Tras la pantalla aparece una chica muy joven, con rasgos delicados y los ojos enormes de la familia Flores. Se llama Patricia Sánchez Flores, tiene 24 años y ha querido salir al mundo para darse a conocer, porque en unos días se estrena su página ... web, con la que intenta abrirse camino como estilista en el mundo de la moda. Lo ha hecho combinando las redes sociales -no en vano, es el lenguaje de su generación- y, a la vez, aprovechando el enorme interés que despierta en los medios tradicionales que un miembro de la familia Flores se ponga delante de un micrófono. Paty, como la llaman cariñosamente, ha comenzado a caminar sola.
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María José Carchano
-¿Cuánto tienes de valenciana en tu ADN?
-Nací en Valencia, al igual que mis hermanos; mi madre también es valenciana, y aunque después hemos vivido en muchos países, no he perdido la relación con mi familia en ningún momento. Además, casualidades de la vida, mi novio, Javier Millet, es valenciano, y llevamos casi seis años juntos. Tenía que volver por narices. Si a eso le sumas que veraneamos en Moraira, todo está hecho para que no pierda nunca el contacto.
La madre de Patricia Sánchez Flores es Patricia Casanova, una de las cinco hijas que tuvo Manel Casanova, quien fuera presidente del Club Náutico y una de las personas que más contribuyó a que la Copa América se celebrara en Valencia en 2007. Los veraneos en Moraira precisamente vienen de ese vínculo familiar de los Casanova con el Portet. Quique Sánchez Flores y Patricia se casaron además en la ermita de Santa Bárbara de Rocafort en 1995, un lugar que también identifica a los Casanova, y allí estuvo presente Carmen Flores y Lolita. De todo ello se hizo eco en portada la revista Hola en aquel momento.
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-¿De qué manera te ha marcado ser una Flores?
-Me considero una afortunada por venir de la familia que vengo. Mis hermanos son todos muy flamencos y a la vez muy deportistas, y vives con esa herencia. Pero además, siempre nos han educado en que da igual de dónde vengas y quién seas que lo que hay que tener claro es que nadie te regala nada, que hay que trabajar duro. También lo hemos visto en mi casa. Pese a los apellidos, cada uno ha llegado adonde ha llegado por mérito propio, y sí, el apellido te da visibilidad, pero poco más.
Dubai, Londres, Madrid, Valencia... Paty Sánchez Flores ha llegado a cambiar trece veces de colegio, lo que ha hecho que, pese a su vergüenza innata, haya tenido que abrirse paso. Tiene genes para ser perseverante, como lo ha sido su padre, primero como jugador y luego como entrenador, o su abuela, que se buscó la vida en la farándula.
-En la profesión que eligió tu padre es muy claro, ahí no valen los apellidos.
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-Mi padre lo que ha hecho es demostrarnos la constancia, la responsabilidad y siempre le ha dado mucha importancia a que tengamos una buena educación. Mi madre tiene tres carreras, no sé cuántos másteres, y me ha enseñado que hay que estar preparada.
Quique Sánchez Flores se convirtió en futbolista, como su padre, pero también como su padrino, Alfredo di Stefano, que estuvo muy cerca de él sobre todo después de la separación de sus padres, cuando Carmen Flores tuvo que asumir sola la crianza de cuatro hijos. Quique se hizo valencianista cuando Di Stefano entrenaba en los años setenta al Valencia CF, pero además tuvo ocasión de entrenarle tres de las diez temporadas que Sánchez Flores militó en el Valencia, entre 1984 y 1994. Y en esa época conoció a Patricia Casanova, a la que en su familia llaman cariñosamente Pato.
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-Por la profesión de tu padre has vivido en varios países. ¿Qué crees que te han dado esas experiencias?
-Siempre digo que ha sido la mejor lección de vida que nos han podido dar mis padres, porque hemos vivido en Dubai o en Londres, y en circunstancias muy distintas, porque allí íbamos a un colegio público donde mis hermanos jugaban a fútbol. Yo se lo digo a ellos, que no hay que irse a África de voluntariado, hay muchos problemas mucho más cerca de lo que tú crees. Ver diferentes realidades me ha dado una amplitud de miras que de otra manera no tendría.
-Has estudiado Moda, pero también estás cursando Derecho. ¿Por qué?
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-Es verdad que la gente joven todavía no sabemos mucho de la vida; yo sé a qué me quiero dedicar porque a mí me gusta la moda, pero sabía también que si estudiaba Derecho tendría más facilidades para acceder al mercado laboral, y más ahora que está todo muy complicado. Yo hablo con mis amigas y todas están en prácticas, nadie encuentra su lugar. Necesitaba una carrera superior porque quería tener un plan B en mi vida.
-¿Si miras atrás, en qué momento piensas que te enamoraste de la moda?
-A mi madre siempre le ha gustado la moda y, de hecho, ella ha estudiado Derecho, moda e interiorismo. Por ejemplo, desde que soy pequeña siempre me he fijado mucho en la gente, y la vestía mentalmente. Y si me quiero dedicar a la moda es porque quiero hacer que se sientan mejor con lo que llevan puesto en su día a día, porque no se trata sólo seguir las tendencias, sino de una actitud.
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-Abres tu web en apenas unos días.
-Estoy un poco nerviosa, pensando en si la gente va a confiar en mí, pero yo estoy segura de que este es mi camino y que tengo que ir poco a poco. Como dice mi padre, con 24 años no quieras acertar a la primera porque te darás muchos golpes. Pero es que se trata de eso.
Con esta necesidad de darse a conocer por sí misma, estrenó hace unos meses un documental, dirigido por la hija de Paco Lobatón, Berenice, y que se ha estrenado en redes sociales. Son tres capítulos donde habla Paty, pero también sus padres, separados desde hace años, sus hermanos, su no vio, Javi Millet, y su abuela Carmen Flores, que definen a Paty. «Es muy perseverante y tiene determinación», dice de ella Quique Sánchez Flores durante el documental. Su abuela, Carmen Flores, sale magnífica sin que parezca que hayan pasado los años para ella, y se dirige a su nieta como Patito. «Sabes que te quiero mucho», le dice, y cuenta cómo ella se hizo artista porque la empujaron a serlo. Primero, de forma literal, porque en un concierto en México fue su hermana Lola quien le dio el empujón para que saliera al escenario. Posteriormente, «porque veía a aquellos cuatro niños que tenía que sacar adelante». Habla además de las penas que ha tenido que pasar, y de las personas que se han ido, como Lola. «Era mi mano derecha».
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-¿Cómo está tu abuela?
-Mi abuela tiene un pacto con el diablo. Es brutal que tenga 87 años y vaya siempre con tacones, y que baile como siempre. Igual no canta porque dice que ya no lo hace como antes -te digo que se pone a cantar y me caigo al suelo- Nadie nos lo explicamos está muy bien. Mi madre cree que yo soy muy Flores, extrovertida, pero sólo cuando tengo que serlo.
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