A. Talavera
Alzira
Martes, 11 de junio 2024, 14:38
Alzira sufre desde hace años las conocidas como 'barrancadas', desbordamiento de los barrancos a causa de episodios de lluvias torrenciales que afectan a diferentes barrios de la ciudad. Un problema que preocupa mucho a los vecinos y que el Ayuntamiento intenta atajar con obras como la que acaba de finalizar. La segunda fase del canal interceptor que servirá para recoger el agua de algunos de los principales barrancos de la ciudad y reconducirla hasta el barranco de la Casella, uno de los cauces principales.
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Esta obra que ha tenido un coste de más de dos millones de euros ha supuesto la conexión de este canal con la primera fase de la actuación, conocida como canal de Les Basses. La ciudad cuenta ahora con una infraestructura de un kilómetro y medio para canalizar las aguas y almacenarlas para evitar inundaciones. En concreto, ambos tramos del canal pueden recoger unos 50 millones de litros de agua.
«Ésta es una de las acciones más importantes que se han realizado en materia de inundabilidad. El primer canal se inició hace dos legislaturas con una inversión de más de un millón de euros y ahora ya están conectados los dos para recoger el agua de los barrancos y poder tener una respuesta adaptada a las necesidades actuales», ha señalado el alcalde de Alzira, Alfons Domínguez.
La primera fase del canal consistió en crear una canalización del agua hasta el barranco de la Casella y ya se anunció la necesidad de una segunda para crear otra infraestructura que recibiera el agua de los principales barrancos que bajan de la zona alta de la ciudad. Y es que hasta ahora el agua de estos barrancos estaba entrando en el alcantarillado de la ciudad y provocaba saturaciones y por tanto inundaciones en zonas como la de Ausiàs March o Venecia.
Esta segunda fase se ha alargado más de lo previsto, llega con un año y medio de retraso debido a algunos problemas que han surgido durante las obras. «Hay servicios que se han tenido que desviar para realizar la obra como un gaseoducto, varias línea de media tensión, y aunque en un principio se pensaba acabar en un año, ha durado mucho más», explica Francesc Tordera, técnico Aguas de Valencia, empresa encargada de la actuación.
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El técnico también ha explicado que uno de los requisitos que ha impuesto la Confederación Hidrográfica del Júcar, CHJ, ha sido la colocación de compuertas al final del canal para controlar el agua que se desemboca en el barranco de la Casella. «La CHJ nos obliga a que a partir de cierto nivel de agua del barranco no se puede desembocar más», señala Tordera ya que este canal todavía no está preparado para unas cantidades tan elevadas hasta que no se ejecute su ampliación.
Pese a este inconveniente, el canal también servirá como tanque de tormenta y en caso de tener que cerrar las compuertas se podrá laminar las primeras avenidas y evitar que lleguen al casco urbano.
En cuanto a las obras de ampliación del barranco de la Casella previstas por la CHJ y que deben ejecutarse antes de mediados del 2026, para evitar las riadas, se sigue pendiente del proyecto que la dirección general del Agua tiene que presentar para modificar el actual puente de Xàtiva que interfiere en el barranco.
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Esta obra tiene asignada una partida de los Presupuestos General del Estado de cinco millones de euros que tiene que ejecutarse cuanto antes por lo que se busca un consenso sobre el proyecto a contrarreloj que convenza a todas las partes, la administración autonómica y los Ayuntamientos de Alzira y Carcaixent.
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Ante el peligro de que se pierda esta cantidad, el alcalde de Alzira ha señalado que «si no se consigue un acuerdo que se utilicen los cinco millones para ampliar el barranco en la zona alta y no tener esa premura para llegar a un acuerdo sobre el puente ya que no tenemos ni proyecto todavía». En este sentido, ya se ha planteado esta opción que también defienden los vecinos y los empresarios a la CHJ. La propuesta actual de ampliación de la Casella se centra en la parte del puente y conexión con el barranco de Barxeta por lo que se podría también realizar otro proyecto para seguir en esta línea y dejar por el momento el puente de Xàtiva.
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Alzira quiere que la opción de modificar el puente contemple la cota necesaria y que sirva para dignificar la entrada a la ciudad sin aislar el polígono de Materna. La conexión de la CV-41 con la CV-50 en este punto complica este proyecto y de ahí que todavía esté en estudio a la espera de ser presentado a los afectados.
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