes. Y cuando podemos venimos, fin de semana sí, fin de semana también. Mis hijos, desde el primer día, han hecho sus pandillas, y disfrutan de los baños en el mar, las meriendas en las rocas... Tal y como hacíamos nosotros de pequeños. Es más, no sé qué pasa aquí que incluso aparcan el móvil y les veo divertirse sin tecnología».

Publicidad

David Escolá, que tiene una hermana, Silvia, casada con Pablo Serratosa, sabe que su retiro le está esperando en Dénia. «Cuando me jubile, mi mujer y yo nos venimos a vivir aquí. Seguro». Consciente, incluso, de que no es lo mismo residir que veranear, que en les Rotes «hay cuatro personas en invierno. Pero sólo se trata de adaptarse, porque a mí me gusta estar tranquilo, leer y buscar mi espacio, que lo necesito muchas veces». Alejado del ruido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad