40 años de custodia de la historia de Alzira

Alzira cuenta con uno de los archivos municipales más relevantes de toda la Comunitat. En sus estanterías se conservan documentos en buen estado del siglo XIII, firmados por Jaume I, junto a otros miles de todo tipo e interés para la ciudad. Un fondo documental que durante los últimos 40 años ha custodiado con mucho esmero y mimo Aureliano Lairón, el archivero municipal de Alzira que en los próximos meses se jubilará.

«Lo más importante que he conseguido es que el Ayuntamiento construyera un edificio nuevo para el archivo gracias a la constancia que pase para hubiera unas buenas instalaciones», destaca Lairón ya que ahora Alzira cuenta con un edificio de tres plantas donde se conservan todos los documentos y además se ha creado una biblioteca auxiliar de consulta.

Y es que cuando Aureliano empezó a trabajar como archivero de su ciudad en 1983 el archivo estaba en la cuarta planta del Ayuntamiento en un espacio muy pequeño y que tenía goteras. El fondo documental llegó a estar dividido en cuatro puntos diferentes porque no cabían todos los documentos y cada vez que alguien iba a consultar Lairón tenía que cerrar e ir a buscar el escrito en cuestión a otro inmueble municipal.

En la actualidad el archivo de Alzira ubicado en la Vila se ha convertido en uno de los más importantes de la Comunitat tanto por la cantidad de volúmenes como por su cronología. Se conservan documentos datados del siglo XIII donde se refleja toda la historia de esta ciudad pero para el archivero la «joya» es el Libro de Privilegios de Alzira, un códice miniado del siglo XIV que reproduce miniaturas de diferentes monarcas valencianos.

Lairón también destaca los libros de actas municipales, la colección de protocolos notariales o los pergaminos de la Cancillería Real y libros sobre la Acequia Real del Júcar.

Una gran colección que recoge más de ocho siglos de historia y que no es demasiado conocida para el público general. Desde el Archivo se han potenciado las visitas de escolares a través de los colegios e institutos o los propios profesores que han organizado entrevistas para dar a conocer este edificio. «Es bueno que se familiaricen con lo que es un archivo porque es el verdadero DNI de la ciudad, donde está la historia, y tenemos la gran suerte de tener uno de los más importantes», destaca este archivero.

40 años dan para mucho y en estas décadas Aureliano ha visto evolucionar este archivo gracias a las nuevas tecnologías. «Ahora ya casi no se trabaja el papel y cuando empecé copiábamos los documentos con máquina de escribir y hojas de calco», recuerda este historiador que ha trabajado para que los documentos estén microfilmados y digitalizados y así garantizar la conservación de los valiosos originales.

Aureliano Lairón dejará antes del próximo verano su puesto al frente del archivo pero continuará como cronista de Alzira, cargo que ostenta desde 1988, el que más tiempo lleva. «Dar cuenta de que Alzira ha superado la barrera de los 50.000 habitantes me haría una gran ilusión, es como convertirse realmente en una gran ciudad», destaca Aureliano como hecho que le gustaría recoger como cronista.

Este alcireño orgulloso de serlo ha centrado toda su carrera profesional en investigar y dar cuenta sobre la historia de Alzira, más de 20 libros y numerosos artículos ha publicado sobre esta temática. Un extenso currículum que lo convierten en todo un experto en la materia. La primera historia de la ciudad fue promovida por Lairón y contó con la colaboración de la Universitat de València ya que hasta ese momento no existía ninguna publicación que la recogiera.

Para el cronista de Alzira, sin duda, el momento más importante para la historia contemporánea de la ciudad fue la pantanada de 1982. En aquel momento, Lairón todavía no era archivero pero la vivió, como el resto de vecinos en primera persona. «Marcó un antes y un después en la historia de Alzira», comenta el historiador que también estuvo presente en la visita del Papa a la ciudad.

Otro de los puntos fuertes que ha destacado en la carrera de Lairón han sido sus investigaciones sobre el monasterio de la Murta, precisamente éste fue el eje central de su tesis doctoral, 'El Monasterio de Nuestra Señora de la Murta de Alzira. Estudio histórico-diplomático a través de las actas capitulares (1552-1835)' que leyó en 2001 y que le sirvió para conseguir el Cum Laude.

«He reivindicado siempre la consolidación de las ruinas del monasterio porque aunque no fue el más importante de la ciudad, Alzira tuvo muchos que no se conservan, es el que ha quedado al haber aguantado más por estar apartado», explica Lairón.

A pocos meses de su jubilación como archivero su labor investigadora no cesa y ya trabaja en sus siguientes obras. Una de ellas ya está en la imprenta, el cuarto volumen de 'Riberencs, homens i dones del país del Xúquer'. Pero además el siguiente libro versará sobre un personaje alcireño, aunque nacido en Carlet, poco conocido como Juan Calot Sanz, que fue presidente de la Diputación.

Aureliano Lairón ha dedicado toda su vida a conservar y difundir la historia de su ciudad, un trabajo que ha realizado desde el amor a Alzira y a su trabajo que continuará con su gran legado bibliográfico.

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