

Secciones
Servicios
Destacamos
Quién les iba a decir a Félix Crespo -presidente de Junta Central Fallera de 2003 a 2011- y a Vanessa Lerma -fallera mayor de Valencia ... 2003- que estos días grandes se centrarían en mirar el programa de actividades infantiles de las comisiones de las que forman parte. Para ellos son días, además, de echar la vista atrás porque cumplen varios aniversarios que motivan este encuentro. Por un lado, los veinte años del reinado de Vanessa. El segundo, los cuatro que Félix Crespo lleva retirado de la política. Estamos en plena semana grande fallera y la pareja, que se casó en 2015, se ha reservado el día para pasear por la ciudad y disfrutar del ambiente antes de ceder todo el protagonismo a su hijo, que este verano cumplirá siete años. Es curiosa su historia, porque hace exactamente dos décadas que se conocen, aunque su relación no empezó ahí, sino unos cuantos años más tarde...
Noticia Relacionada
-Cuéntenme cómo empezó todo...
-Félix Crespo. Yo conocí a Vanessa cuando ella estaba acabando el reinado y entré como concejal de Fallas en sustitución de Alfonso Grau. Como este año, las elecciones se habían celebrado en mayo. En aquel momento yo era el novato, el que le preguntaba a ella qué es lo que tenía que hacer en cada acto, pero no tuvimos ahí la oportunidad de tratarnos en el plano personal. Fue en el 25 aniversario de Junta Central Fallera, yo como expresidente, ella como ex fallera mayor, cuando comenzamos a coincidir. Un día empezamos a charlar, otro un café, una cena... y ahora estamos casados y tenemos un retoño que se llama Félix, y con el que estamos encantados.
-Vanessa Lerma. Hay una anécdota muy bonita, y es que cuando él se presenta como presidente de Junta Central Fallera en casa, habla con mis padres y les dice: «no se preocupen, que yo voy a cuidar de su hija».
-F.C. Quién le iba a decir a mi suegro, que por desgracia ya no está, que con los años íbamos a formar una familia.
-¿Volvería a vivir aquel año como fallera mayor?
-V. L. Yo creo que cuando acaba acaba. La intensidad es muy grande, la cantidad de actos, el compromiso... Es como si abrieras las puertas de tu casa a Valencia entera, pero claro, ahí viven tus padres, tus hermanos, y no estamos habituados. Es un máster acelerado de la vida y creces mucho en valores como persona, con unas experiencias que es muy difícil para una chica de veintipocos años experimentar. Por ejemplo, ves las Torres de Serrano y nunca te imaginarías ahí arriba haciendo una Crida. Y lo haces. Pero lo vivido, vivido está.
-Usted fue concejal de Fallas durante ocho años y ha vivido en primera persona el reinado de diferentes mujeres. ¿Cree que se les exige mucho?
-F.C. A las falleras mayores se les pide que se sometan a una de las pruebas más difíciles que se le puede pedir a alguien: que salga de su entorno, que se convierta en personaje público, que no se meta en un charco, que a pesar del cansancio ponga la mejor de sus sonrisas... se llega a ser cruel con ellas, porque la dedicación les exige un sacrificio total. Además, dejan a un lado la familia, el novio, incluso el trabajo. Así que a cada una de ellas te tienes que entregar, aconsejándolas y convirtiéndote en su cómplice, sabiendo que a la media hora le tienes que pegar una voz porque la esperan en un casal. Yo siempre lo he dicho, que lo mejor que me he llevado de la fiesta son las vivencias con las falleras mayores.
-V.L. Hablan de la soledad de la fallera mayor, y es cierto. El coche se convierte en el único lugar con cierta intimidad, donde el concejal o el vicepresidente que toque ese día se convierte en nuestro paño de lágrimas, en quien nos tenemos que apoyar para que nos ayude. Si ese coche hablara...
-F.C. Ahí aprendí qué es el waterproof, el eyeliner... (ríen).
-Hace unos días decía la que fuera fallera mayor de Valencia, Covadonga Balager, que las representantes deberían ser más cercanas. ¿Cuál es su opinión?
-F. C. Es un tema complejo. Las redes sociales han tenido la gran virtud de ayudar a difundir más la fiesta, pero yo creo que hay que seguir manteniendo la imagen de la fallera mayor arriba; es un icono y la representante de un colectivo de más de cien mil personas. Todos sabemos que la imagen pública lleva necesariamente aceptar críticas, el problema es cuando se realizan de forma gratuita, sin conocer a la persona. Más que injusto, es inhumano. La fallera mayor le ha cogido temor a las redes sociales.
-V. L. Si las críticas son constructivas perfecto, pero las que no lo son... con el tema de las redes sociales hay que ayudarlas, porque están mucho más expuestas de lo que estábamos nosotras en nuestra época.
-¿Cómo se vive ahora desde la barrera, tanto de la política como de las Fallas?
-F. C. Hay una frase coloquial que utilizamos muchísimo, sobre todo cuando has estado comprometido con algo que te ha supuesto sacrificios de todo tipo, familiares, personales, incluso cuando te ha quitado horas de descanso, de hobbies... Y es que necesitas que llegue el día en que puedas ver los toros desde la barrera. Eso es lo que nos está pasando a los dos; vemos en televisión un determinado acto, o vamos por la calle y nos las cruzamos. Sabemos qué hay detrás de esas sonrisas.
-Usted, además, ha vivido situaciones complicadas, investigado por el caso del pitufeo y ahora archivado.
-F. C. En política las críticas pueden llegar a ser despiadadas, atroces, los debates una batalla a ver quién degrada más, y si a eso le sumas el acoso mediático por situaciones que llegan a los tribunales... Yo, que me dedico a la enseñanza del Derecho, lo primero que les enseño a mis alumnos es la presunción de inocencia, pero en España se le ha dado la vuelta. Lo que más me dolía era ver sufrir a mi familia, y tenía un doble ejercicio de aportar tranquilidad. Al final, me llevé una serie de muescas en la salud que acabaron pasando factura.
-V. L. Los cuatro últimos años (Félix Crespo estuvo en la oposición una legislatura con Joan Ribó como alcalde) nos marcaron mucho y yo tenía miedo incluso de abrir el periódico.
-Efectivamente, tuvo un problema de salud.
-F. C. Le dedicaba cada vez más horas al trabajo, sacrificaba todo, incluso el sueño, y en 2018 tuve un infarto. Me tuvieron que poner dos by-pass pero por suerte ahora estoy muy bien. Además, con las ideas claras de qué es lo importante en la vida; por ejemplo, antes podía quedarme en el despacho escribiendo después del trabajo, ahora no. Tengo una familia que me espera, me voy a hacer los deberes con mi hijo, a pasar tiempo con mi mujer. Y estoy mejor que nunca. Encima, la falla Exposición ha ganado el primero premio de la sección Especial. No se puede pedir más (ríe).
Se casaron en 2015, hace ya ocho años, y en su boda se dieron cita un grupo formado por las falleras mayores de Valencia de las últimas décadas, además de muchos políticos. Ahora Vanessa y Félix llevan una vida mucho más tranquila, alejados del foco mediático. El día de la entrevista lo tienen libre, dueños por fin de su agenda..
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.