Quién vive en El Vedat, una urbanización con historia

En los años sesenta, una cooperativa creada por el Colegio de Odontólogos hizo posible Santa Apolonia, una urbanización dentro de El Vedat que se llenó de dentistas y que con el tiempo ha ido pasando de mano en mano y revalorizándose porque se trata de parcelas de un mínimo de 1.500 metros cuadrados, un lujo a quince minutos de Valencia. «Ahora viven muchos empresarios e industriales», cuenta uno de los vecinos. Una anécdota curiosa es que una parte de la urbanización fue construida por un humorista, Eugenio Giner, que en una época de su vida decidió dejar las historietas y meterse a constructor.

También han pasado por allí escritores, como Vicente Muñoz Puelles, diseñadores como Eduardo Albors o José Juan Belda, el escultor Vicente Ortí o personas vinculadas al mundo del deporte como la entrenadora Cristina Mayo o Vicente Carratalá. Además, el actual presidente de Adif, Ángel Contreras, también es vecino de El Vedat, y de hecho su padre, que lleva su mismo nombre, es el presidente de la asociación de vecinos de la urbanización, una entidad que ha tenido tradicionalmente una gran actividad reivindicativa y organiza múltiples actividades -tienen su propio periódico- destinados a los vecinos. También vivieron en la zona José María Simó, quien fuera presidente de la Cámara de Comercio o del Banco de Valencia, y también el valencianista Vicente González Lizondo. Con los años, El Vedat ha ido creciendo en su ladera sudeste, aunque continúa siendo Santa Apolonia la zona con mayor valor, ya que tiene además sus propios servicios, como un club o seguridad privada.

Construcciones como las del arquitecto José Cort, de estilo racionalista, convierten un paseo por la zona en un lujo para los sentidos, sobre todo porque algunas de las construcciones más antiguas y deterioradas se están recuperando. Cort fue el constructor de Villa Juanin, una vivienda cúbica que destaca por sus ventanales azules. También tiene la que lleva por lema 'Mis hijitos', aunque Andrés Goerlich lamenta que, por ejemplo, el chalé que construyó Javier Goerlich en la urbanización ya haya desaparecido, así como el Asilo Santa Elena de Torrent, que también fue derruido.

Desde la pandemia, El Vedat se ha revalorizado, y muchas familias que vivían en Valencia deciden vender su piso para comprarse una casa donde tener espacio al aire libre. De esta forma, se han reformado muchos chalés, algunos de ellos históricos, y prestigiosos arquitectos, como Ramón Esteve, tienen proyectos en la urbanización, en la que viven más de doce mil personas, lo que supone el 13% de la población de uno de los municipios más importantes de la provincia.