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Damián Torres

Quién vive en Torre en Conill, la urbanización con vistas al 'green'

En sus inicios se instaló la clase alta valenciana que quería estar cerca de un campo de golf. Después llegaron los futbolistas y desde hace dos años, hay un perfil nuevo de cliente, ciudadanos de Sudamérica que buscan viviendas para instalarse o invertir

Domingo, 13 de noviembre 2022, 19:50

Corría el mes mayo de 1976 cuando se inauguraba oficialmente el campo de golf Escorpión, promovido por unos cuantos empresarios valencianos que hasta entonces eran socios del aeroclub de Manises. Cuando comenzaron los problemas para jugar en este lugar, decidieron ser ambiciosos y crear un ... nuevo campo que se iba a convertir en uno de los más completos de España, con tres recorridos de nueve hoyos, y que iba a desarrollarse junto a una urbanización donde poder construir lujosas viviendas que sirvieran de segunda residencia para quienes disfrutaban del 'green'. Quien relata la historia del campo de golf y de Torre en Conill es el arquitecto Julio Gómez-Perretta. «Mi padre fue uno de los promotores». Junto al ingeniero Claudio Gómez-Perretta estaban nombres como Enrique Puigmoltó, vizconde de Miranda, José Luis Gómez-Trenor Fos o Vicente Lacomba. Precisamente muchos de los vecinos de Torre en Conill son socios del campo de golf, como Antonio Calero, Ernesto Martínez Colomer, Federico Torres, José Calatrava o Adolfo Rincón de Arellano. También Maru Seoane, Vicente Zalamea tienen su casa en Torre en Conill, y recientemente se ha instalado Joan Soldevila.

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Los primeros vecinos de la urbanización fueron, precisamente, miembros de la alta sociedad valenciana. Desde aquellos inicios se convirtió en una zona de mucho prestigio, con una alta burguesía que se alejaba de Santa Bárbara y buscaba un lugar con comodidades y servicios, siempre con el golf como punto de mira. Julio Gómez-Perretta es uno de los arquitectos que más viviendas tiene en Torre en Conill. De hecho, no sólo tiene el estudio en la urbanización, sino que es vecino de una de las promociones que se han ido desarrollando, Benagolf, ubicada ya en terrenos de San Antonio de Benagéber, tras rebasar Torre en Conill el término municipal de Bétera.

Gómez-Perretta cuenta cómo uno de los primeros arquitectos que comenzó a diseñar viviendas en la urbanización fue Antonio García Heredia. «Hemos hecho casas juntos», explica Gómez-Perretta, que describe cómo ha ido modificándose el perfil de quienes quieren instalarse allí. Después de la alta sociedad llegaron los futbolistas, personas con un alto nivel adquisitivo que buscaban casas muy exclusivas, con calidades de lujo, sin mirar el precio. De hecho, Ezequiel Garay, que tiene una propiedad en Torre en Conill, donde vivió mientras jugaba en el Valencia CF, se ha convertido en promotor inmobiliario, con una promoción llamada 'Los altos argentinos', que desarrolla a través de su empresa Gargor Luxury y donde vendió quince viviendas a medio millón de euros. Actualmente, parte de la plantilla del Levante UD, Valencia CF y Villarreal CF están instalados en Torre en Conill. De hecho, antes de la pandemia varios futbolistas sufrieron asaltos en esta zona, y la seguridad se reforzó.

Villa de 2,4 millones

La casa Proa del arquitecto Rubén Muedra, ubicada en Torre en Conill, está en venta por casi 2,4 millones de euros. Es una de las viviendas más caras que se ofertan en la urbanización, con calidades de lujo, seis habitaciones, siete baños y vistas al campo de golf.

Según Gómez-Perretta, todavía hay alta sociedad que quiere instalarse en Torre en Conill, sobre todo familias que buscan alejarse de la ciudad. «En parte ha sido por la pandemia, por la sensación de encierro y la necesidad de buscar más espacios al aire libre, y en parte porque la movilidad entre la ciudad y el área metropolitana se ha dificultado. Muchas familias tienen a sus hijos en colegios fuera de Valencia y las políticas municipales no han ayudado».

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Además, ya no hay sólo una clase media alta en Torre en Conill, también una clase media acomodada con posibilidades de hipoteca que está saliendo de la capital. De hecho, la comarca de Camp de Turia está registrando cifras de incremento de población inéditas, y que están teniendo su reflejo también en la urbanización. «Sigue construyéndose y el suelo comienza a escasear. Las bolsas de suelo de las que disponía la Sareb se han vendido en su totalidad», asegura el arquitecto. Un recorrido por la urbanización deja entrever grúas y tierras removidas en diferentes puntos.

Hay otro perfil de vecino, mucho más reciente, que también busca Torre en Conill. «Se trata de clase alta sudamericana, principalmente venezolanos, peruanos, colombianos y chilenos, que buscan viviendas de alto nivel para instalarse, para invertir o para promover debido a la situación política en sus países», cuenta Gómez-Perretta. Es un fenómeno nuevo, surgido tras la pandemia, que se une a vecinos extranjeros, principalmente del centro y norte de Europa, que pasan temporadas en Valencia o trabajan en remoto, y que ahora también han reforzado su interés en la urbanización.

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