Secciones
Servicios
Destacamos
Se llama Luis Romero Villafranca, y es uno de los descendientes de Cirilo Amorós. Los dos llegaron a ser decanos del colegio de abogados, y todavía vive donde se instaló el ilustre valenciano, en la calle que lleva su nombre. Cirilo Amorós ha quedado en el imaginario colectivo como quien tuvo la idea de derribar las murallas, en un momento histórico en el que era una estructura que suponía hacinamiento y problemas de salubridad. El entonces gobernador civil entendió que la ciudad debía de crecer y mirar más allá del centro histórico.
Aquella decisión supuso la planificación del Ensanche noble, con su cuadrícula similar a la que se urbanizó en Barcelona, con los chaflanes creando pequeñas plazas. Ya había visto la luz la calle La Paz, con sus edificios nobles de grandes familias burguesas, y en una Valencia de progreso hubo otros apellidos, como el de Amorós, que quisieron seguir embelleciendo la ciudad en una época, la del modernismo, que ha dejado edificios de gran valor artístico en la calle Cirilo Amorós, con sus fachadas ornamentadas y que merecen echar la vista hacia arriba.
Un ejemplo es el edificio Ferrer, encargo del padre del arquitecto Vicente Ferrer, o el edificio Peris, que mandó construir esta familia al arquitecto Carlos Carbonell, artífice de la fachada del edificio del Ayuntamiento de Valencia. En este sentido, el arquitecto Javier Domínguez destaca la gran calidad constructiva de los inmuebles de esta calle (y de todo el Ensanche noble), siguiendo la estela de la calle La Paz.
Domínguez explica que todos los edificios tienen una estructura muy similar, con mucha profundidad, con largos pasillos y pequeños patios interiores oscuros. Así como en Barcelona las manzanas tenían en su interior jardines, sólo la Finca Roja en Valencia, que no pertenece al Ensanche más noble, tenía esa estructura. También el arquitecto Goerlich edificó en esta calle, en la parte recayente a la plaza América, por encargo de Jiménez de la Iglesia.
Es una calle muy interesante, empezando por el mercado de Colón, centro neurálgico de una burguesía que se desplaza andando de casa a su trabajo, a los sitios donde compra o donde disfruta de la gastronomía. Aquí tienen despacho abogados como Ángela Coquillat, Rafael Bonmatí, arquitectos como Malek Murad o interioristas como Sigfrido Serra y Mateo Climent o Verónica Montijano, que también vive allí.
Noticias Relacionadas
Se instalaron en Cirilo Amorós hace ya años los Gómez-Ferrer o los Gómez-Lechón, promotores de la galería Jorge Juan, José Luis Gisbert, que tiene el privilegio de vivir en la casa Ferrer, o Andrés Ballester, que ocupa un lujoso ático con piscina en uno de los chaflanes. Mario Mariner y María Cosín viven en uno de los nuevos edificios, que también tienen grandes calidades, en una calle que atesora algunas anécdotas, como la expropiación de la vivienda que ocupaba Juan Bautista Soler después del concurso de acreedores de la empresa, un lujoso edificio donde él ocupaba la segunda planta, la que a principios de siglo XX se consideraba el piso más noble.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.