Luis Sendra es el decano del Colegio Oficial de Aquitectos de la Comunitat. Damián Torres

¿Quién es Luis Sendra?

El decano del colegio de arquitectos eligió la profesión por vocación y también por la libertad que le ofrecía. «A mí me encanta relacionarme con la gente», apunta, sin mirar el reloj. Su filosofía, «intentar estar bien con uno mismo para trasladar esa buena energía a los demás». Y ayudar a los que tiene cerca

María josé carchano

Domingo, 13 de enero 2019, 01:14

Quedamos el mercado de Colón; parece su hábitat natural, mientras se toma un café con leche sentado en un sillón de mimbre blanco, vestido con una americana de color claro y una bufanda de cuadros; con su característico pelo largo, que le da ese aire bohemio que tanto gusta entre quienes disfrutan -o padecen- de una profesión liberal y creativa como es la de arquitecto. Luis Sendra vuelve a representar a sus compañeros después de una etapa dura, en aquel 2008 que significó el principio de la peor crisis inmobiliaria. No se arredra, sin embargo, y en esta ocasión ha sido elegido decano de la Comunitat. Sabe que tiene un gran reto por delante.

Publicidad

-¿Por qué se convirtió en arquitecto?

-Me gustaba desde pequeño, y aunque en mi familia no había ningún referente, siempre me llamaron la atención las casas, los edificios. Esta es una ciudad luminosa, y por poco que cambie la luz los contornos se ven de forma diferente. Además, siempre se me dio bien dibujar. Posteriormente completé mi formación como arquitecto con la de arqueólogo, porque creo que la defensa del patrimonio también es una vocación. Y en ese sentido he sido muy feliz, porque la arqueología no deja de ser el estudio de las huellas que vamos dejando, porque si no tienes pasado no tienes futuro.

-¿Hasta qué punto le ha llenado su profesión?

-Los arquitectos somos una parte importante de la sociedad civil, que diseña la ciudad, el espacio común. Yo hablo siempre en positivo, porque vemos a gente con ilusión, que quiere una nueva casa, que está pensando en prosperar.

-Durante la crisis los arquitectos sufrieron muchísimo, como otras profesiones vinculadas con la construcción. ¿Cómo salió usted?

-He tenido la suerte de ser profesor asociado en la Escuela de Arquitectura y, aunque es cierto que no he avanzado en mi carrera docente porque siempre he tenido trabajo fuera, he compaginado las dos cosas y nunca llegué a cerrar mi despacho. Además, he seguido estudiando y formándome. Y en estos momentos estoy muy feliz porque los arquitectos han apostado por mí para que gestione el colectivo durante los próximos tres años.

«Odio el tiempo tasado, no me gustan las vacaciones de un mes»

-¿Alguno de sus hijos se ha inclinado por seguir su camino?

-Tengo cuatro hijos, las tres chicas están ya en la universidad, en ramas que tienen que ver con la economía, y el menor está todavía en el colegio, termina este año y puede que se anime; dibuja muy bien, se le dan fenomenal las matemáticas, la física….

Publicidad

-¿Ha intentado influir en ellos?

-Yo les cuento lo que hay, les intento informar de cómo es la sociedad, pero ellos tienen total libertad, tanto de pensamiento como de salidas profesionales. Es básico que estén al día, porque de otra forma te falta una pata y no estás integrado, y es la única forma de tomar decisiones coherentemente.

Luis Sendra elige el mercado de Colón por su arquitectura. Damián Torres

-Usted decidió volver a presentarse al cargo de decano, esta vez autonómico. Sabe que necesita mucha dedicación y quizás poca recompensa.

Publicidad

-Si te lanzas a una aventura como ésta sabes que tienes que dedicarle tiempo. Hay que demostrar que no se han equivocado, y unir a toda la profesión.

-Si tiene algo de tiempo libre, ¿a qué lo dedica?

-Me encanta montar a caballo, pasear por el campo y leer, aunque el hecho de que me guste no quiere decir que lo pueda hacer todo. Soy de relacionarme con la gente, pero odio el tiempo tasado: a mí las vacaciones obligatorias de treinta días no me resultan satisfactorias, que yo prefiero a veces trabajar el fin de semana y organizar un viaje cuando el resto trabaja. Hoy, por ejemplo, hace un día magnífico y me gustaría irme a la playa, mientras que el fin de semana llovía a mares y apetecía mucho más quedarse trabajando. Vivimos en una sociedad que nos ha ordenado la vida y, aunque hay que amoldarse, me permito trabajar en horarios en que otros están descansando. Por eso también elegí esta profesión.

Una espina clavada

  • Mirar siempre hacia adelante Luis Sendra cree que el hecho de ser muy positivo y mirar siempre adelante le ha permitido no tener espinas clavadas. «No estoy disgustado por nada de lo que he hecho». Además, confiesa que se encuentra en una fase buena de su vida, con sus hijos ya mayores, y que no echa la vista atrás. «Precisamente, porque no sirve de nada hacerlo», asegura el decano del colegio.

-Confiéseme, ¿tiene cosas en su casa de esas que piensa que sus hijos no van a querer?

-Todos tenemos cosas que, sacadas de contexto, tienen un valor escaso. Por eso existen los rastros. Acumular tiene ese riesgo pero mientras lo haces eres feliz. Y si uno lo es hace felices a quienes le rodean; hay que intentar estar bien con uno mismo para intentar trasladar esa buena energía. El sentido de la vida es ser positivo y ayudar a los que tienes cerca.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad