La psicóloga tras el éxito de deportistas de élite que aprendió de sus errores: «Me di cuenta de que mi mayor rival era yo misma»

Esta vivencia personal le inspiró para profundizar en el campo de la psicología aplicada al deporte. «Me llevó a ayudar a otros a superar los mismos desafíos que yo enfrenté». En realidad, desde que en 2005 se tituló como psicóloga, siempre tuvo inquietud por entender cómo afectan las emociones humanas a nuestras vidas. «Mi formación culminó con el Premio Nacional de la UMH gracias a mi proyecto 'Psicodanza', un trabajo que unía dos de mis grandes pasiones: la psicología y el movimiento». Y descubrió que el bienestar no es un único camino, sino una integración de cuerpo, mente y emociones.

Desde entonces, la trayectoria de Tamara Arroyo se ha centrado en tres grandes roles, la de docente, psicóloga y divulgadora. «Durante más de ocho años, tuve la oportunidad de trabajar como docente e investigadora en el contexto de las enseñanzas artísticas superiores, donde exploré cómo las artes y el deporte interactúan con la mente. Además, colaboré activamente con deportistas, clubes y la Federación Española de Baile Deportivo, integrándome en un equipo multidisciplinar para apoyar al equipo nacional en aspectos técnicos, físicos y psicológicos».

Acompañar a deportistas y otras personas hasta conseguir una transformación personal y profesional ha sido lo más gratificante para Tamara. «Ver cómo un atleta supera sus bloqueos mentales o cómo una persona mejora su calidad de vida gracias a herramientas psicológicas me llena de orgullo».

La psicóloga cree que el deporte, al igual que la danza, representa un espacio donde se forjan habilidades como la disciplina, el trabajo en equipo y la resiliencia. «Quería llevar mi experiencia personal, ayudando a otros deportistas a encontrar equilibrio entre la presión y el disfrute, que no siempre es fácil. Creo que el deporte es una metáfora perfecta de la vida: exige esfuerzo, compromiso y aprender a superar adversidades».

De hecho, asegura que hay un cambio de mentalidad en el mundo del deporte, donde «la fortaleza mental es lo que puede marcar la diferencia entre un buen rendimiento y la excelencia. El psicólogo se está posicionando como una figura clave para trabajar la gestión de la presión, la autoconfianza y el manejo emocional».

Para Tamara Arroyo, lo más complicado en su carrera profesional ha sido equilibrar su pasión por ayudar a otros con la gestión emocional propia. «Ser psicóloga implica absorber muchas emociones y situaciones complejas, y aprender a poner límites y cuidar de mi propio bienestar ha sido un aprendizaje constante».

Y si habla de proyectos, la profesional tiene muchos en mente, como lanzar su propia escuela online de psicología, «un espacio donde pueda compartir mi experiencia de manera personalizada y llegar a muchas más personas».