![Mercado de Colón | Vuelve la moda de las antigüedades a Valencia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202202/02/media/cortadas/1444465263-khmE-U160755488712LHE-1968x1216@Las%20Provincias.jpg)
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Ciudades como Barcelona, Londres o Berlín son referente en la afición por las antigüedades. Esta moda por los tesoros antiguos está resurgiendo en Valencia y tiene como punto de encuentro el Mercado de Colón. Estos últimos días de febrero y a finales de cada mes, durante todo el año 2022, se celebra 'La Vintatgeria', un evento donde encontrar desde relojes con dos siglos de existencia, joyas, vajillas, cerámica y hasta ejemplares de revistas e ilustraciones con décadas de existencia. Todo un viaje en el tiempo.
El organizador de este mercado es el artesano Fernando Millán, que lucha por el renacer de este arte de coleccionar y vender objetos antiguos. Su objetivo es salvar a este gremio que no lo ha pasado nada bien en la pandemia y que, además, se ha llevado algunos de los locales de Valencia más ligados a la cultura local, la mayoría de ellos localizados en el barrio del Carmen.
Millán lleva tres meses montando este mercado. «Siempre he tenido una relación estrecha con el mundo de los artesanos y soy aficionado a las antigüedades. Pensaba que Valencia necesitaba convertirse en un referente como lo son otras urbes a nivel nacional y mundial. Creía que este enclave era perfecto, pues pasa mucha gente a lo largo del día y hay mucho ambiente», explica. Millán, además de ser el organizador, expone su colección particular. «Hago mis propias joyas con piedras antiguas y también con otras que recojo de playas como la de Pinedo; mezclo así mis dos pasiones», comenta.
A lo largo del primer piso del Mercado de Colón se reparten los más de 15 puestos que dan forma a este muestrario: «Los anticuarios necesitan bastante espacio porque algunos objetos ocupan mucho volumen». Puesto a puesto se pueden encontrar auténticas joyas en una especie de túnel del tiempo. «Cada expositor es muy distinto y tiene su propia personalidad que puede observarse en su puesto y en las piezas con las que cuenta tras haberlas elegido», explica el experto.
Otro de estos puestos que expone tesoros antiguos es la parada de Alessandra Boserman de Walser, una anticuaria con historia. Su vida comenzó en Roma: «Lo llevo en las venas, me he educado con el arte y la belleza como romana, no podría ser de otra manera, tenemos ya otra sensibilidad porque nos hemos criado con ello», explica. Su madre era valenciana y su padre italiano, y pronto se vino a España donde estudió Historia del Arte. Más tarde se mudó a Bélgica, donde vivió 30 años con su marido, y finalmente volvió a la capital del Turia porque admite que es el mejor lugar que ha conocido para vivir.
¿Cómo acabó exponiendo sus antigüedades en 'La vintatgeria'?. «Un conocido me pidió ayuda para un rastro en Jalón, cerca de la casa que tengo en Moraira y de ahí me vinieron las ganas de contribuir en este tipo de eventos», explica. Entre su colección tiene objetos asombrosos como un reloj de hace 200 años, una vajilla de 1920, un hervidero del siglo XX pintado a mano y otras piezas de cerámica que ella misma ha restaurado pintadas a mano.
Boserman ha dedicado años de su vida a atesorar su colección. «Compro objetos que voy encontrando, otros llegaron a través de mi suegra, que era anticuaria y también me hice con algunos porque heredé un palacete de una amiga», comenta. Poco a poco se ha hecho con un buen surtido de antigüedades y piezas de lo más curiosas. «Para mí esta actividad supone darle una segunda vida a objetos que estaban olvidados y almacenados en cualquier lugar; ahora tienen una nueva oportunidad para volver a formar parte de una decoración y de una casa», apunta.
Muchas veces destina lo que gana a causas solidarias. Para ella dedicarse a las antigüedades es una afición que ama: «Me divierte, la gente debería reciclar las cosas que tiene y apreciar la belleza del arte, no sólo su utilidad», dice Boserman.
También tiene su propia filosofía que ha ido aprendiendo de lugares como Asia: «Los japoneses, por ejemplo, no reparan las grietas de la cerámica cuando se rompe porque ellos consideran que esa cicatriz cuenta la historia del objeto y es un concepto que me gusta y a veces aplico», dice. Boserman también se ha lanzado a la venta online y domina las redes sociales donde expone gran parte de sus objetos: «Hay que modernizarse y es una manera de llegar a más público». Aunque Alessandra Boserman de Walser tiene raíces italianas, en el Mercado de Colón hay expositores y objetos llegados de todo el mundo. Los precios también son variados, y se pueden encontrar desde objetos a un euro hasta los que alcanzan los 3.000 euros. Así, no sólo coleccionistas y profesionales del sector podrán apreciar las maravillas de las piezas expuestas, sino que cualquier amante de la decoración retro y del estilo 'vintage' puede acudir y llevarse uno de estos tesoros para decorar su casa. Además, las antigüedades atraen a todo tipo de público, no sólo a los más mayores: «A los jóvenes les gustan mucho las revistas antiguas y prensa de hemeroteca», dice.
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