La estilista valenciana que elige el vestuario de conocidas series

Pero la pandemia lo cambió todo. «Como a muchos de nosotros, ese parón me hizo reflexionar sobre la calidad de vida que quería tener y sobre todo me di cuenta de la necesidad de estar cerca de mi familia». Con siete hermanos, Elena se ha sentido siempre muy unida a ellos, aunque la distancia lo dificultaba todo. Así que Elena cerró una etapa exitosa para volver a casa y abrir otra distinta. Siempre con un pie puesto en el AVE, actualmente compagina su faceta como consultora de moda con rodajes más cortos.

«Los clientes que acuden a mí necesitan cuidar y actualizar su vestuario para su trabajo y su vida y no tienen tiempo para hacerlo. Yo les facilito y acompaño en ese camino y a lo largo de las sesiones se dan cuenta de que su imagen ha mejorado muchísimo y les ha proporcionado mucha más seguridad personal, felicidad y han ganado tiempo de calidad en su día a día».

Elena Regadera sabe que cada persona es un mundo con un universo diferente, «como lo han sido cada uno de los personajes de ficción a los que tuve que vestir teniendo tan solo escritas unas letras que describían su mundo en un guion». Ahora son personas reales con una vida, una familia, un hogar y un trabajo. «Es muy gratificante recibir el feedback de mi trabajo, de cómo llega a cambiarles la vida».

Todavía queda mucho de aquella niña que dibujaba a las profesoras en clase, que se escondía las revistas de moda bajo los libros y que se dispersaba entre su mundo imaginario. «Mis padres sabían que yo no era tan metódica como mis hermanos, que era distinta», recordaba Elena en una entrevista.

La estilista, que vivió al lado de Sol, que asistía día sí, día también a showrooms y eventos de todo tipo, admite que las oportunidades que ofrece Madrid a nivel profesional son superiores a las de Valencia, pero «nuestra ciudad se está moviendo hacia una dirección mucho más internacional y eso me atrae muchísimo». Habla de cómo ha descubierto una nueva Valencia «abierta a la sostenibilidad, a nuevos y jóvenes creadores, a ideas innovadoras en cuanto a procesos textiles. Me siento muy orgullosa de cómo está evolucionando la ciudad».

Elena cree que como profesional tiene una responsabilidad social, y es importante «poder contribuir a seguir con ese cambio positivo aportando un punto de conciencia y sostenibilidad también a través del estilismo».