Hay en MasQi una energía que tiene mucho que ver con la personalidad de Sonia Ferre, una mujer que rozó las mieles del éxito ... en una carrera profesional como ejecutiva que la tenía profundamente insatisfecha. Los problemas de salud aparecieron junto a las crisis de ansiedad, y el yoga la salvó, literalmente, de un futuro muy oscuro. «Lo tenía todo pero me sentía vacía», decía en una entrevista en LAS PROVINCIAS. Se refugió en el yoga, en la terapia y en aquella masía familiar en plena Sierra de Mariola que se había convertido en el lugar donde podía respirar. Hace ya una década encontró su propósito de vida, ayudar a aquellas personas que, como ella, en algún momento de su vida se han sentido perdidos en una sociedad enferma de estrés. «Conectarme con un sueño fue maravilloso, yo, que siempre he sido muy emprendedora, que había querido tener una cafetería sólo por el hecho de atender y servir a los demás...».
Publicidad
Diez años después, más de cinco mil personas han pasado por MasQi, un lugar que se ha convertido en uno de los mejores destinos del turismo de bienestar del mundo. Poco conocido todavía en España, los turistas extranjeros llenan las diez habitaciones de esta espectacular masía casi de lunes a domingo, gracias a una combinación de yoga con terapias energéticas, medicina ayurveda y cocina macrobiótica, en un parque natural que permite tranquilos paseos y vistas espectaculares.
«Es importante respirar, detenerse, mirar hacia adentro para saber cómo estamos, y aquí he encontrado el entorno perfecto para poder hacerlo», dice una visitante, que cada año se regala un retiro en MasQi para reflexionar, lograr la calma y coger impulso.
Sonia Ferre lo reconoce, que tiene que trabajar mucho para poder sacar adelante un proyecto tan personal. Ahí está ella en el domo para impartir las clases de yoga, para escuchar en sesiones terapéuticas sanadoras, para sostener la gestión de MasQi. De hecho, esta mujer empresaria, que sigue viviendo en una esquina de la masía, no tiene inversores detrás que la apoyen, lo ha hecho todo sola, con el apoyo de un equipo al que elige porque tienen su misma filosofía. Que ha permitido poner a Banyeres, una pequeña localidad alicantina, en el mapa del turismo de bienestar.
Publicidad
Cada mañana comienza con una clase de yoga, seguida de un desayuno de sopa de miso, pan ecológico de masa madre, crema de arroz con pepitas de calabaza y fruta de temporada, con la posibilidad de poder beber té kukicha durante todo el día. Un menú cerrado que cambia cada día permite probar ceviche de corvina, cuscús vegano, gambón al curry con arroz basmati o tataki de atún. Las ganas de Sonia de ayudar a los demás ha permitido además que este lugar se abra a quienes quieren pasar el día sin estar hospedados, y que ha contagiado de la inspiración de MasQi a quienes viven cerca. «Hay muchas personas que se han convertido en amigos, que regresan porque les hemos podido ayudar en un momento difícil de sus vidas, y eso es mi propósito de vida», asegura Sonia.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.