Luis Gamón, junto a una de las puertas de la calle Caballeros. Damián Torres

¿Quién es Luís Gamón?

Padre de cuatro hijos, hace más de una década que se involucró en el mundo de las asociaciones de padres de alumnos. «Nunca hay que decir que no porque todo es un aprendizaje». Cree que lo más importante es «escuchar y armonizar puntos de vista»

MARÍA JOSÉ CARCHANO

Miércoles, 4 de diciembre 2019, 00:57

Se le nota algo nervioso a Luis Gamón; no está acostumbrado a entrevistas porque hace pocos meses que ocupa la presidencia de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos, una entidad que en los últimos años se ha significado por su batalla en la defensa del derecho a la libertad de educación. Puede que se vaya habituando en un futuro no muy lejano, esta lucha les ha puesto en primera línea, aunque el actual dirigente no quiere que sean conocidos solo por ello; padre de cuatro hijos, tiene en cuenta que con una familia numerosa el talante dialogador es también importante. Quedamos con él en la sede de la federación, ubicada en la calle Caballeros, a pocos metros del Palau de la Generalitat, en un lugar privilegiado, aunque a la sede, un bajo interior, le haga falta una buena lavada de cara.

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-¿Por qué dio el paso para convertirse en presidente de la entidad?

-Soy de la opinión que cuantas más responsabilidades asumes más sentido tiene tu vida. Yo estaba en la junta desde 2015 con el anterior presidente, que ya no podía seguir porque dejó de tener niños en edad escolar. No crea que tenía especial interés pero me iban diciendo que me presentara, pero decir que no me parece un error. Y eso que a mí solo me quedan tres o cuatro años porque mi hija pequeña está en cuarto de la ESO.

-¿Cómo lo lleva?

-Es cierto que al principio te absorbe mucho porque hay que conocer a las personas, y no es lo mismo ser vocal que presidente. Que los cargos son en realidad cargas (ríe).

-¿Cuándo se dio cuenta de que tenía capacidad de liderazgo?

-Quizás el peor juez de alguien sea uno mismo. Puede que haya una parte de liderazgo, pero creo que lo más importante es escuchar, armonizar puntos de vista distintos, darles prioridad y hacerle caso a todo el mundo.

-Usted ha sido presidente del AMPA del colegio Guadalaviar. ¿Cree que es importante ocupar puestos de responsabilidad?

-En la vida te plantean situaciones y, tanto si las has buscado como si no, tienes que tomarlas, porque todo es un aprendizaje. Creo que la gente de la calle debería de involucrarse más, cada uno en su parcela, porque de otra forma hay una división demasiado clara entre dos estratos: los que gobiernan, que son quienes deciden, y el resto, que no opina.

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«Cuantas más responsabilidades más sentido tiene la vida»

-¿A qué o a quién le quita el tiempo que le dedica a la federación?

-A la familia y a la profesión, aunque en realidad no considero que se lo estoy quitando, sino que es para mí un enriquecimiento. Lo importante es que no se convierta en algo muy absorbente, ser un friki del cargo, y poner en la balanza todos los aspectos de la vida para llegar a un equilibrio.

-Involucrado en la educación de sus hijos, ¿qué valores le deben?

-En realidad es una cosa de dos… (piensa). Creo que hemos conseguido lo que todo padre quiere para sus hijos, porque son trabajadores, con criterio, buena gente, que estén en el mundo haciendo el bien. Pero hay una parte que no es cosa de los progenitores, que puede que te esfuerces un montón y, a veces, por circunstancias, no sale todo bien. Dar charlas tiene un efecto muy limitado, lo importante es dar ejemplo. Además, hay muchos condicionantes que ya no dependen de la familia; hay una parte que es responsabilidad de uno mismo.

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-No es fácil, desde luego.

-En el momento en que tienes niños es cuando de verdad empiezan las decisiones importantes en una pareja. Ponerse de acuerdo en qué tipo de educación darles, respetar, no llevar cuenta de las cosas, tener mucha paciencia y, de vez en cuando, hacer autocrítica, que podemos ser muy pesados.

Un sueño por cumplir

  • Tocar la guitarra Cuando le pregunto a Luis qué sueño le ha quedado pendiente, y le pongo un ejemplo, el de tocar la guitarra, contesta: «justo. Siempre he tenido mucha afición por la música, y no descarto que en un futuro encuentre momentos para cumplir ese sueño». Sin embargo, cree que lo más importante es que esas aficiones le permitan conectar con otras personas.

-¿Ha encontrado el equilibrio?

-Mi vida es muy sencilla y no hago nada especial. Para mí, estar con los amigos es una de las cosas que más me llena y me enriquece. Y hacer deporte. Desde hace cuatro o cinco años corro, aunque en el último medio maratón sufrí mucho (ríe).

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-¿Que le gustaría que dijeran de usted cuando se vaya?

-Que se les representó de la mejor forma, que llegamos más lejos, que hubo calidad en los servicios... Y que fuimos conciliadores cuando tocaba serlo, que en esta sociedad en que vivimos es muy importante.

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