Las mujeres de más de cincuenta han sido ignoradas por la moda durante muchos años. Ver a una mujer de esa edad desfilando sobre una pasarela era impensable. Afortunadamente, las cincuentañeras resultan cada vez más atractivas, no sólo porque se cuidan y están estupendas, sino ... porque tienen capacidad de compra y eso siempre da visibilidad. Cada vez es más frecuente ver a modelos maduras en las pasarelas. Sabrina Vincke, con 54 años cumplidos, desfiló el pasado fin de semana en la Mediterránea Fashion Week con diseños de Alejandro Resta,Isabel Sanchís, Ángel Schlesser y Antonio Faus. Vincke es belga pero vive en Moraira desde 2002. Su carrera como modelo comenzó a los dieciocho años. «Ser modelo nunca fue mi ocupación principal. Se necesita mucha disciplina, sacrificio y perseverancia, cualidades que no tenía de joven. Además, una agencia de modelos me rechazó porque dijeron que estaba gorda, así que me dije que había terminado y empecé a participar en concursos de belleza, que requieren otro tipo de perfil. En la pasarela vendes ropa y tú tienes que ser neutra, en los concursos tienes que andar de forma más sensual porque te vendes tú».
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Su rutina es bastante simple. «Uso aceite de coco virgen desde que lo descubrí hace 20 años en Tailandia». Ella no quiere competir con las modelos jóvenes. «Tengo que concentrarme en mis puntos fuertes. Sí hago mucho deporte, entreno seis horas por semana y practico boxeo, pilates, yoga, pádel y golf».
Durante esos años, a Sabrina la confundían muchas veces con Claudia Schiffer y Brigitte Bardot. Su trayectoria como modelo se frenó en seco cuando le diagnosticaron un tumor maligno en el pecho. «Me lo amputaron y tuve quimioterapia durante 4 meses. Se me cayó todo el cabello y cuando me miraba en el espejo solo podía llorar. Pensé que nunca volvería a ser hermosa y mi confianza se desplomó. Durante tres años, los cirujanos plásticos reconstruyeron mi pecho, hicieron un buen trabajo, ahora puedo mirarme en el espejo y estoy muy feliz de estar viva».
Su oncólogo le recomendó una vida más tranquila. Su familia había visitado Calpe hacía unos años, así que cuando pensó en un nuevo destino para vivir eligió Moraira. «Nos encantó tanto la zona que compramos una casa. Vivo aquí desde hace ya 20 años y nunca volveré a Bélgica. Mi vida está aquí, nuestros negocios también». Hace unos meses, la modelo contactó con la agencia de Carmen Durán. Estaba lista para volver a las pasarelas.
La oportunidad le llegó con la Mediterránea Fashion Week, que se celebró en Las Arenas. «Hacía veinte años que no desfilaba pero me dije que a mis 54 años era mi momento. ¡Es ahora o nunca!».
A Sabrina le encanta el momento que atraviesa la moda y que permite que desfilen modelos mayores y jóvenes, con más o menos peso. «Es una imagen más realista en donde la mujer mayor puede identificarse con los diseños de la pasarela. La diversidad en el sentido más amplio también es hermosa. Con mi presencia en la pasarela le doy a las mujeres de mi edad la confianza que necesitan y la tranquilidad de que ser mayor no significa que te ignoren. Tenemos que cambiar esa cultura y creo que los diseñadores están empezando a ver ese cambio».
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