Quién se mueve por Sorní, la calle donde se ubican algunos de los edificios más bellos de Valencia

Pero si hay un arquitecto vinculado a la calle Sorní ese es sin duda José María Cortina, que nos ha dejado joyas como la Casa de los Dragones, que ideó en 1901 para su padre de Cortina. Considerada Bien de Relevancia Local, su fachada fue remodelada recientemente y está llena de detalles que se han venido a llamar medievalismo fantástico, donde hay dragones pero también ornamentos florales e incluso una locomotora con alas; una forma de entender el modernismo muy particular y que ha dejado un maravilloso recuerdo especialmente en la calle Sorní.

De hecho, Cortina pareció enamorarse de esta calle, donde la familia tenía varios solares, así que cuatro años más tarde, en el chaflán con Grabador Esteve, el arquitecto diseñó un edificio para su hermano, Antonio Cortina, que era general de brigada, y volvió a recurrir a su estilo modernista fantástico. Es obligado mirar hacia arriba para disfrutar de la fachada del edificio Cortina Pérez, como se llama este inmueble, y donde tienen su despacho los abogados Muñoz Parra. Cortina dejó su huella también en el número 33 y en el 14, así que es obligada una ruta por esta calle para conocer la obra de uno de los más reconocidos arquitectos del modernismo valenciano, pero también inmuebles que hablan racionalismo.

También hay que detenerse en la casa Corell, en el número 3 de la calle Sorní, un edificio de firma anónima que encargó la familia Corell. Varias generaciones después, la familia sigue vinculada a esta calle, donde viven o tienen sus despachos personalidades de la burguesía valenciana como el notario Carlos Pascual, el asesor fiscal Alfonso Manglano, los abogados Jorge Piñón, Aida Casanova, Carmen Rey Portolés o Belén González Barranca. Pero si hay una profesión que se repite en los membretes de la calle Sorní esa es, sin duda, la arquitectura, quizás siguiendo la estela de su origen, y que ha permitido que una treintena de inmuebles tengan algún tipo de protección por su valor, por el interés de esa burguesía que quería promover la construcción de viviendas que hablaran de ese progreso económico, como José Burriel, José López o Esteban Martínez.

Entre los arquitectos que tienen su estudio en Sorní, Rubén Muedra, los hermanos Gallardo Llopis, Borja Colomer y Amelia Perea, de Manas Arquitectura, José Cortés, de Arenaa, Carlos Alfaro, Vicente Ordura, Ignacio Taberner, Vicente Pons (Kaleidoscope), Pedro Agulló (AT4) y el propio Malek Murad... Y en el edificio de la calle Sorní, 12, el mismo lugar donde vivió el compositor Joaquín Rodrigo, Erre Arquitectura diseñó hace unos años la Clínica Alejandría, un proyecto que ha obtenido varios premios internacionales.

Hay tiendas de ropa más exclusivas, porque no tiene la frecuencia de paso de otras vías como Colón o Jorge Juan. Así, en Sorní se ubica Alejandra Montaner, Boss, Paca Cervera, Claudie Pierlot o Caripen, de Beatriz Aguinaco. Las clínicas de Alonso Stuyck o Consuelo Badía Escriche también se localizan en esta misma vía, donde reina Vicente Ferrero con sus productos gurmet. Como curiosidad, han ido apareciendo espacios de masajes tailandeses premium. Todo en una calle.