

Secciones
Servicios
Destacamos
A Octavio Cosín la vocación le viene de familia. Su padre y su hermano mayor son cardiólogos, su tío es neumólogo y su abuelo y ... abuela son radiólogos. Ella fue una de sus grandes inspiraciones. Ucraniana de nacimiento, aunque polaca de adopción, se trasladó a Francia para estudiar Medicina, donde coincidió con Marie Curie. «Fue una avanzada para la época. Estuve un año en Montpellier para especializarme en neurointervencionismo vascular, sabía que mi abuela había estudiado en esa universidad. Busqué su tesis en los archivos, la fotocopié y se la llevé a mi madre», explica. Octavio fue un niño movido, independiente y algo travieso que quería ser amante de la naturaleza como profesión y que cortaba la carne como si estuviera operando. A la hora de elegir carrera no tuvo dudas y escogió Medicina.
Octavio fue el primero en España en formarse en cirugía y radiología vascular, dos especialidades tan relacionadas y a la vez tan enfrentadas. Decidió emprender con tres clínicas para el tratamiento de varices en Valencia, Dénia y Murcia. «La forma de trabajar ha cambiado de manera radical, hoy en día todo puede hacerse sin cortar».
«La mejor medicación para los síntomas de las varices es el deporte, especialmente andar y aquagym. También controlar el peso y llevar medias de compresión durante el día puede ayudar a ralentizar la evolución de la enfermedad. Es importante consultar con especialistas que, sin asustar, ayuden a comprender una condición que va a ser para toda la vida».
El pilar fundamental en la vida de Octavio es su familia. El es el mediano de tres hermanos y, asegura, cada uno de ellos cumple perfectamente su rol. Juan, el mayor, es inteligente, responsable y organizado, y su hermana María es creativa y la sal de la familia. «Yo estoy entre esos dos mundos. Mi hija Sol es una fotocopia mía y mi hija Clau un clon de su madre, Claudia Giner, puro estilo y don de gentes. Mi padre es un cardiólogo de reconocido prestigio internacional y de mi madre he heredado la humanidad y la capacidad de sacrificio».
Varias veces por semana se levanta a las cinco de la mañana para practicar crossfit y, en su tiempo libre, aprovecha para disfrutar de los deportes de mar como wingfoil, kitesurf o padel surf. «Mi hija dice que soy un 'surfero vasculero'. Yo con mar, venas, crossfit y mis seres queridos puedo vivir. Hay días que he salido del hospital y he pensado 'hoy debería pagar yo'. Poder ayudar a la gente es un súper poder, a mí me da la vida».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.