La consellera sabe sacarse partido y

Gabriela Bravo, la consellera estilosa y discreta

La responsable de Justicia tiene un fondo de armario con prendas muy básicas a las que da un pequeño toque de sofisticación con algún colgante o pendientes. El resultado, una mezcla equilibrada entre la comodidad y sobriedad y la suavidad y dulzura

Miércoles, 9 de febrero 2022, 00:42

Gabriela Bravo es una mujer de esas que llamamos estilosas. Ser estilosa es más que tener estilo, es lo que denominan las francesas 'allure'. Es tener ángel, encanto, atractivo, es ir mona con una camiseta y un vaquero de Zara, es que la gente se ... quede mirándote sin saber muy bien porqué, quizá por tu cuidada melena o puede que precisamente por tu discreción, porque ni tu voz ni tu aspecto son estridentes.

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Como decía Armani, tener elegancia no es destacar, sino ser recordado. De Armani toma Bravo buena parte del vocabulario de su ropa. Sus chaquetas y blazer tienen una clara inspiración en el diseñador italiano. Deconstruidas y femeninas, cortas o largas, de corte lacio, suelto y cómodo, las suele llevar sobre camisetas de algodón o tops de seda en tonos neutros.

Varios estilismos en la época en que Gabriela Bravo fue portavoz del Consejo General del Poder Judicial. efe

Sus looks casi siempre son monocolor y rara vez lleva estampados. La consellera parte con ventaja con una silueta delgada y proporcionada a la que sabe sacar partido. Conoce perfectamente sus fortalezas y debilidades, como dicen los de marketing. Le gusta llevar escotes que destacan su cuello largo y estilizado y en más de una ocasión deja a la vista sus piernas y brazos de quinceañera. La imagen de suavidad y dulzura se acentúa con una melena rubia que apenas cambia de largo -del hombro al cuello- y un maquillaje imperceptible y natural, apenas un poco de máscara de pestañas, colorete y brillo de labios.

Gabriela Bravo en su etapa de consellera. i.m/d.t./j.s.

Su estilo, que apenas ha variado durante la última década, recuerda bastante al de la Reina Letizia. Le encantan las americanas blancas, los vestidos ligeramente entallados en tejidos naturales con rebequitas de corte clásico, los camiseros de algodón, algún guiño rockero en chaquetas de piel negra y las gafas de sol oscuras como uno de los pocos complementos.

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Sobriedad con pequeños toques femeninos: algún colgante o pendiente discreto, siempre en tonos dorados o plateados. Aún así, en ocasiones muestra su lado más coqueto, con minivestidos y algún escote.

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