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Aterrizar en una isla desierta y quedarse 24 horas aislado del mundo. Subir a un globo para ver la puesta de sol en Tanzania. Sobrevolar ... en helicóptero un glaciar en la Laponia finlandesa. Visitar una aislada población de pigmeos en Uganda. O comer en el restaurante tres estrellas Michelin de Kyoto con el chef responsable de que la cocina japonesa sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En un momento en el que el mundo viaja sin parar, en el que la mayoría de los destinos están colapsados y la turistificación es una palabra que se ha incorporado a nuestro vocabulario, ser viajero y no turista es el objetivo de cada vez un número mayor de personas.
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«Quienes nos visitan quieren un viaje diferente, a medida, en el que puedan vivir experiencias que se salgan de lo común», explica Iván García, responsable de la agencia de viajes Grand Azulmarino en Valencia. De hecho, con la democratización de los vuelos gracias a las plataformas de reservas online, han surgido los gestores de viajes, que defienden la posibilidad de que quien viaja lo pueda hacer despreocupándose de que haya un retraso en un vuelo, una pérdida de maletas o un hotel que no cumple con lo establecido. O de planificar un viaje a medida, ya sea con experiencias gastronómicas, de aventura o de relax, pero siempre inmersivas en la sociedad del lugar.
Según el Instituto Nacional de Estadística, los valencianos realizaron durante 2023 dos millones de viajes a otros países, y aunque la mayoría se quedan cerca -Francia es el país más visitado- uno de cada diez turistas valencianos salen del continente europeo. Y aunque Marruecos y Estados Unidos son los países más frecuentados fuera de las fronteras de Europa, cada vez más se buscan destinos más exóticos. Así, si en 2021 menos del 1% de los valencianos que viajaron eligieron algún país asiático, esta cifra se incrementó hasta el 2% el pasado año. «Japón es un destino estrella», asegura Kat Grajales, responsable de Nuba Viajes en Valencia. La realidad es que el país nipón se ha puesto de moda, sobre todo porque los extranjeros tuvieron muy complicado el destino en los años de pandemia. Sergio Terol es uno de los privilegiados que ha podido viajar este año al país nipón, y lo hizo acompañado, entre otros, de Vicky Sevilla, chef con estrella Michelin de Arrels. «Estuvimos en varios restaurantes de cocina tradicional japonesa», explica Terol, que este año también ha viajado a Mongolia y está a punto de coger otro avión con un destino todavía por decidir.
También ha elegido Asia Ana García-Rivera, que estuvo un año viviendo en Tailandia con su familia y ahora ha vuelto, ya que su marido tiene negocios inmobiliarios en el país. «Viajar es lo único que nos da una visión real de lo grande que es el mundo y nos brinda la capacidad de comprender que hay distintas maneras de vivir, hablar, comer, actuar y pensar», explica Ana desde la isla de Koh Phangan. Pilar Pau Meseguer, de Pau, cuenta desde Bali que estaba viviendo un periodo muy estresante. «Mi ilusión siempre fue hacer el viaje transformador de Elizabeth Gilber, autora de 'Come, reza, ama'», y decidió viajar a la isla de Indonesia para encontrarse a sí misma. «Está siendo una experiencia impresionante», explica Pilar. También en Indonesia se localiza la isla de Rote, donde la arquitecta Sonia Rayos ha estado con su pareja, que es socio del hotel 81 Palms. «Es un lugar que recuerda al Bali de hace cuarenta años porque aún no está colapsada por el turismo. Es una gran desconocida y llegar a ella es una aventura», explica Sonia, que ha estado quince días y asegura que es el viaje «más bonito que he hecho en mi vida».
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Para experiencia transformadora la de la consejera del Levante UD Maribel Vilaplana, que ha estado en Uganda de la mano de Juanma Baixauli, de Consultia Travel. «Navegar por el Nilo entre cocodrilos e hipopótamos, buscar gorilas en el 'Bosque Impenetrable de Bwindi', conocer la realidad de la vida en poblados donde apenas han visto a personas blancas... Es un viaje de los que te vacían para volver a llenarte», explica Maribel, que acaba de llegar y todavía está asimilando todo lo vivido. Juanma Baixauli lleva más de cien viajes por África, un continente que le ha cambiado la vida y que muestra ahora a líderes, directivos y empresarios. «No se trata sólo de pasar por un país, como hace el 99% de la gente, sino de conectar». Baixauli cree que este tipo de viajes permite enfrentar los problemas cotidianos con los que tiene la población en África, visitando además lugares fuera de los circuitos turísticos. El próximo viaje que está preparando Baixauli será el próximo mes de octubre al desierto argelino con mujeres directivas como Ángela Pérez o Nuria Luna.
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