![El alcalde de Càrcer, Josep Botella.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202008/13/media/cortadas/IMG_20200813_102602-kQbF-U11010523992955fD-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
El alcalde exige el cierre total del municipio tras una veintena de positivos: «Muchos que deberían estar en casa van por ahí y son un peligro público»belén gonzálezcàrcer. Preocupación por parte de la autoridad municipal y miedo entre la población. Es lo que se percibe en Càrcer en estos días, tras el brote de contagiados por coronavirus declarado el miércoles y que dejó veinte positivos, un centenar de confinados e instalaciones municipales clausuradas.Y calles desiertas. Si un día de agosto normal es ya muy difícil ver gente y actividad en la vía pública, ayer eran escasos los que se atrevían a salir. Aunque para el alcalde, Josep Botella, hay un porcentaje de vecinos imprudentes: «Todos sabemos que deberían estar en sus casas y que van por ahí, siendo un peligro público». Por eso pide a la autoridades correspondientes, Generalitat y Estado, que confinen al pueblo. «Debemos ser radicales. Hay que priorizar la salud pública ante otro derecho», asegura, y «estar 15 días encerrados en casa, que no tres meses de esta manera», lamenta.También pide una estrategia y un protocolo para saber lo que se debe hacer ante esta situación. El primer edil muestra su impotencia porque considera que podría hacer más para proteger a sus vecinos. Pide el listado con las personas que den positivo para que la Policía Local pueda controlar que permanecen en casa guardando la cuarentena. «Hablan de la protección de datos, pero los agentes de la Policía son igual de profesionales y tienen obligación de guardar el secreto profesional», insiste.
El problema transciende a Càrcer, puesto que sólo una calle separa al municipio del de Alcàntera de Xúquer, donde se teme también brotes. «Las conexiones sociales y familiares son muy estrechas entre ambos pueblos. Los jóvenes se divierten en los mismos lugares y hay familias que la mitad viven en Càrcer y la otra en Alcàntera», subraya y apunta que igual preocupación existen en Sellent y Beneixida. Los primeros ediles de los cuatro municipios se han reunido para pedir medidas más contundentes.Algunos establecimientos del municipio están tomando sus propias medidas. Es el caso de la cafetería-cervecería 23. Su dueña, Desamparados Espí, explica que ahora abren sólo por las mañanas y que no abrirán los fines de semanas aunque tenían programadas cenas. «Tenemos miedo y como la gente no es responsable lo vamos a ser nosotros», asegura y explica que todo el personal de la cafetería se hace la prueba semanalmente, pero aún así, no están tranquilos porque tienen padres mayores e hijos y no quieren ponerles en riesgo.
Otra vecina como Lidia Fuster, lo tiene claro, seguirá haciendo lo que hacía durante el estado de alarma, «salir lo imprescindible para hacer la compra y estar en casa». Precisamente venía de la compra, donde ya ha notado que era menor el número de clientes.Así lo atestigua la responsable de supermercados Charter, Paqui Pascual. «El miércoles por la tarde se notó mucho que la gente se había quedado en casa. Hoy, los que están viniendo, es cierto que hacen compras mayores, no sé si es por prevenir en caso de que confinen el pueblo o porque el sábado es festivo», explica. «Hay mucho miedo en el pueblo y le echan la culpan a los jóvenes», dice, atendiendo a los comentarios de los clientes.Más de 200 PCRMenos actividad de la normal en otros establecimientos, excepto en el 'Forn Agustina', que no ha dejado de trabajar ni un solo día, ni siquiera en el estado de alarma y, como la propia Agustina dice, es el único horno del pueblo, por lo que abastece a todos los vecinos. Eso sí, su establecimiento está bien preparado, mampara incluida, para respetar las medidas de seguridad.
Ningún vecino en plazas. Ni los típicos corrillos de gente charlando que puede verse en los pueblos. Algunos circulando en bicicleta, realizando sus recados y un operario que, desde primera hora de la mañana, fumigaba espacios públicos y la entrada a todos los establecimientos y los comercios. Esa es la actividad que se ha podido ver pos la calles de Càrcer este jueves.
Eso sí, el trabajo se ha acumulado en el centro de salud. Hacia las 13 horas se formó una larga cola de vehículos con cientos de vecinos citados para que el equipo de facultativos les tomara las muestras para las pruebas PCR. Entre ayer y hoy se estimaban unos 230 los test realizados.
El pueblo está pendiente de esos resultados y de la respuesta que las administraciones autónoma y estatal puedan tener sobre la solicitud trasladada por el alcalde.
¿Se puede aplicar el estado de alarma sólo en un pueblo?
Covid-19
BELÉN GONZÁLEZ
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.